martes, 16 de febrero de 2010

Colombia: "Todo el que crítique es enemigo"

María Elvira Samper es uno de los dos directivos de la revista Cambio, recientemente cerrada por sus propietarios. La ausencia de la publicación es una pérdida para la libertad de expresión y una voz crítica menos en Colombia. "Todo el que crítique es enemigo" expresó la señora Samper. Con ella conversamos vía teléfonica.
Por: José Zepeda

¿Usted tiene la certeza más absoluta que el cierre de la revista corresponde a un atentado en contra de la libertad de expresión en su país?
Pues me parece que la expresión ‘certeza absoluta’ es demasiado contundente. Tengo la convicción de que aparte de la reacción empresarial que no discuto, porque no conozco las firmas, ni los planes de negocios, ni todo ese tipo de cosas, hay razones políticas de fondo que incidieron en la decisión y que, de todas maneras, en un país como el nuestro, esa es una amenaza contra la libertad de expresión. Entre otras cosas porque somos víctimas no solamente de los actores armados, sino que somos víctimas de la pauta, y además de un proceso en donde cada vez en los medios de comunicación prima el negocio sobre su función esencial, que es la función de mantener estrechamente informada a la opinión pública.

¿Existe una relación estrecha sobre los propietarios del medio y el poder?
Más que estrecha, calcule que el vicepresidente de la república y socio del periódico, de la casa editorial y uno de los aspirantes en caso de que Álvaro Uribe no se postule en estas elecciones, uno los aspirantes más serios a la Presidencia de la República, y en las páginas del Tiempo, tiene columna el ex asesor presidencial, José Obdulio Gaviria, que además es mano derecha y muy cercano del más alto ejecutivo español que tiene la casa editorial. Entonces, además de eso ha habido una serie de declaraciones y pronunciamientos de Juan Manuel Santos, el aspirante a suceder a Uribe, en el sentido de que nosotros, los de la revista, éramos idiotas útiles de la guerrilla, por alguna publicación en la que se cuestionaba la política de seguridad democrática por causa de las altas tasas de homicidio y de inseguridad en las ciudades. Y decía que la inseguridad de las ciudades era el talón de Aquiles de la seguridad democrática, por lo cual el Sr. Santos dijo que nosotros éramos idiotas útiles de la guerrilla. Por su parte, el Sr. José Obdulio Gaviria en las páginas en su columna en El Tiempo, en varias oportunidades se expresó en contra del director de Cambio y de la revista. Entonces habría que decir que hay una serie de circunstancias que nos permiten colegir o inferir, que sí hay razones políticas detrás del cierre de Cambio.

Hay una situación aparentemente paradójica; por un lado, dice usted, hay una relación muy estrecha, prácticamente en el núcleo absoluto del poder de Colombia entre los propietarios del medio y el gobierno. Pero por otro lado, es una revista que ha podido funcionar durante 16 años ¿Cómo fue posible?
En la primera etapa de esos 16 años, la revista estaba por fuera de El Tiempo, pero en los 2 primeros años en que la revista se publica en Colombia, la encabeza Juan Tomás de Salas, un español que se nacionalizó colombiano, quien en los momentos más duros del franquismo el periódico El Tiempo le abrió sus páginas porque uno de sus pilares, el doctor Eduardo Santos era antifranquista y republicano. La segunda etapa de la revista viene cuando ese grupo, encabezado por Patricia Lara, que acaba de comprar dos acciones que caen en manos de Salas, asume la dirección de la revista con una serie de periodistas que han sido de El Tiempo y que ahora están en El Tiempo, y le toca el proceso ocho mil, o sea el proceso en el gobierno de Ernesto Samper. Y un poco tiempo después vende la revista y en esa tercera etapa empezamos nosotros con Gabriel García Márquez, Ricardo Ávila, Roberto Pogo, el señor Téllez, Pilar Calderón y yo, periodistas que habíamos sido de la revista Semana.
Y compramos la revista y empezamos un proceso que nos coincide además con la crisis económica del año 2000 y nos pone un poco en dificultades, pero sin embargo sobrevivimos, es más nos mantuvimos seis años, al cabo de los cuales El Tiempo ofrece comprarnos, porque necesita concretar el portafolio, porque está en el proceso de búsqueda de un socio estratégico. Entonces viene otra etapa -lo compra El Tiempo- duramos dos años funcionando antes de la venta a Planeta, y después viene la venta al grupo Planeta español y además, y ese es un detalle que no le he dado, se agrega un interés adicional, que es la adquisición de un tercer canal de televisión español, lo que parecería ser una de las prioridades de este conglomerado, en el cual los accionistas mayoritarios son los españoles.
Ahí entendemos que empezamos a convertirnos aún más, en unos seres incómodos, ya que la adjudicación del canal depende del gobierno. Entonces hay otro factor adicional que explica por qué en esta última etapa de los dos años con el grupo Planeta y accionista mayoritario de El Tiempo, nosotros empezamos a ser especialmente incómodos, porque creo que antes lo no éramos tanto como ahora, cuando está de por medio, la adjudicación por parte de gobierno, de un tercer canal de televisión.

Qué era Cambio
Precisamente yo la hacía la consulta para tratar de entender lo siguiente: me da la impresión, en consecuencia, que la revista Cambio, no es que sea una revista de ‘oposición’ al gobierno, sino que es una revista de periodismo de investigación, que trata de poner al descubierto, irregularidades del poder.
Correcto. En el momento de esta coyuntura que estamos viviendo, aquí todo el que critique es enemigo, aquí la oposición está siendo estigmatizada, está siendo convertida en enemigo y cualquier crítica, no importa de donde venga, no se interpreta como parte de la función esencial del periodismo, sino como oposición. Entonces, en eso estoy de acuerdo con usted; nosotros no somos una revista de oposición, ni hacemos oposición por hacerla; estábamos en la función de investigación y en la función natural, esencial del periodismo, éramos un poco los guardianes, los perros guardianes de los intereses públicos y cumplíamos una función de fiscalización del poder. Digamos que nosotros hicimos carrera dentro del periodismo colombiano, como ser una revista de investigación y las últimas investigaciones que hicimos, las últimas denuncias, fueron especialmente dolorosas para el gobierno: La que tiene que ver, por ejemplo, con la relación de quien fuera el jefe de fiscalías del Departamento de Antioquia, el hermano del ministro de justicia de Colombia, eso no gustó. Descubrimos también que el acuerdo militar con los Estados Unidos para el uso de bases colombianas se estaba cocinando detrás de la opinión pública y del Congreso y eso tampoco les gustó. Y el gran descubrimiento que hicimos, fue con respecto a la política de subsidios agrarios a la cual no nos oponemos porque entendemos que todos los países, aún los desarrollados subsidian el agro, sino que se pervirtió, porque acabaron los subsidios concentrados en manos de unas pocas familias de la costa, que, para más señas, algunas de ellas habían sido financiadoras de las campañas del Presidente Uribe y algunas tenían o habían tenido relaciones con los grupos paramilitares. Por eso nos parece que más que razones económicas lo que allí son razones políticas para habernos sacado de circulación.

Una cosa es que les quiten a periodistas el medio donde expresarse y otra muy distinta es que le quiten su condición de periodista. Yo me imagino que usted va a buscar y encontrar modos de expresar su opinión en el país.
Estamos en eso, pero fíjese que lo grave de todo esto es que aquí hay cada vez menos medios en donde trabajar. El año pasado no más en la Casa Editorial El Tiempo, se perdieron más de 200 puestos de trabajo por cuenta de la crisis económica. El hecho de que está actuando el conglomerado económico de los dueños de los medios, hace la cuestión muy difícil. Y por otra parte, la empresa privada que habla tanto de responsabilidad social, a la hora de anunciar, solo le importa el costo por mil. No piensan que una democracia es más fuerte y es más democrática mientras más medios tiene, mientras más voces se oyen, sino lo que les importa es el costo por mil y ni siquiera tienen como esa decisión política de aún anunciar en medios independientes, por el prurito de que hay que defender la libertad de expresión y que hay que defender la independencia. Es muy difícil, ya le conté a usted que como nosotros, un grupo de periodistas independientes, montó una revista y no fue posible sobrevivir holgadamente por cuenta del famoso costo por mil. Entonces, aparte del poder, aparte de los enemigos que tenemos por todas las violencia cruzadas que hay en este país, la pauta es un enemigo también.

Señora María Elvira Samper, yo le agradezco mucho a nombre de Radio Nederland, sus declaraciones.
Nosotros con ustedes, especialmente en nombre de la revista Cambio, yo le agradezco mucho el que haya tenido la consideración de oír nuestras voces porque es una voz que se apaga y es un grupo que estuvo siempre conciente de cuál era su función, independientemente de que estaba arriesgando su medio de vida.
Escuchá la entrevista completa:

Imagen: Diario El Universo
Fuente: Radio Nederland


Fuimos incómodos para el poder
La Casa Editorial El Tiempo (CEET), cuyo socio mayoritario es el Grupo español Planeta, anunció el pasado 3 de febrero que la revista pasará a ser mensual y que su línea editorial se centrará en temas de sociedad, entretenimiento y turismo, entre otros.
La decisión de la CEET, sin embargo, despertó suspicacias y críticas:
Quienes trabajamos en los medios de comunicación sabemos que las razones que pesaron no fueron sólo las económicas, y que el cierre de Cambio tuvo que ver más con los callos que pisaron sus investigaciones periodísticas y sus denuncias que con la falta de pauta", señaló la columnista María Jimena Duzán.
"Otros que deben estar de plácemes con el cierre de Cambio son los españoles dueños de El Tiempo. Queda claro que a ellos no les interesa que sus medios anden hurgando por ahí como roedores buscando escándalos debajo de las piedras cuando está de por medio su aspiración de ser el adjudicatario del tercer canal", añadió Duzán.
De esta forma, la columnista se refirió al hecho de que Planeta aspira a obtener en Colombia un canal de televisión y puja por éste en una licitación pública que debe abrirse en breve, después de la cancelación de una primera convocatoria en la que dos de los tres consorcios que aspiraban se retiraron.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, pese a las suspicacias, aseguró hoy que su Gobierno "seguirá haciendo todos los esfuerzos para que el periodismo en Colombia sea libre".
Agregó que uno de los objetivos de su política de "seguridad democrática" ha sido "hacer respetar la libertad de los periodistas" en el país.
Sobre esto, la Fecolper indicó que "contrario a la campaña internacional que realiza el Gobierno nacional sobre el 'exitoso' modelo colombiano para la protección de periodistas, las cifras demuestran un preocupante aumento en los ataques contra informadores".
El vicepresidente Francisco Santos, de la familia propietaria de El Tiempo y de Cambio, por su parte, se abstuvo de señalar si en la decisión pesaron razones políticas o económicas, pero subrayó que "al periodismo colombiano y a Colombia le va a hacer falta una revista como ésta".
Para Rodrigo Pardo, último director de Cambio, "es paradójico" que el fin de la publicación "coincida con la celebración del Día del Periodista".
Es "lamentable todo lo que ha sucedido, porque es una decisión empresarial y tienen el derecho de hacer lo que quieran, pero yo digo que fuimos víctimas de ejecuciones extrajudiciales y presentados como muertos en combate, en el combate de las cifras", indicó María Elvira Samper, ahora ex subdirectora de la revista, en declaraciones a emisoras de Bogotá.
Sin embargo, dijo tener "la firme convicción de que hay razones distintas, mucho más de fondo, para haber tomado una decisión que se había podido poner en práctica en una forma decente y respetuosa con una revista que ha cumplido con una función, que es la básica del periodismo: ser los perros guardianes del poder como habría dicho Winston Churchill".
Samper remarcó que estaba absolutamente convencida de que en la revista se hizo lo que se tenía que hacer, y puntualizó: "no fuimos idiotas útiles del poder (...). Fuimos incómodos para el poder".

Fuente: Agencia EFE

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