lunes, 13 de septiembre de 2010

"América latina va camino de construir una mejor televisión pública"

Vilches y López-Pumarejo son dos de los destacados invitados internacionales que se reunirán en Mar del Plata para el festival televisivo
Por: Marcelo Stiletano
Nacido en Valparaíso (Chile), Lorenzo Vilches es el coordinador del Observatorio Iberoamericano de TV y director de la maestría internacional de escritura para cine y TV de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde reside. Oriundo de Puerto Rico, Tomás López-Pumarejo es investigador de mercadotecnia en telenovela y profesor de Comercio Internacional y Nuevos Medios del Brooklyn College de Nueva York, ciudad en la que vive la mitad del año. El resto lo pasa en Montreal (Canadá).
Ambos escribieron a lo largo de sus dilatadas trayectorias gran cantidad de libros, ensayos e investigaciones que fueron materia de consulta y formación para muchas generaciones de estudiantes de comunicación. Buenos amigos, asiduos concurrentes a los más importantes simposios y debates sobre TV en todo el mundo, llegaron esta vez a la Argentina para disertar en el Festival y Mercado de la Telenovela Internacional (FyMTI).
Antes de viajar a Mar del Plata, donde se desarrolla el encuentro, compartieron una charla con La Naciçon, que tuvo como punto de partida el género televisivo más fiel a sí mismo, y de la cual surgieron varias claves e indicios muy sugerentes sobre el futuro de un medio que parece estar en permanente transformación.
"Lo que presento en Mar del Plata tiene que ver con la webnovela, un nuevo tipo de ficción que combina personajes ficticios y reales, nace de los blogs y del mundo wiki de la Red, y que sirve como plataforma de lanzamiento de una gran cantidad de actividades interactivas, aunque también logró recuperar la vieja tradición de la radionovela, donde el auspiciante y el narrador eran la misma persona. Aquí ocurre lo mismo", explica López-Pumarejo.
Aunque tiene a la telenovela, tal vez el más tradicional y conservador de los géneros televisivos, como objeto de estudio, López-Pumarejo reconoce que no tiene televisión en su casa y recurre a la pantalla de su computadora para cumplir esa tarea. "No es ninguna contradicción. Puedo pedir programas a través de los sitios de las distintas telecadenas y eventualmente alquilar o adquirir temporadas completas para seguir en línea. Este es un momento de convergencias, desarrollos y cambios de paradigmas", dice el investigador, para el cual habría que dejar de lado conceptos clásicos como "telenovela" y empezar a hablar de "narrativa sentimental en serie", con la idea de incorporar nuevos y permanentes elementos transformadores.

¿Y usted, Vilches, también optó por ver televisión desde una PC?
Yo divido mi tiempo entre la TV tradicional y la PC. Si quiero pasarla bien, a modo de esparcimiento, uso un televisor. Si me toca trabajar, en mi estudio sigo programas por la PC. Hago lo típico de un potencial usuario del futuro: una pantalla, para ciertos usos y géneros; otra pantalla, para los restantes. Los jóvenes ya están habituados a eso de pasar de pantalla a pantalla, ir de un teléfono móvil a una PC o al televisor. La hiperfragmentación televisiva ya es una realidad.

¿Qué cambios fuertes notaron en los últimos tiempos?
Vilches:
Lost y otras series acercaron un fenómeno inédito, reflejado en estudios como Culture Convergence, de Henry Jenkins. Los fans, unidos en comunidades, desarrollaron sistemas de investigación muy desarrollados a partir de pistas o indicios mínimos que surgen de la compilación de varios episodios. A partir de ellos se construyen teorías y conjeturas que fortalecen todavía más la presencia de esas comunidades.

López-Pumarejo:
Algo parecido ocurre en algunas telenovelas que primero se emiten en México y no mucho después llegan a los Estados Unidos. Cuando se emiten por primera vez, hay gente que graba los capítulos, los suma o difunde en blogs y crea las expectativas que luego se multiplican en el poderoso mercado hispano de los Estados Unidos. Eso también es mercadotecnia.

¿Y en el caso de la televisión pública?
Vilches: En España, gracias a la supresión de la publicidad, la TV pública logró liderar la audiencia y dar buenas señales. Hay más tiempo para debatir y proponer contenidos más sustanciosos, pero siempre está latente el problema del financiamiento. Me da la impresión de que mientras en Europa, que tuvo una TV pública fuerte en el pasado, asistimos a una degradación, América latina va camino de construir una mejor televisión pública.

López-Pumarejo: En los Estados Unidos, la TV pública para los hispanos es una alternativa a la programación más elemental y plana. El canal VM aparece como alternativa. Pero lo irónico es que no puede haber publicidad en la TV pública, cuando su audiencia tiene un poder adquisitivo en términos de consumos culturales que la hace apetecible.

¿Qué tendencias vislumbran para el futuro, de aquí a cinco años?
Vilches: Creo que la TV dependerá cada vez menos de la publicidad tradicional. Se están buscando con desesperación alternativas en ese sentido. Hay un modelo que está acabado, al menos en España, pero que sobrevive porque hay un pavoroso nivel de error en las mediciones de audiencia, que llega casi al 25 por ciento. Por otro lado, creo que explotó la audiencia familiar tal como la entendemos por obra de las redes sociales. Antes había espectadores; ahora hay usuarios: Facebook, con su poder de 500 millones de usuarios, es una potencia que puede hundir un programa de un día para el otro. Finalmente, creo que las ficciones tendrán un poder superior al actual, porque es lo que, en definitiva, ve la gente. Todos dicen que ven documentales y programas culturales, pero en casa la gente elige las ficciones.

López Pumarejo: El mercado hispano en los Estados Unidos, que es el que observo con más atención, todavía se rige por pautas tradicionales, la familia nuclear y el fenómeno del separatismo cultural. Me da la impresión que esta tendencia durará varias décadas todavía, pero mientras tanto viviremos cambios fuertes. En definitiva, creo que más tarde que temprano Univision.com tendrá mayores operaciones que su equivalente tradicional, gracias a que las ficciones funcionarán también en las nuevas plataformas.

Foto: Julián Bongiovanni
Fuente: Diario La Nación