martes, 15 de junio de 2010

Las decisiones de la televisión pública

Por: Pablo Llonto
Uno puede recurrir a las conjeturas del absurdo de mil maneras. Que lo colocó Julio Grondona, que se trata de un favor a cambio de otro, que los viejos enemigos de Clarín son los amigos del gobierno, que formó parte de las conversaciones con el Pepe Mujica, que se trata de un error “del mercado”, que alguien no se dio cuenta. Lo cierto es que un abundante empresario de los medios de comunicación es el comentarista de la TV pública argentina para el Mundial de Fútbol. Para otras mayorías, el hombre es conocido como el Enzo. El Enzo Francescoli.
Dueño de la empresa Tenfield, socio del comerciante uruguayo Paco Casal, comprometido con adquisiciones cuestionadas de los derechos de TV del fútbol de Uruguay, de eliminatorias de Mundial y de las mil maneras de sembrar monopolios, el Enzo fue contratado, con dineros estatales, para trabajar durante el Mundial en el canal emblema de la estatización de los derechos del fútbol. Es decir, del Fútbol para todos, es decir, del Fútbol Gratis, es decir del pueblo recuperando derechos.
A quien sea que se le haya ocurrido el nombre de Francescoli, el asunto es grave.
Grave porque desconoce una historia de luchas antimonopólicas en la Argentina. Grave porque demuestra que todo se sigue manejando a la ligera, o a la valijera, a la hora de mantener coherencias en el discurso y en los hechos. Ya ocurrió con la elección de Marcelo Araujo como relator de nuestros campeonatos. Ya se repitió con la privatización de la producción periodística. Toda esta costumbre de manchar los micrófonos requiere que alguien con sesos se haga cargo de las decisiones sobre periodismo deportivo en “el canal de todos”.
La categoría de ídolo riverplatense de Francescoli no aliviana su turbia relación de los últimos años con los negocios de la TV. Basta leer a unos cuantos periodistas uruguayos para enterarnos de los arreglos, los contratos privilegiados, los llamativos beneficios impositivos, las apretadas, los mensajes mafiosos del grupo Tenfield que Francescoli integra junto a Casal y al ex River Nelson Gutiérrez. Ni Lanata se salvó del largo brazo de Tenfield cuando en su aventura uruguaya intentó investigar el negocio del Paco.

Del Paco Casal
Y así fue que llegamos a mayo de 2010, y así fue que el comentarista Francescoli ahora despunta sus vicios un rato para el diario Clarín y otros para Canal Siete. ¿Qué extraño, no?
Lo peor es que lo debemos escuchar (poco, casi nada), desabrigando limitaciones, diciendo desde Sudáfrica nada más que “sí, sí, sí” a los acertados análisis de un ex jugador que, en cambio, se ha preparado para brindarle a los espectadores conceptos, novedades y licencias técnicas que ayuden a “ver mejor” los partidos. Nos referimos a Diego Latorre, quizás la revelación de los últimos años en materia de “periodismo por especialistas”.
Superior, muy superior, a un Francescoli que podría ser el comentarista ideal...para TyC o para TN. Allí, donde se bendicen los monopolios y los negociados.

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