domingo, 3 de julio de 2011

Gabriel Mariotto y los medios alternativos: "Cien veces no debo*"

Por: Revista Sudestada
Somos de Lomas de Zamora. Aquí arrancamos con este colectivo de papel; ahí nos conocimos una década atrás en el tiempo. Nos reconocemos como parte de esta zona del conurbano bonaerense y desde aquí aprendimos a extender los brazos, no sin contratiempos, no sin satisfacciones. ¿Y a qué se debe esta reivindicación geográfica en nuestra edición número 100, a semanas nomás de cumplir los diez años como publicación independiente? A una necesaria aclaración. Somos de Lomas; quienes fundamos Sudestada nos vinculamos a partir de compartir la carrera de Periodismo como estudiantes en la universidad nacional enclavada en Camino de Cintura, en tiempos en que no sabíamos muy bien dónde aplicar nuestras curiosidades y pasiones; en una etapa en la que esa facultad pretendía imponer un modelo de periodismo exactamente opuesto al que hoy defendemos: para la cátedra, el periodismo era el de los grandes medios; y los estudiantes, un grupo multitudinario de proyectos inacabados de escribas a sueldo del estilo adoptado por los multimedios.
Nos rebelamos contra esa línea ideológica. Protestamos. Después, nos lanzamos a generar nuestro propio emprendimiento periodístico, sin esperar nada de nadie (y menos de una cátedra que se posicionaba en la vereda de enfrente), cargando en nuestras espaldas enormes limitaciones, pero dispuestos a darle prioridad a nuestras inquietudes, a nuestras opiniones.
Eran tiempos extraños, diez años atrás. El hoy presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, era decano en la Facultad de Ciencias Sociales y un disciplinado soldado del duhaldismo. Hoy su nombre se menciona como probable candidato a vicegobernador de la provincia; ayer intentaba posicionarse en la rosca peronista a partir de un discurso flexible y utilitario. En 2001, la cátedra ligada a Comunicación y Periodismo defendía ante cada cursada un modelo de periodista listo para salir al mercado laboral a los codazos, preparado para insertarse en los grandes medios como único anhelo profesional, pero miraba con indiferencia y desprecio las cientos de experiencias de comunicación alternativa. Los proyectos de prensa independiente no existían para ellos. Lo sabemos, estuvimos ahí. Nadie nos contó esta historia. Somos de Lomas, acá comenzó todo. Por eso, y para evitar malos entendidos, es que en esta edición número 100 elegimos contar esta parte de la historia. Mientras muchos han optado por el recurso del travestismo político para subir algunos peldaños en la escalera de la burocracia, otros seguimos dispuestos a defender las mismas convicciones que nos han mantenido en la calle estos diez años: vamos por otro periodismo, y lo hacemos gambeteando a los oportunistas que ahora pretenden dictar lecciones de lo “alternativo” y lo “popular” desde sus despachos de funcionarios, mientras financian a obsecuentes y propagandistas con la pauta oficial. Ellos fueron quienes, sin darse cuenta, nos mostraron el camino que elegimos no seguir.
Hoy, otra vez decimos cien veces no debo a esa opción, y cien veces nos amontonamos en este colectivo en marcha por una comunicación diferente, lejos de los subsidios que corrompen y disciplinan, y cerca de nuestra propia forma de entender que es necesario cambiar desde las raíces algo más que las formas de hacer periodismo.
*Editorial de la Revista Sudestada N°100
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