lunes, 15 de noviembre de 2010

"La posibilidad de invertir el gusto hacia una televisión con contenidos va a llevar mucho tiempo"

Con la reciente reglamentación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se abren importantes desafíos en la Argentina. La nueva legislación, que sentó un precedente en toda América latina, parece no ser suficiente para producir transformaciones culturales en el corto plazo
Para Daniela Monje, docente e investigadora de la Escuela de Ciencias de la Información (ECI) de la Universidad Nacional de Córdoba, la norma necesita sostenerse en políticas públicas que trasciendan a las gestiones gubernamentales y se entrelacen con acciones coordinadas entre los países socios del Mercosur. "Hasta hace poco tiempo las comunicaciones audiovisuales eran consideradas como actividades meramente comerciales y con fines de lucro. Así es como en los años ´90 se llegó a incorporar de manera inconsciente en los públicos que las comunicaciones en general eran una mercancía que se vendía al mejor postor. Esta nueva ley cambió ese eje al colocar a las comunicaciones en el lugar de los derechos humanos, y al reconocerlas como un bien público que no puede tener como fin exclusivo el rédito comercial", señaló la también Magíster en Comunicación y Cultura por el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Casa de Trejo.
La profesional explicó, en una entrevista con Hoy Día Córdoba, que la nueva ley ha sido tomada como referencia por la mayoría de los países de la región. "La legislación más avanzada y completa en términos de servicios de comunicación audiovisual es sin dudas la de Argentina, que ha sido tomada como ejemplo a seguir por el relator de Libertad de Expresión de la ONU o por la relatora de la OEA", indicó. Al respecto, añadió que "esta ley marca un cambio de época que no se está dando solamente en la Argentina sino también en distintos países de la región". "El hecho de que se empiecen a cuestionar los monopolios informativos, los procesos de concentración de la propiedad y hasta las relaciones de los medios con otras ramas de la economía es muy positivo y representa una marca de época", sostuvo. En tanto, Monje estimó que "esto tiene relación directa con los procesos de cambio de signo político que se vienen dando en América latina porque sino no estaríamos entendiendo la situación macro en la que se insertan los medios.
Con todas las variantes que pueden tener países como Argentina, Brasil, Uruguay o Ecuador, existe una saludable coincidencia en el sentido de cuestionar el papel histórico que desempeñaron los medios en términos políticos y económicos". "Esto fue notorio durante la década de los ´90, cuando los medios fueron herramientas funcionales a los proyectos neoliberales que se instauraron con el retiro del Estado y la mercantilización de las comunicaciones, que sirvió para docilizar a las poblaciones y legitimar un modo de entender a la economía que ahora está siendo cuestionado", razonó. La docente fue más allá y rescató el reciente alineamiento con Brasil en materia de telecomunicaciones. "En términos del parámetro de la Televisión Digital Terrestre (TDT), a partir de octubre de 2009, cuando Argentina finalmente opta por el padrón japonés, se produce un alineamiento importante con Brasil. Esto funcionó como un disparador de elecciones que se fueron dando a nivel regional y que generaron que casi toda América latina haya adoptado el padrón nipón-brasileño", aseveró.

Medios no gubernamentales. La docente de la ECI resaltó que algunos de los desafíos que se generan con la reglamentación de la Ley de Comunicación Audiovisual tienen que ver con la consolidación de un sistema de medios estatales no gubernamentales. "Uno de los primeros retos que se presentan es generar un espacio donde empiecen a funcionar los medios en tanto medios públicos no gubernamentales. Lo que estamos viendo es que los medios que están siendo definidos como estatales en realidad están funcionando como gubernamentales. El caso puntual es el programa 6-7-8, que, a pesar de ser de una productora privada, tiene un discurso claramente definido a favor del gobierno nacional", expresó. La Magíster del CEA advirtió sobre el particular que "la ley argentina no posee una autonomía como sí la tiene la empresa Brasil de Comunicación o la BBC de Londres, que son firmas estatales públicas pero no gubernamentales".

Fuente: Hoy Día
El ejemplo de Canal 10. Al ser consultada sobre si con la nueva legislación se podrían modificar paradigmas culturales de las grandes audiencias, Monje aclaró que "la posibilidad de invertir el gusto de los públicos de una televisión comercial, de entretenimiento y de baja calidad, como la de (Marcelo) Tinelli, hacia otra televisión con contenidos como los que plantea el Canal Encuentro va a llevar mucho tiempo". De todos modos, dijo que "sí puede pasar que empiecen a reconocerse espacios de producciones de calidad que, progresivamente, puedan disputar espacios dentro del gusto popular. Esto ya se está percibiendo en la introducción de contenidos del Canal Encuentro en la programación de Canal 10 de Córdoba". "Un hecho significativo que la gente valora del medio universitario es que conserva una posición crítica hacia el discurso oficial. Canal 10 no rompe el contrato de lectura con sus públicos, como sí ocurrió con los productos generados por el Grupo Clarín o por Canal 7. La credibilidad incuestionable hasta hace pocos años de Clarín se fue diluyendo. Incluso, ha ido disminuyendo sus ventas en los últimos años", concluyó.