lunes, 12 de octubre de 2009

Ahora Papel Prensa

Luego de haber logrado la aprobación de su polémico proyecto de radiodifusión, el Gobierno parece no perder el tiempo en su encarnizada lucha contra algunos medios de comunicación, y ahora ha puesto sus ojos, y algo más, sobre Papel Prensa.
Integrada por el Estado (27,46% del paquete accionario), Clarín (49%) y La Nación (22,49%), Papel Prensa es una empresa que, actualmente presidida por Julio C. Saguier -titular S.A. La Nación- y con ocho directores, se encarga de la provisión de papel a cerca de 170 diarios de todo el país, que responden a distintas ideologías y grupos económicos.
Si bien su génesis está vinculada con la década del 60, oficialmente fue fundada en 1978 y cuenta con una planta productora de papel en la ciudad bonaerense de San Pedro. Papel Prensa cuenta en su haber con varias denuncias y causas por contaminación, pero esto no es precisamente lo que le preocupa al Gobierno.
Enfrascada en una cruenta guerra contra el Grupo Clarín, la administración de Cristina y Néstor Kirchner estaría pugnando por quedarse con el control de la compañía productora de papel. Al menos eso es lo que ha trascendido en los últimos días.
Como no podía ser de otra manera, el brazo ejecutor de las ideas del matrimonio presidencial es Guillermo Moreno. Carlos Collasso, uno de los dos consejeros que representan al Estado en Papel Prensa, reconoció ante la Justicia que el Secretario de Comercio Interior amedrentó a los directores de la empresa -tres de los cuales responden al propio Estado-, y amenazó con una intervención. Su accionar tuvo consecuencias inmediatas: dos de los intimidados renunciaron.
Cabe aclarar que el informe de Collasso dio pie a que Jorge Rendo, vicepresidente de Papel Prensa y director corporativo de Relaciones Externas del Grupo Clarín, promoviera una querella ante la Justicia, denunciando los delitos de coacciones y abuso de autoridad, y acusando al Gobierno de intentar coartar la libertad de prensa.
Rendo también presentó una denuncia por "agiotaje", debido a la manifiesta intención de Moreno de bajar el valor de Papel Prensa para perjudicar al Grupo Clarín. De acuerdo con las declaraciones de Collasso, el polémico funcionario habría afirmado que "buscará el modo de depreciar el valor" de Papel Prensa "para comprarla o expropiarla".
Siempre según el consejero, en una reunión del pasado 14 de septiembre, Moreno no descartó "dictar un decreto de necesidad y urgencia" ni utilizar a los "gremios más agresivos". Pero el tinte desafiante de sus expresiones no terminó allí, ya que habría advertido a sus interlocutores con la siguiente frase: "Mis muchachos son expertos en partirle la columna y hacerle saltar los ojos al que hable".
En el encuentro, además de Moreno y Collasso, estuvieron los directores de Papel Prensa -de los cuales tres responden al Estado, uno es independiente y el resto representa a Clarín y La Nación-, pero también otros funcionarios, entre ellos Beatriz Paglieri, ex interventora en el área de Precios del INDEC, y futura directora oficial de la empresa papelera.
La reunión comenzó con el Secretario de Comercio Interior acusando al Grupo Clarín de pretender el dominio sobre la opinión pública, aunque enseguida criticó el accionar de la propia Papel Prensa, y les ordenó a los representantes del Estado que dejasen constancia de la disconformidad del Estado con todo lo realizado por la empresa. Al comenzar a recibir algunas explicaciones que no le gustaban, Moreno comenzó a dar instrucciones y proferir graves amenazas. Afirmó que Paglieri era la autoridad real en Papel Prensa, y afirmó que su objetivo era que el Estado tuviera un rol activo en la empresa Papel Prensa, a los efectos de lograr un control efectivo sobre la disponibilidad de papel de diario. Y después expresó lo antes mencionado, relacionado con la posible utilización de gremios como fuerza de choque, la posibilidad de dictar un decreto de necesidad y urgencia, y la intención de encontrar un modo de hacer bajar el precio de la empresa para que el Estado la compre y, sino, la expropie.
No está mal que el Gobierno haya impulsado una nueva ley de Radiodifusión. Al fin y al cabo, la anterior era de la época de la última dictadura militar, y ha promovido la generación de grupos de medios que, de tan grandes, se parecen mucho a monopolios. Tampoco es desacertado promover cambios en Papel Prensa. El problema son los intereses que subyacen detrás. Y las formas. Esas que tanto rechazo han provocado en la opinión pública. Y no precisamente por la injerencia de la prensa.

Editorial del Diario
La Opinión de Rafaela