viernes, 8 de mayo de 2009

Cuando los medios de comunicación se convierten en justicieros

Transcripción de la misiva escrita por el hermanastro de Miguel Carcaño, principal encausado en el caso Marta del Castillo, desde la prisión Sevilla I, en España.
"Me dirijo a ustedes por primera vez desde que se me vincula con la muerte y desaparición de Marta del Castillo. Si no lo he hecho hasta ahora ha sido porque confiaba en poder hacerlo desde fuera de prisión y tener derecho a rectificar sobre todo lo que se ha dicho sobre mí.
Al no ser posible en estos momentos, lo haré a través de estas líneas. Ante todo reafirmarme en mi total y absoluta inocencia en los hechos ocurridos el 24 de enero en la vivienda de la calle León XIII. Durante el tiempo transcurrido desde ese día he confiado plenamente en la Justicia, al menos hasta el momento que he tenido la sensación que incluso para ella priman antes las suposiciones que los hechos. Estoy viviendo en persona la injusticia de encontrarme en prisión por dichas suposiciones y no por hechos concretos. Ustedes los medios de comunicación deberían recapacitar sobre las consecuencias que pueden llegar a tener las informaciones que emiten y no se ajustan a la realidad. Es frecuente comprobar cómo además de informaciones veraces, en diversas ocasiones, se distorsiona la verdad, hacen suposiciones e inventan datos. Esto afortunadamente no lo hacen muchos de ustedes, pero sí algunos, estos señores, colaboradores en diferentes programas de televisión, con un evidente deseo de ser partidistas o dicho de otro modo, políticamente correctos, para los cuales lo importante no es ser objetivos, sino ganar réditos frente a la opinión pública para sí mismos y sus programas.
Desde el día de mi detención nunca he escuchado o leído por parte de alguno de ustedes dudar de mi culpabilidad. Tan difícil es decir que sería posible que cuando ocurrieron los hechos del día 24 de enero yo ya no me encontraba allí. ¿Dónde está la famosa presunción de inocencia a la que todos tenemos derecho, de la que todos hacen gala, pero que ninguno de ustedes aplica?
Quisiera desde aquí plantearles una cuestión: Si su hermano es sospechoso de un acto delictivo y ustedes le preguntan su versión de lo ocurrido y hasta en tres ocasiones él defiende su inocencia, ¿lo creen y apoyan o por el contrario creen ustedes a quienes lo acusan?
Esta cuestión es simplemente para decirles que la primera persona engañada por mi hermano hasta la noche de su primera declaración autoinculpándose fui yo.
Desde que mi hermano confesó ser autor de un crimen tan horrendo como incomprensible, empezando por una policía presionada al máximo para que ofreciera resultados rápidamente, llegando a ustedes los medios de comunicación, donde algunos intentan ir por delante incluso de las personas que instruyen este caso y por supuesto sin olvidar los falsos testimonios sean de personas imputadas o no, todo ello ha conseguido que en algunas cuestiones que me afectan directamente lo que parece es completamente diferente a la realidad.
No sé hasta qué punto la prueba del polígrafo es fiable, pero desde este momento me comprometo con el medio de comunicación que lo desee para en cuanto sea posible someterme a dicha prueba y demostrar que nunca he mentido en mi supuesta implicación en este caso.
Me gustaría decir a todas las personas que me conocen y confían en mi inocencia que nunca se sentirán defraudados y darles mi agradecimiento más profundo.
Decir por último que estas líneas las escribo por iniciativa propia y en ningún caso estoy aconsejado o influido por alguien, sólo pediría a los medios que utilicen esta carta que lo hagan íntegramente para no caer en frases que sacadas de contexto tengan una interpretación diferente a la que les he querido dar".

Gracias.
Sevilla, abril 2009
Javier Delgado