domingo, 26 de abril de 2009

Nace un negocio paralelo al debate sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

NdE: Conocí a Rafaél Arrastía en el marco de un encuentro de Nacional y Popular de Comunicación Social en el año ´88. Allí también asistió otro estudiante de la época y hoy interventor del ComFeR: Gabriel Mariotto. Con él comenzábamos a dar los primeros pasos para la puesta en funcionamiento de Aire Libre, Radio Comunitaria en Rosario. En San Telmo, en un departamento prestado, Rafael recibía a decenas de compañeros y compañeras de distintas radios comunitarias del país, funcionaba como la sede, lugar de reunión, hotel... Él fue el primer presidente de la Federación de Radios Comunitarias, impulsor del informativo FARCo de la época (a diferencia de la señal satelital de hoy, este se realizaba de la siguiente forma: cada radio grababa y editaba las notas, mandaba el cassette por encomienda y a la semana recibía el cassette con cerca de 10 producciones destacadas de las radios del país). Una noche en "La Academia" (Av. Callao 368 en Buenos Aires), estaba con Blanca Rébori me vió y me invitó a compartir un café con ellos. La radio, la censura que sufría Blanca fueron los tema de la noche. Después le perdí el rastro. Años atrás me llegó la noticia que Rafaél organizaba cursos de radio y locución en distintos puntos del país. Hoy Perfíl presenta al emprendedor en otra de las suyas, suerte Rafaél:

Artista y propietario de una agencia de comunicación, Rafael Arrastía desarrolló un juego de mesa que “baja a tierra” los conceptos centrales de la iniciativa del Comfer para cambiar el mapa de medios. Premia a los medios que difunden noticias malas pero también las buenas, y castiga la exclusividad en transmisión de fútbol.
Por: Rodolfo Barros
El debate del proyecto oficial de ley de servicios de comunicación audiovisual, que en caso de aprobarse reemplazará a la actual Ley de Radiodifusión, genera, además de acuerdos y desencuentros, un espacio para los negocios.
Rafael Arrastía, un emprendedor y artista propietario de una agencia de comunicación recordada por recomendarle a Raúl Castells escenificar su funeral en Plaza de Mayo, durante una de sus huelgas de hambre, busca fondos para comercializar su más reciente iniciativa: un juego de mesa que divulga algunos de los puntos más importantes del proyecto oficial y premia a los jugadores que “ejerzan la radiodifusión como un hecho cultural y no como un negocio”, entre otras cosas.
El juego se llama “La gran antena” y consiste en un tablero de mesa en el que, una vez que tiran los dados, sus seis jugadores pueden caer en casilleros de “premios” o “multas”, dependiendo de si se cumple o no con la Ley, o el espíritu de la misma que Arrastía entendió.
Entre los premios figura la realización de una audiencia pública, para decidir acerca de la prórroga de licencia, para el jugador propietario de una radio o canal.
Mientras que hay multas para los propietarios de canales o cables que tenga “exclusividad para los partidos de fútbol”.
Entre las tarjetas de premios se destaca una que llama la atención: “Su noticiero difunde tanto noticias negativas así como positivas sobre la economía del país. Avanza 5 casilleros”.
A su vez, avanza hasta la casilla Oyentes (una de las más avanzadas) la distribuidora de cable que “levanta la censura a Telesur (...) y comienza a emitir la señal”. Telesur es el canal fundado por Hugo Chávez, para competir con CNN y otras cadenas.
La presidenta de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, Silvana Giudici, no aceptó el desafío de Perfil de jugar en el tablero (su oponente, Claudio Morgado, no respondió a la invitación de este medio), pero se permitió analizarlo para brindar su opinión: “El juego dice verdades a medias y levanta el dedo acusador hacia los gobiernos radicales y los medios de comunicación”, dijo la diputada de la UCR.
A su vez, recomendó agregar algunas de las tarjetas premio: “El Canal 7 no censura las imágenes del vicepresidente Cobos y la agencia TelAm (oficial) emite cables con opiniones de dirigentes opositores. Avanza 4 casilleros”.
TV digital. Otra de las sugerencias apunta a una definición de negocios que esta semana fue puesta nuevamente en el tapete por la presidenta Cristina Kirchner, cuando se reunió con su par de Brasil, Lula da Silva. Entre otras cosas, acordaron seguir avanzando en la adopción, por parte de la Argentina, de la norma japonesa-brasileña de TV digital.
El país tiene otras opciones, como el estándar europeo y el americano, y el “japonés puro”. Las decisiones sobre la elección de la norma se demoran desde hace tres años.
“La norma de digitalización de TV se elige en el Congreso y no en la oficina de un ministro. Avanza tres casilleros”, recomendó Giudici.
Mientras tanto, Arrastía no decarta también conseguir fondos públicos para que el juego se distribuya en escuelas y organizaciones no gubernamentales.