Por: Jorge Luna
El presidente Sebastián Piñera no acaba de hacerse cargo del diario gubernamental La Nación, cuyo más reciente director designado, Mirko Macari, duró apenas horas tras críticas de la oficialista Unión Demócrata Independiente (UDI).
En cuestión de horas, el periodista Macari -directivo de El Mostrador, medio al que ya retornó- fue nombrado y destituido, trámites conocidos, entre otros, por tres miembros del directorio del rotativo cercanos a la UDI, así como por la vocera del gobierno, Ena Von Baer, también UDI, y por el propio mandatario.
La decisión, según trascendió, responde a quejas del dirigente de la UDI Jovino Novoa, presidente del Senado, por coberturas de Macari el 2003 sobre un escándalo de prostitución, conocido como "Caso Spiniak", en que involucró erróneamente al político derechista.
Ante las quejas de la UDI, Piñera ordenó revertir el nombramiento de Macari, quedando nuevamente vacante el cargo, cubierto interinamente por Álvaro Medina.
Como el nombre fue propuesto por la vocera Von Baer, fue llamada a la sede de la UDI a dar explicaciones, según medios chilenos.
Macari fue citado por medios nacionales en el sentido de que "el problema no soy yo, sino el contexto político. Es parte del conflicto de la UDI con Piñera".
Fuentes de La Nación, que dirigió Marcelo Castillo hasta el final del mandato de la presidenta Michelle Bachelet, señalaron que al menos otros cinco profesionales habían rechazado el ofrecimiento antes de llegar a Macari.
Hay también quienes buscan, en realidad, el cierre de La Nación, de reducida tirada nacional, idea esbozada varias veces por el mandatario cuando era candidato presidencial.
Una tesis es que el llamado duopolio editorial, que de hecho conforman los grandes conglomerados La Tercera y El Mercurio, abarcando la casi totalidad del mercado, estaría interesado en su cierre para repartirse los ingresos por publicidad y del Diario Oficial, que esa empresa publica.
El incidente es apenas parte de un debate mayor acerca de los medios de comunicación, la libertad de expresión, la diversidad informativa y otros temas que vienen movilizando a destacados periodistas chilenos, que lamentan la ausencia de medios independientes capaces de competir con el duopolio.
Circulan en Santiago varios proyectos periodísticos, aún en etapas primarias, que aspiran a llenar el vacío que dejaron los gobiernos de la Concertación en materia comunicacional, al no crear potentes medios propios.
Ese esfuerzo quedó en manos de emprendimientos independientes, muchas veces aislados en el panorama periodístico nacional, pero que ahora parecen cobrar mayor urgencia.
Circulan varios medios digitales e impresos, tanto nuevos como de larga trayectoria, que responden a fuerzas diversas de oposición: El Quinto Poder, hasta El Periodista, Cambio 21, Clarín, CIPER Chile, Le Monde Diplomatique, The Clinic, Diario Uno, Punto Final, El Siglo, Crónica Digital, El Ciudadano y muchos otros.
El ex director de La Nación Marcelo Castillo opinó que es probable que muchos de estos intentos "sean todavía marginales ante la industria mediática dominante", pero subrayó el hecho de que "se están gestando nuevas redes".
Quien sea capaz de concentrarlas de alguna manera en un nodo, agregó, habrá conseguido masificar una nueva realidad comunicacional en Chile.
Fuente: Prensa Latina