El fútbol se adecentó de pronto. Las canchas lucieron limpias de la mugre que inspiraba la televisión privada con su carpetón rojo.
Los entretiempos duraron casi lo correcto. Los camarógrafos no se comportaron como los patrones de estancia que parecían antes, cuando los partidos se iniciaban cuando se declaraban satisfechos de las estúpidas notas en las que preguntaban si el goleador estaba contento.Millones de personas que no pueden acceder al cable pudieron ver el fútbol por primera vez en 15 años. La media pantalla ocupada por la publicidad del monopolio quedó libre y todo el mundo pudo ver quien pateaba los córners.
Sin embargo la herencia es muy pesada y ese "nuevo" fútbol lució como el de antes de terminarse la estafa. El robo ha sido descomunal y los equipos dan pena.
El fútbol golondrina de los últimos años dejó a Independiente con un solo titular de los que tenía hace cinco meses. Huracán que peleó el anterior torneo hasta el último partido, perdió ya el 70% de su formación titular en apenas dos meses. A este relator, de puro contento ante la nueva historia, se le dio por cubrir tres partidos. De viernes a domingo no se pueden rescatar más de diez para aplaudir.
Fuente: Ovación