lunes, 19 de julio de 2010

Rosa María Alfaro :"En una democracia la ley de libertad de expresión tiene que salir de la gente”

Rosa María Alfaro es educadora y comunicadora social en Perú. Dirige la asociación de comunicadores sociales Calandria, en Lima, y es coordinadora de la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios Privados y Públicos. Es una de las expertas más reconocidas en la región andina
Por: Melissa Silva Franco
El aporte de Calandria fue decisivo para la formulación de la Ley de Radiodifusión y Televisión en Perú. Esta catedrática estuvo en Madrid participando en debates sobre la Comunicación para el Desarrollo y concedió la siguiente entrevista a Nueva Prensa de Guayana, en la que debate sobre el reto actual de la ciudadanía

Usted es una de las investigadoras más influyentes en América Latina en temas de Comunicación y Desarrollo. ¿Qué definición hace de ambos términos?
La comunicación suele verse de manera instrumental, incluso lo definen como el instrumento para conocer cosas y no debería ser así por que la comunicación debería ser una finalidad del desarrollo, el que la sociedad esté comunicada, que sepa escucharse una a otra, que puedan dialogar, que el público debata, esos son los objetivos de la Comunicación para el Desarrollo, esa interacción que hace que una sociedad sea más sólida, menos agresiva.
La comunicación te permite construir el tipo de desarrollo que se puede implementar, porque permite debatir, conversar, acordar sin eliminar y ni ofender al otro.
Una de las grandes debilidades de los ciudadanos es que sabemos que tenemos derechos, que tenemos que luchar por ellos, pero no sabe o no acepta aún que hay otro como él que también quiere lo mismo: expresarse. Y que tu no puedes eliminar, hablar mal de él, declararle la guerra para ganar tú.
Entonces tenemos muy claros los derechos pero no practica esa obligación comunitaria con el otro de aceptación, de ayudarlo, de darle información. En eso está enfocado nuestro trabajo.

Entonces, ¿Aprender a comunicarnos es el primer reto al que nos enfrentamos en el contexto actual?
Claro, lo primero es eso. Aprender a conversar, a entender, a saber cómo decir las cosas o como muchas veces pasa que el gobierna termina poniendo una ley para que haya más articulación.

En base a esto, ¿qué definición hace sobre el derecho a la comunicación?
Para ello te pongo un ejemplo: una vez le propuse a mis alumnos de la universidad participar en un programa de comunicación por altavoces en un pueblo pobre y se apuntaron un montón. Entonces lo primero que ocurrió fue que se remecieron de conocer un pueblo con esas características que tanto desconocían y ese fue su encuentro con la pobreza.
A partir de allí aprendí que las universidades no estábamos preparando a la nueva generación para el país. Luego con los estudiantes comenzamos a trabajar con las mujeres en el aniversario de uno de los mercados de la zona, con total participación de todos y durante 10 años hicieron telenovelas no sólo en altavoces sino en una radio.
Es allí cuando te das cuenta de que el recurso comunicacional por excelencia es el relato, la gente se habla y se entiende cuando se cuenta lo que le ocurre, lo que siente, lo que está viviendo y empiezan el intercambio de historias que llevarán a entenderse.

En esta búsqueda ¿Qué papel juega el Estado?
Nosotros tenemos la política de siempre trabajar con la ciudadanía como motor de cambio para después presentar propuestas al Estado. Nosotros en Perú trabajamos la Ley de la Radio y televisión que es la única ley en el mundo que fue una iniciativa legislativa ciudadana. El proceso fue interesante, con ayuda de estudiantes de comunicación social de múltiples universidades, haciendo debates en la calle, informando a la gente con los puntos básicos en los diferentes sectores del país hasta que logramos que el tema ocupara un espacio de debate a nivel mundial.
Esta iniciativa entró al congreso de diputados en Perú, junto a unas 86 mil firmas de apoyo, más un millar de cartas de diferentes sectores hasta de comunidades indígenas y se comenzó a debatir hasta aprobarse. Lo importante es entender que ya no estamos en una guerra entre buenos y malos, sino que tenemos que entendernos todos como ciudadanos, con capacidad de participación y de cambios importantes para nuestro entorno.

¿Cómo ve la situación en Venezuela?
Sólo puedo decir que para que una sociedad sea verdaderamente democrática, las leyes relacionadas con el tema de comunicación y libertad de expresión tienen que salir de los ciudadanos, no del poder político.

¿Y con respecto al cierre de medios de comunicación o sanciones millonarias que han recibido muchos medios venezolanos?
Muy mal signo. Es una amenaza latente pero también una gran oportunidad para que la nueva generación de periodistas comiencen a formarse, a trabajar en nuevos términos de comunicación y desarrollo. Pero es un panorama crítico y preocupante, sin dudas. Sin comunicación, ni libertad de expresión no hay desarrollo.

¿Cuál es el impacto de este derecho en el desarrollo cultural y en la educación de la sociedad?
En que la gente se valore más. Eso es lo que necesitamos, que la gente se sienta ciudadana de un país, que la comunicación le ayude a sentirse ciudadana o ciudadano, que no es cualquiera. Es un ciudadano que tiene derechos, varios, no solo comunicativos. Pero los derechos comunicativos deben ser la expresión de un conjunto de derechos que la gente sabe que tiene.

¿Quién debe definir y priorizar los contenidos de los mensajes? ¿Con qué criterios debe hacerlo?
Creo que los contenidos los debe definir la gente y los medios no deben tener tanta opción sobre los contenidos. Los medios deben poner varios contenidos para que la gente asuma los suyos propios, que escoja, valore uno u otro, se dé cuenta que uno le sirve más para unas ocasiones y otros, para otras. No podemos simplificar la comunicación y el periodismo solo a mensajes que a veces no llegan a la gente por el modo de hacerlo, por el énfasis que le pones, por la motivación que generas, todos son aspectos fundamentales de la comunicación hoy en día.
Lo que pasa es que muchos de nosotros somos influidos por el mensaje, porque hemos tenido como medio fundamental el periódico, la revista, el libro. Los jóvenes que compran esos periódicos lo hacen porque las columnas de opinión tienen información pero planteada con argucia, se burlan, dicen cosas en el lenguaje de los jóvenes, como “qué se cree este gobernante, que porque tiene la barriga grande tiene la cabeza grande,” cosas con este tipo de ironías que hace que los jóvenes pequen y sean los principales compradores de esos periódicos.

¿Cómo vincular este derecho a la comunicación con la democracia y el desarrollo?
La democracia hay que verla como sistema y como cultura. Hay gente que se acomoda al sistema democrático existente, sin embargo no tiene una cultura democrática desarrollada, entonces, cuando va por la calle manejando su auto es capaz de atropellar a alguien sin ningún problema, o no cumple las normas y no escucha a los demás. Siempre hay gente que cuando alguien plantea cosas no las toman en cuenta, no las escuchan. Incluso los propios gobernantes tienen esa dificultad para escuchar. Parece que estuvieran hechos para hablar, para dar mensajes, pero no para escuchar y a partir de escuchar renovar sus mensajes. Eso les pasa a muchísimos gobernantes de todo tipo, del ejecutivo, del legislativo, y por eso tenemos tantos problemas, porque además hay una subvaloracion del ciudadano por parte del Estado… y de las empresas también.

¿Y cuál es el panorama frente a la comunicación y desarrollo de América latina?
Estamos viviendo una situación de antagonismo para conseguir poder, no sólo en América Latina sino también en gran parte del mundo. Las guerras de palabras, de insultos, de juicios de valor son muy fuertes por que se ha establecido que la única forma de gobernar ya no es sólo tener un partido sino también tener gente que te apoye y para ello debes demostrarle que eres un sinvergüenza, que es un corrupto, que no tiene capacidades, en fin, total descalificación. Todo esto impide que la gente pueda reflexionar con quién está, lo que se está perdiendo es que los procesos expresen la voluntad real de la gente.

Ya para finalizar, ¿Cuál es el reto actual?
Definitivamente hay que entender que la comunicación es el descubrimiento y respeto por el otro, para así construir juntos el desarrollo. Y recordar que ya acabó la época en la que el mundo se dividía entre los buenos y los malos de la película, ahora la ciudadanía es la verdadera protagonista para lograr los cambios.

Algunas publicaciones
Rosa María Alfaro ha publicado más de 20 libros sobre periodismo y comunicación. Entre los cuales se encuentran los siguientes:
Nuevos Compromisos de la Prensa con el Desarrollo y Responsabilidad de la Prensa con el Desarrollo, hay tanto por hacer. A.C.S. Calandria (Enero 2009).
Otra Brújula. Innovaciones en comunicación y desarrollo. A.C.S Calandria (2006).
Autorregulación Ya. Búsquedas éticas desde los medios de comunicación. A.C.S. Calandria y Veeduría Ciudadana de la Comunicación Lima (2006).
Comunicación y Política, en una democracia ética por construir. Veeduría Ciudadana de la Comunicación y British Council-Perú. Lima (2005).
La salud un asunto público. Experiencias universitarias de periodismo Cívico. Consorcio de Universidades Lima (2005).
De lo estatal a lo público. Medios ¿de quién y para qué? Edición, autora de artículos. Lima (2006).


Fuente:
Nueva Prensa Guyana