sábado, 9 de julio de 2011

Facundo Cabral 1937 - 2011

El cantautor Facundo Cabral, asesinado hoy en Guatemala, forjó una carrera musical que navegó entre la canción de protesta, el compromiso social y la reflexión espiritual, con decenas de éxitos que le llevaron a recorrer los escenarios del mundo
"Soy un vagabundo first class", se definió Cabral hace unos pocos meses, en una de sus últimas entrevistas, en la que señaló que de él "no se podía esperar nada" y finalmente tuvo una "vida extraordinaria".
Esa vida, que se apagó hoy de una forma trágica y violenta en Guatemala, comenzó el 22 de mayo de 1937 en la ciudad bonaerense de La Plata, en el seno de una familia marcada por el abandono de su padre, Rodolfo, cuando Cabral aún estaba en el vientre de su madre, Sara, quedó a cargo de varios hijos y resolvió mudarse a Tierra del Fuego
A los 8 años, su familia se muda a la ciudad bonaerense de Tandil, donde trabajó en tareas rurales y tomó contacto con la música folclórica.
De comportamiento rebelde, fue internado en un reformatorio, del que escapó. Conoció luego a Simón, un vagabundo que, según relató Cabral alguna vez, le hizo descubrir a Dios al recitarle el Sermón de la Montaña y, además, dar el empujón inicial a su carrera musical, pues aquella experiencia le movió a componer su primera canción “Vuele bajo”.
Con su guitarra al hombro, pocos años después, se mudó a la turística ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde el dueño de un hotel le dio la oportunidad de cantar en público por primera vez.
El Indio Gasparino fue el nombre artístico que eligió para grabar sus primeros discos, sin mucha repercusión inicial, para adoptar luego su verdadero nombre.
En 1970 grabó “No soy de aquí, ni soy de allá”, uno de sus mayores éxitos musicales y que le dio fama internacional, al punto de compartir escenarios y estudios de grabación con artistas como Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond, entre otros.
Su obra se caracterizó por su mensaje espiritual y su tono de crítica social y protesta, rasgo éste último por el que se vio obligado a exiliarse en 1976, con el advenimiento de la dictadura militar que gobernó Argentina hasta 1983.
Desde México, su nuevo hogar, prosigue con su carrera musical y sus presentaciones en todo el mundo.
Ya consagrado, regresa en 1984 a Argentina, donde cosecha gran éxito con la venta de discos y llenos totales en sus conciertos.
A mediados de la década de los noventa se une a Alberto Cortez para el espectáculo “Lo Cortez no quita lo Cabral”, donde combinaron humor y poesía con los temas que dieron fama a ambos artistas.
En 1996, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró a Cabral “Mensajero Mundial de la Paz” por su constante llamado a la paz y al amor.
Grabó decenas de discos, como “No estás deprimido, estás distraído”, “Cantar sólo cantar” y “Cortezías y Cabralidades”, éste último uno de los tantos junto a Cortez.
También escribió varios libros, una de decena de ellos editados, entre ellos “Borges y yo”, donde repasa sus diálogos con el célebre escritor argentino.
Fuente: Agencia EFE