domingo, 31 de mayo de 2009

Editorial de La Capital saluda desición de la presidenta

Un paso positivo para la prensa
Las industrias de medios están jaqueadas en todo el mundo, porque muchos de sus insumos han tenido subas siderales a lo largo de los últimos años y su ingreso más fuerte, la publicidad, ha caído por variadas razones. La irrupción de internet también ha modificado los mercados, profundizando los problemas. De hecho, hoy en día cierran diarios en Estados Unidos, donde existe la industria de medios más fuerte del mundo. Lo cual, entre otras cosas, tiene una lógica si se agrega a los problemas enunciados que sus máximos auspiciantes eran las automotrices y el mercado inmobiliario.
En ese contexto, muchos países están haciendo políticas activas para sostener sus medios, con el convencimiento de que una sociedad democrática tiene en la libertad de prensa y en el derecho a la información dos pilares esenciales para su desarrollo. Tanto el gobierno de Obama como muchos de los europeos están anudando acuerdos para apuntalar las empresas mediáticas. En España, donde la crisis es mayor, recientemente el director delegado del Grupo Prisa, editor de El País, Juan Luis Cebrián, le reclamó al gobierno socialista que le prestara atención a este fenómeno porque si no se hacía algo rápido podía luego ser tarde.
En ese contexto internacional, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó con los dueños de importantes medios de la Argentina la primera etapa de acuerdos para que esas empresas puedan regularizar su situación fiscal generada tras la gran crisis de 2001, donde muchas empresas no pudieron afrontar sus compromisos con el fisco a riesgo de desaparecer. El plan para que los medios puedan cancelar sus pasivos impositivos es una excelente iniciativa del gobierno para garantizar la pluralidad de la que hoy goza la Argentina. Porque si no se pone un escudo de defensa, el futuro sólo será posible para los grandes conglomerados de medios, que por volumen podrán sobrevivir, o para inversores extranjeros que hoy están contenidos en sus apetitos por la ley de bienes culturales.
Con el plan lanzado, que ya fue firmado por cinco empresas pero que se extenderá, el Estado nacional usa una herramienta para mejorar la calidad institucional del país.