viernes, 15 de mayo de 2009

La CNN bate su propio récord

Crisis en Guatemala. Versiones malévolas y proclives a la desestabilización proporcionada por la CNN a través de Patricia Janiot, en reportaje al presidente Alvaro Colom sobre el asesinato de Rodrigo Rosenberg, se vio confirmado con creces.
El domingo 10 de mayo fue asesinado a balazos en Guatemala el abogado y empres
ario Rodrigo Rosenberg Marzano mientras paseaba en bicicleta frente a su domicilio, sin compañía y sin custodia. Lo peculiar del caso es que el mismo había dejado grabado un video en el cual acusaba con anticipación de su muerte al presidente Álvaro Colom. El episodio se inscribe en la campaña de desestabilización contra el gobierno guatemalteco iniciada apenas éste asumió el 15 de enero 2008. En este caso queremos comentar especialmente la insolencia inaudita de la CNN en la presentación de esta noticia a través de Patricia Janiot.
Por: Niko Schvarz
Vimos la entrevista al presidente Colom pasada la medianoche del martes 12, y ayer por la mañana recibimos varios testimonios coincidentes de amigos que habían quedado azorados y con tremenda indignación por ese programa. Comentaban que en muchos años de mirar CNN jamás presenciaron una mezcla semejante de desvergüenza, de insinuaciones malévolas, de interrupciones abruptas y groseras como las efectuadas al presidente Colom, que conservó en todo momento su temple de estadista y su dominio de la situación, rechazando de plano las acusaciones. Parecía que la CNN quisiera oficiar de estandarte de la campaña de desestabilización política que está detrás de este crimen. Al extremo de que en dos ocasiones la entrevistadora le dijo con todas las letras al presidente guatemalteco que debía renunciar a su cargo. Desparpajo semejante no se vio jamás.




El mandatario declaró textualmente que "todos los ataques que este gobierno ha recibido están en el contenido del texto del video que grabó Rosenberg. Eso lo escribió alguien que es parte del plan de desestabilización de mi gobierno. Yo mismo pedí a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y al FBI que apoyen para esclarecer este crimen". En estas palabras está contenida la clave de la situación. Bajo el actual gobierno funciona la citada Comisión, integrada por expertos internacionales que cuentan con el apoyo de Naciones Unidas y está dirigida por el jurista español Carlos Castresana. Se informó que a través de su embajador en Guatemala el gobierno de EEUU ofreció su colaboración para la investigación del crimen, lo que fue aceptado por el gobierno.
Son extrañísimas las circunstancias que rodean el asesinato. Roberto Rosenberg grabó un video que está colgado en El Periódico y en Tribuna Libre, por lo menos. Allí se dice: "If you are watching or hearing this video clip (it) is because I have been murdered" (Si Ud. está viendo u oyendo este video es porque yo he sido asesinado). Y a renglón seguido, sin ningún hecho y la mínima justificación, anuncia como responsables de esa muerte propia, anunciada estilo García Márquez, al presidente de la República y a su esposa Sandra Torres, incluyendo también a su secretario privado Gustavo Alejos. No obstante todo ello, al día siguiente de grabado el video en que anunciaba que lo querían matar, salió a pasear solo y sin la menor protección.
Por cierto la Comisión tendrá por delante una ímproba labor. Países martirizados como Guatemala por una sucesión de crímenes políticos y asesinatos de poblaciones enteras hay pocos. Desde la invasión de Castillo Armas en 1954 que la transformó en un lago de sangre, los atentados en masa en la Embajada de España, las masacres de poblaciones indígenas, la sucesión es interminable. El director de la Cicig, Carlos Castresana, se adelantó a declarar que "la misión es muy difícil". Se ha recordado que algunos de los grupos que estaban detrás de las candidaturas que fueron derrotadas por Colom en la elección de 2007, están bregando desde el inicio del gobierno en desestabilizarlo y han multiplicado la acción de los aparatos de inteligencia en su contra, como se descubrió con la red de escuchas telefónicas instaladas en la propia presidencia (al estilo de las practicadas por el DAS colombiano en múltiples esferas).
El canciller guatemalteco Haroldo Rodas (que ocupa el cargo que desempeñó en su hora Guillermo Toriello, el canciller de la dignidad) declaró ayer ante el Consejo Permanente de la OEA en Washington que el asesinato está vinculado al crimen organizado, cuyas organizaciones "buscan evitar que el presidente Álvaro Colom siga gobernando" y concluyó (haciendo alusión también a otros hechos previos): "Lo que hemos vivido en Guatemala en los últimos días es parte de una ola violenta y artera que busca provocar la ingobernabilidad del país y el colapso de sus instituciones".

Versiones malévolas
En uno y otro caso, sus actitudes francamente provocativas se vieron frustradas por la altura y la dignidad de los entrevistados, empeñados en que se lleve a cabo una investigación a fondo del crimen, dotada de la máxima transparencia y profesionalidad.
La entrevistadora entró en materia en tono agresivo inquiriendo cuáles eran los indicios de que desde la presidencia de la República se quería interferir en el proceso de la investigación. La respuesta fue categórica: "No hay ninguna sospecha en ese sentido". Agregó Castresana que a su juicio era conveniente que el presidente, así como su esposa y su secretario privado estuvieran a distancia del proceso, para que "no se dejase ninguna sombra de duda al respecto".
Luego preguntó sobre el contenido de la llamada que ­dijo- le había hecho el presidente esa mañana. El entrevistado la rectificó. No hubo ninguna llamada. Ambos se reunieron y convinieron en que la investigación se desarrollara con todas las garantías de imparcialidad.
La tercera pregunta fue sobre si el organismo que dirige Castresana (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG) tiene recursos suficientes y personal técnico idóneo para desarrollar su labor. La respuesta fue que estaba en condiciones de colaborar eficazmente con el ministerio público. Insistió preguntando cómo se iban a jerarquizar las labores de ambos organismos, cuál tendría mayor autoridad. La respuesta fue que desde hace más de un año "hemos funcionado razonablemente bien", en colaboración.
Luego vinieron los tramos más provocativos. Preguntó si no sería buena idea solicitar la renuncia del fiscal general, Amílcar Velásquez Zárate. La respuesta fue otro categórico No, con el agregado de que nada ha obstado al normal funcionamiento de las instituciones.
El colmo llegó sobre el final, con la pregunta: ¿en qué momento debería renunciar el presidente o algún otro alto funcionario involucrado en la denuncia? La respuesta fue otro chasco para la inquisidora: No, no hemos pedido la renuncia de nadie, no hay ninguna posibilidad de renuncia, dijo el jurista.
Todavía tuvo tiempo Patricia Janiot de preguntarle, en tono inquisitorial, si podía asegurar que la investigación se llevaría adelante hasta el final, "caiga quien caiga" (parecía el título de un programa televisivo), y si él temía por su vida.
Ya se imaginan las respuestas. Terminó leyendo tres cartas vitriólicas, bien seleccionadas, que casualmente reclamaban, todas, la cabeza del presidente.
En ese momento se estaban llevando a cabo dos manifestaciones en la Plaza de la Constitución: una contra Colom, convocada por Facebook, Internet y hi5 (difundida extensamente por CNN) y otra (evocada en un brevísimo flash) que mostraba a manifestantes, junto a alcaldes partidarios del gobierno, denunciando que se estaba ante una gran maniobra de desestabilización, en la que se inscribía el asesinato de Rosenberg y otro anterior, el del empresario Khalil Musa.
Datos de interés se ofrecen en las entrevistas que brindó el presidente el miércoles a la agencia ACAN EFE y a la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica. Allí afirmó que no renunciará "jamás" y que "solo muerto" lo sacarán del Gobierno, porque no tiene la menor responsabilidad en el hecho investigado, el cual forma parte de un plan desestabilizador.
Suscita enormes dudas el hecho de que una persona que el jueves graba un video anunciando que lo van a matar, sale el domingo tranquilamente a pasear en bicicleta, solo y dejando a su equipo de seguridad en su departamento u oficina.
La citada grabación fue efectuada por el periodista y abogado Mario David García, director del programa radial Hablame Claro, en su oficina en la zona 10 de la capital, y difundido el martes, después del asesinato, en las condiciones que referimos ayer.
Al respecto el presidente declaró que García "es un personaje muy conocido en Guatemala, que en los años 80, pública, abierta, vil y descaradamente promovió un golpe de Estado contra el presidente Vinicio Cerezo" (democristiano que ganó las elecciones de 1985 y bajo cuyo gobierno se alcanzaron algunos progresos democráticos). Acerca de los presuntos responsables de los planes de desestabilización, Colom respondió que se ha comenzado "a investigar a un ex presidente por corrupción, junto con una lista grande de ex oficiales del Ejército". Por ahí podría aparecer la madre del borrego.

Fuente:
Diario La República