domingo, 27 de septiembre de 2009

TyC Sports anuncia despidos tras la estatización del fútbol

El gerente general de la emisora adelantó que se irá el 30% de los empleados. Ejecutivos de la compañía dijeron a este diario que el plan es desprenderse de 230 personas sobre un total de 500. Argumentan que, sin los partidos, la señal vale menos.
Por: Alejandro Bercovich y Claudio Zlotnik
El Grupo Clarín anunció los primeros ajustes en su plantel de personal tras haber perdido el negocio del fútbol. En el tramo decisivo de la pelea con el Gobierno por la nueva ley de medios, contra la que también batalla el mayor holding mediático del país, el capítulo inicial se escribió en TyC Sports, la señal de cable que emitía en exclusiva los partidos de fútbol de Primera División hasta que el Gobierno pactó con la AFA transmitirlos gratuitamente. Allí las autoridades convocaron a periodistas, técnicos y administrativos para comunicarles que “en la primera mitad de octubre” reducirán “en un 30%” su staff. Pero ejecutivos del canal adelantaron a este diario que el plan es despedir a unos 230 empleados sobre un total que no llega a 500. Es decir, casi la mitad.
El gerente general, Carlos Fridman, reunió el miércoles pasado a conductores, cronistas, productores y jefes de área en sus estudios centrales de San Juan y Lima. El jueves citó por separado a otros dos grupos de empleados de los programas más vistos del canal. Según confiaron a Crítica de la Argentina tres fuentes que participaron de los encuentros, el ejecutivo anticipó los recortes y los adjudicó a que los proveedores de cable dejaron de pagar la tarifa que cobraba la empresa por figurar en sus grillas de programación. Eso incluye a Cablevisión y Multicanal, las dos cableras que también maneja Clarín y que acaparan la mitad de los abonados.
Oficialmente, la empresa negó tener un número de despidos en carpeta. Sus voceros dijeron que abrirán un plan de retiros voluntarios y que intentarán mantener “al menos al 70%” del personal.
Los estudios y las oficinas de la señal deportiva igual estallaron de rumores. Por separado, los gerentes de cada sector empezaron a armar listas de empleados “prescindibles”. También algunos de ellos temen ser despedidos.
Fridman explicó en todos los casos que tras haber perdido la exclusividad de las populares transmisiones de fútbol, el canal se devaluó a niveles insospechados. De ser la señal más cara para las empresas del cable –que hasta hace dos meses le pagaban un promedio de $ 9 por abonado–, más un adicional de $ 3 por el codificado, TyC Sports pasó a cotizar incluso menos que sus competidores deportivos, que siguen teniendo menos audiencia pero que ofrecen partidos de la Copa Libertadores, la Sudamericana y hasta la Champions League europea.
Cuando la AFA anunció su convenio con Canal 7, las empresas del cable exigieron renegociar lo que pagaban por TyC Sports. Mientras tanto cortaron los pagos. En el canal intentan tejer acuerdos para cobrar $ 4 promedio por abonado, pero les juega en contra que Fox Sports cobra apenas $ 2,70 y ESPN menos de $ 1,50, incluyendo ESPN+.
Paradójicamente, en esta disputa, Cablevisión y Multicanal se ubican en la vereda opuesta a la de TyC Sports y les conviene que caiga su precio. El canal no es íntegramente del Grupo Clarín y según los voceros “se maneja en forma independiente”. El holding tiene la mitad de sus acciones y la otra mitad está en manos de Torneos y Competencias, el emporio fundado y luego vendido por Carlos Ávila.
TyC también cerraría los estudios que alquila desde este año en Belgrano. Allí apostaba a expandirse en los próximos años hasta que la movida del Gobierno y la AFA enterró el negocio que creía asegurado hasta 2014.
Los empleados esperan en estado de ebullición los próximos pasos de la empresa. Los periodistas no tienen representación sindical y sólo está presente en el canal el sindicato de televisión (SAT), adherido a la CGT. Tres años atrás, dos camarógrafos intentaron organizar elecciones de delegados bajo el paraguas de la Unión de Trabajadores de Prensa pero fueron despedidos.

Fuente:
Crítica de la Argentina