martes, 23 de agosto de 2011

Chile, los medios en la encrucijada: ¿Remarcar su línea editorial o hablar de lo que interesa a sus audiencias?

El jueves pasado durante la "Marcha de los Paraguas", los periodistas y gráficos presentes en la manifestación no pararon de recibir limones, botellas, y gritos tales como "la prensa burguesa no nos interesa". La desconfianza demostrada en la calle contra ellos, ha ido poniendo de relieve un distanciamiento creciente entre el lugar de los medios -hasta hace poco visto casi como natural- y las audiencias, que lentamente comienzan a buscar otro tipo de información.
Al día siguiente, un incómodo incidente le ocurrió a la senadora UDI Ena Von Baer durante su paso por el matinal de Canal 13. Mientras argumentaba a favor de los colegios particulares subvencionados con fines de lucro, puso como ejemplo al Rai Mapu, establecimiento de La Florida en el cual estudió Camila Vallejo.
De pronto Tonka Tomicic interrumpe a la senadora y le dice que la productora del espacio es apoderada del colegio, y la corrije diciendo que si bien éste funciona bajo la figura de una sociedadad anónima, sin embargo reinvierte todas sus ganancias. Von Baer se desconcierta y luego prosigue un intenso debate sobre el lucro con Francisco Figueroa vicepresidente de la FECH. Alguien subió el video dividido en dos partes a youtube el mismo viernes, y pronto empezó a circular por las redes sociales, alcanzando hasta ahora una cifra record de 88.823 visitas sólo en la primera parte, la cual dura nada menos que 25 minutos... es que hay ganas de verlo.

Este hecho sumado a muchos otros, constituyen un interesante síntoma de que temas que hasta hoy son considerados "ladrillazos" en las reuniones de pauta de cualquier programa de televisión abierta, al fragor del desarrollo del movimiento social por la educación, empiezan ahora a ser atractivos para importantes sectores de la audiencia que los busca en Internet, ya sea en los medios comerciales o en los alternativos.
Contribuyendo así a cuestionar el discurso de los ejecutivos de los grandes canales, quienes han sostenido con la misma fe en que el mercado regula, la idea de que en televisión la gente sólo ve lo que es entretenido, y que para ello tienen un poder llamado control remoto, lo que siginifica que el triunfo en la sintonía lo obtiene aquel que interpreta de mejor manera a sus audiencias.
Si estas tesis son válidas, entonces junto a la línea editorial de cada canal que define qué es noticiable y qué no, se hace siempre imprescindible estar atento a los cambios en los comportamientos de las audiencias, porque la editorialidad de la industria televisiva no se construye únicamente en base al discurso ideológico que define el medio, sino que sus propios valores siempre están conjugados con aquellos motivos que se sabe serán un golpe de ratting seguro.
Hay muchos ejemplos de esto. Luego de una nota sobre economía, inexorablemente favorable al mercado en cualquiera de los cuatros canales grandes, pueden seguir informaciones que incluyan desnudos, sexo, crímenes, hechos policiales, y todo aquello que en un determinado momento le pueda interesar al público... siempre hay -aunque sea utilitario- un mínimo de retroalimentación.
Es la lógica del people meter: "darle al pueblo lo que quiere ver". Eso sí, intercalado con "lo que el medio quiere mostrar".
Luego de la excesiva repetición de hechos de violencia anexos a las grandes manifestaciones pacíficas, el lugar semi natural y "neutral" de la televisión se empezó a resentir. Mientras más masivas fueron las movilizaciones, hubo más testigos directos de los hechos, todos los cuales pudieron sentirse defraudados al ver en sus casas las notas con interminables loop de barricadas y enfrentamientos...
"Apaga la tele", o la "la tele miente" han empezado ha circular como graffitis reales o virtuales de un modo hasta ahora inaudito. Si se parte de la base de que la mayoría de las personas que adhieren al movimiento estudiantil y participa de él son jóvenes, es en ese nicho donde la televisión podría estar empezando a sentir una fractura con su audiencia. Al menos eso indica la lógica.
La industria durante los últimos 10 años había explotado a los jóvenes en intrascendentes realities shows donde los participantes se miraban el ombligo, o en programas musicales que incluyen siempre una cuota de farándula con las aventuras amorosas y sexuales de sus protagonistas.
Sin duda es posible que el desarrollo del movimiento social esté generando nuevas necesidades de comunicación que los medios establecidos deberán estudiar, antes de entrar al mercado a ofrecer "nuevos productos" para esas audiencias.
En el caso de la prensa escrita -el duopolio de El Mercurio y COPESA-, la retroalimentación se ve más lejana. Los dos periódicos más leídos, "Las Últimas Noticias" y "La Cuarta", han seguidos fieles a su estilo de portadas centradas en hechos insólitos y alejados de la actualidad política.
Aunque aún no se noten cambios, y el episodio de hoy con el titular de Camila Vallejo en LUN haya generado el repudio en las redes sociales, lo cierto es que la discusión sobre cómo abordar esta contingencia social está llegando a las redacciones.
"Las Últimas Noticias" se ha construido en la última década como un magazine que habla básicamente sobre el quehacer televisivo, el cual en algún momento tendrá que reflejar a su vez las tensiones de esta industria con el público joven y el desplazamiento de la información y campañas ciudadanas hacia Internet.
Por eso el título de esta crónica se llama los Medios en la encrucijada. Porque ante la pregunta ¿remarcar su línea editorial o hablar de lo que interesa a sus audiencias?, sólo la segunda opción en una sociedad de mercado como la que vivimos les garantiza con seguridad el éxito económico. El fin de lucro que ellos también persiguen...
Fuente: Radio Tierra