Para los que no nos conocen, nos presentarnos: somos el Colectivo de Trabajadores de Prensa, un grupo de laburantes de distintos medios que buscamos mejorar las condiciones de todos los que hacemos las infinitas tareas que se necesitan para sacar un medio de comunicación adelante: los que escribimos, editamos, corregimos, diagramamos, archivamos, cadeteamos, administramos, vendemos publicidad, limpiamos, cuidamos, producimos, somos de sistemas, filmamos, fotografiamos; de los que somos colaboradores, cronistas, redactores o editores.
Somos parte de quienes buscamos recuperar la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, aportando nuestra militancia en la Lista del Frente de Unidad, que encabeza el gran escritor y periodista popular Osvaldo Bayer, siempre amigo y defensor de las luchas obreras. Este es el frente de los delegados, de los activistas, de los centenares de compañeros y compañeras que nos fuimos juntando y conociendo cada vez más a partir de la gran lucha de Crítica en contra del vaciamiento patronal. Un frente que conformamos con La Gremial, La Naranja, La Violeta y un montón de compañeros que se suman a este proyecto que es de los laburantes y que va más allá de una elección.
Llamamos a votar masivamente y garantizar la fiscalización de las elecciones que se realizan el 28 y 29 de septiembre, impidiendo así las maniobras fraudulentas de la dirección y propiciando la más amplia participación de los compañeros.
¿Por qué hablamos de recuperar el sindicato?
Desde hace años, la conducción de la UTPBA está ausente de todas las luchas, llegando a conspirar en contra de los trabajadores que se organizan. Es increíble, pero día a día constatamos cómo la dirección del sindicato apuesta a que los laburantes no obtengamos conquistas, perpetuando el inmovilismo que le es tan funcional.
No podemos quedarnos quietos: la necesidad empuja. Con estos salarios y al ritmo de la inflación, pagar los alquileres, darle de comer a nuestros pibes y garantizar la salud parece una odisea. Y encima hay despidos y cierran medios.
Los patrones no se quedan nunca quietos. Están permanentemente viendo cómo recortar nuestros derechos y pagarnos menos, mientras incrementan astronómicamente sus ganancias.
No creemos en las falsas divisiones que las empresas
buscan generar entre compañeros: desde que nos auto convocamos, nos planteamos construir la unidad desde las bases, es decir, desde cada lugar de laburo, cada redacción. Tenemos que hacer lo que hacemos cuando nos organizamos en las asambleas (cuando reclamábamos contra los despidos, los vaciamientos y la precarización, y a favor de los salarios y nuestra dignidad) pero a nivel generalizado. Lo mismo que hacen los trabajadores de otras actividades y que cubrimos todos los días en nuestros medios, si es que logramos publicarlo.
¿Por dónde empezamos?
El primer paso es romper con el individualismo. Los departamentos de recursos humanos nos plantean que los reclamos tienen que ser siempre individuales y nunca colectivos. Pero los salarios no se aumentan solos. Nos empujan a la lucha.
Tenemos que acabar con el miedo, hablando con los compañeros, mandando mails, haciendo petitorios, carteles y asambleas y, si es necesario, haciendo mucho ruido para que nos escuchen los empresarios y las autoridades: gritar, cantar, aplaudir, cortar la calle, permanecer en la empresa, movilizarnos. Y llamar a la solidaridad de todo el gremio, de los trabajadores y de un amplio arco de sectores políticos y populares, como se viene haciendo en el diario Crítica.
En esta gran lucha de los compañeros del diario violentamente cerrado, coincidimos 50 delegados de 14 empresas y un montón de ex delegados y activistas de todas las generaciones, desde los más pibes hasta los que protagonizaron grandes victorias hace muchos años: todos estamos participando del Frente de Unidad.
Antes y después de Crítica
Hacía tiempo que no se veía algo así. La solidaridad que se gestó en la lucha del diario abandonado por Jorge Lanata y vaciado por Antonio Mata, en cada acto, cada movilización, aguante, mateada, choriceada o corte de calle, en los aplausos en cada redacción y en la difusión de los tres ejemplares de Crítica de los Trabajadores, en la calle, en las redacciones, en la puerta del Ministerio de Trabajo o en la explanada de la calle Maipú, en el consulado español o en las oficinas de los vaciadores, en los blogs y redes sociales de Internet, en cada renglón que se coló en los medios donde salió la noticia de la lucha...
Así es como se fue forjando el Frente de Unidad, donde estamos todos los que queremos tener un sindicato; los que buscamos construir una herramienta gremial que luche por mejores condiciones de trabajo en las empresas periodísticas, para que se respeten los derechos de los colaboradores, se acabe con la precarización y el miedo a los despidos; que no cierren más medios y que se generen más puestos de trabajo para que todos los compañeros tengan empleo digno.
Una verdad incómoda
Tenemos una verdad dolorosa que entender: la UTPBA, así como está, va para atrás, nos perjudica día a día como trabajadores. Comprendemos que hay muchos que, de buena fe, han apoyado y hasta ahora apoyan a la conducción que hace más de dos largas décadas se apoltronó en los sillones. Sin embargo, y nos duele decirlo, estamos ante un sindicato que dejó de serlo. Se trata ahora de una cámara de pequeños emprendimientos empresariales, incluidos los de su propia dirigencia. Invitamos a revisar los links de que hay en el sitio de la UTPBA para comprender de qué estamos hablando.
Al recorrer las redacciones, el testimonio es unánime: el sindicato está ausente. El nivel de desafiliación es altísimo. Esto es lo que ha logrado la política carnera del sindicato. Hay toda una saga de traiciones por parte de la cúpula que ahora busca desesperadamente seguir perpetuándose.
Un caso: Clarín. ¿Cómo es posible que no haya una campaña fuerte de la actual conducción de la UTPBA para que en “el gran diario argentino” haya comisión interna y se respeten las leyes laborales y derechos constitucionales? En 2001, los directivos de la UTPBA dejaron sola a la Comisión Interna y a los trabajadores. La patronal no lo dudó: liquidó la organización gremial que nunca más pudo ponerse en pie.
Otro ejemplo: Perfil, 2007, cuando la patronal despidió a un compañero y el sindicato no quiso defenderlo, llegando a tirar volantes en la puerta de la empresa en contra de los trabajadores en lucha. Y más cerca en el tiempo, Popular, La Nación, Crónica, Terra, Ambito Financiero...una larguísima lista de claudicaciones y ausentismos inexplicables.
La dirección de la UTPBA se borró de Crítica
Lo que rebasó la paciencia es el rol de la conducción sindical en el conflicto de Crítica: el sindicato quiso dibujar su apoyo aportando la ridícula presencia de una o dos personas que opinaban como comentaristas en las asambleas, pero sin traer jamás un megáfono, ni volante, un sánguche, algún aporte al fondo de huelga, o algo de pintura o aerosol... ni siquiera sumar su acompañamiento en las marchas. Sus dirigentes, supuestamente nuestros representantes, nunca hicieron nada. Cuando el conflicto alcanzó repercusión pública y los delegados llegaron a dialogar con las altas esferas del Ministerio de Trabajo, apareció el Secretario General del sindicato, Daniel Das Neves. Pero la excusa de los directivos de la UTPBA para retirarse del todo no se hizo esperar: como condición para aportar a la lucha, pidieron que todos los delegados pertenecientes a las listas opositoras se retiraran de la pelea.
Como nadie quiso abandonar a los compañeros de Crítica, la conducción UTPBA se borró definitivamente, dedicándose desde entonces a difamar a los delegados y activistas del conflicto, a generar suspicacias y criticar las decisiones de los laburantes. La lista Celeste y Blanca, la de la UTPBA, apuesta a la derrota de los trabajadores de Crítica.
Por una comunicación popular de verdad
Para justificar su ausencia en los lugares de trabajo, la conducción actual del sindicato alega estar abocada a los medios cooperativos, comunitarios y alternativos. Muchos de quienes conformamos el Colectivo, provenimos de experiencias de comunicación popular y pujamos por difundir las luchas y las voces de los trabajadores. Sentimos que todos los compañeros son parte del gremio, más allá del medio donde trabajen, y que la organización sindical tiene que ser realmente inclusiva y abarcar a todos los que trabajamos – con o sin patrón – por una comunicación distinta. Conocemos desde adentro cuánta
es la participación y el apoyo que tanto pregona la conducción de la UTPBA. Y realmente no vemos ese supuesto esfuerzo del sindicato expresado en ningún lado.
Pero ojo: una cosa es un medio popular, solidario, y otra cosa es la PYME de algún amigote de la camarilla sindical. Tenemos que luchar para que todos los compañeros trabajen y vivan en buenas condiciones. Eso fortalece la lucha del conjunto.
¿Dónde estuvo el sindicato durante la discusión sobre la Ley de medios? Nosotros creemos que hay que aportar a la desmonopolización y abrir cada vez más formas de expresión. La dirección de la UTPBA está enquistada en sus oficinas, y ya ni sabe cómo son las redacciones. Ni las de los medios grandes ni las de medios chicos. Sus líderes se encuentran encerrados en una lógica delirante: forman parte de una dirección sindical que procura la desafiliación masiva de los trabajadores de las empresas grandes, medianas y pequeñas, que ha destruido la obra social y que transformó el sindicato en un emprendimiento privado del que vive un grupito alejado totalmente de las bases. Dirigentes que han generado un aparato de propaganda que les permite fingirse como progresistas, aunque su farsa sea cada vez más evidente, aunque la obra social sea un desastre y se juegue con la vida y la muerte de los compañeros.
Participación y organización
En parte gracias a esa gran mentira que es la conducción de la UTPBA, se forjó en la lucha, en los últimos tiempos, este gran Frente de Unidad. Tenemos que seguir afiliando a un montón más de compañeros. Si decimos que vamos a recuperar el sindicato para la lucha, para los trabajadores, nos espera el desafío de enfrentarnos a una burocracia que no va a querer perder sus negociados y sus privilegios. Porque, si se tienen que ir, tendrán que volver a laburar. Van a recurrir a cualquier método para no moverse.
Nosotros queremos un sindicato donde los dirigentes seamos los trabajadores. Que cuando alguien termine de ocupar el cargo, vuelva a la redacción, a la radio, al piso. Donde se discuta en asamblea, se busque permanentemente promover la participación y la movilización por nuestras conquistas. Un sindicato que organice las comisiones internas de todas las empresas en donde no las haya. Es inconcebible que a 27 años del retorno de la democracia no se permita la organización democrática de los trabajadores y la elección de delegados en empresas como Clarín o Infobae, por citar dos casos paradigmáticos.
Desde las humildes fuerzas que hemos logrado agrupar en el Colectivo de Trabajadores de Prensa, creemos que es posible y necesario propagar a lo largo y ancho del país un movimiento de trabajadores de prensa que reclame a nivel nacional por mejores condiciones de trabajo, por salarios dignos, que le ponga freno a despidos y vaciamientos. Estamos avanzando mucho con el frente de participación y lucha que logramos construir, con Bayer y los delegados, para recuperar la UTPBA para los trabajadores.
El 28 y el 29 de septiembre vamos con el Frente de Unidad. Todos los días, construyamos una alternativa de los trabajadores de prensa con participación y organización
Septiembre de 2010
Colectivo de Trabajadores de Prensa
El 28 y 29 de septiembre votá en Frente de Unidad