Esto lo dijo Miguel Angel Fernández, director del Diario Norte, en el 1º Foro sobre la Propuesta del Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El "Norte" lo refleja de esta manera: ...Fernández expresó que su enfoque sería desde la prensa regional, no sin antes dejar claro que no tenía intereses creados más allá de la relación con los servicios de comunicación audiovisual en largos años de trabajar conduciendo programas radiales y algunas veces, de televisión. “No tengo una sola acción de una licenciataria de emisoras de AM o FM, ni de TV por cable o abierta”.
Fernández dijo que “si se tratara de un debate atinente a los medios gráficos, que están al margen de la regulación del Estado que se pretende con esta plausible legislación que merece apoyo, aún desde la crítica, también se desplegaría una historia contemporánea del dictado de la ley 22.285 de la dictadura militar”, refiriéndose a la entrega por parte de la Junta Militar, de la empresa Papel Prensa, sosteniendo que “del mismo modo que esta deuda inexplicable de la democracia a lo largo de 25 años, tampoco se replanteó nada acerca de la sociedad industrial productora de papel para diarios donde el Estado nacional es socio minoritario de Clarín y La Nación”.
En tanto observó que “si se trata de teñir a estos debates con los matices de la campaña electoral para el 28 de junio y acaso especular con el peso de la nueva legislación pretendida en los términos de la confrontación entre el gobierno nacional y el multimedios más poderoso, no estaríamos saldando una deuda de un cuarto de siglo, ávidos de inspirarnos en beneficios para la democracia y la sociedad argentina del bicentenario”.
Por esta razón manifestó que “si ese es el formato y se transita pisando brasas electorales, tendrá razón la Iglesia que en su doctrina dice que en el mundo de la comunicación social, las dificultades intrínsecas de la comunicación frecuentemente se agigantan a causa de la ideología, del deseo de ganancia y de control político, de las rivalidades y conflictos entre grupos y otros males sociales”.
Fernández también indicó que “en la escala regional es pertiente insertar los interrogantes, las necesidades, los sueños y aún los defectos de quienes en el Chaco, por ejemplo, han provocado el fenómeno explosivo y por momentos insoportable de 323 emisoras de frecuencia modulada, con 100 de ellas encimándose en el dial del Gran Resistencia. Las reglas de juego deben pivotear sobre el derecho a la información como un bien social que resista a la manipulación de intereses políticos o religiosos, y advertir que democratización no implica consentir la anarquía, la ausencia de riesgo empresario y avasallar la imprescindible formación profesional de locutores, operadores y también de periodistas, que no son tales por el hecho de abrir el micrófono especulando con las necesidades sociales y habilitando la incursión del anonimato para traspasar, sin pruebas, la dignidad de las personas, casi siempre funcionarios de diversos niveles que merecen, por lo menos, el derecho a réplica”.
Por último dijo que “nuestro Chaco necesita informar e interpretar, formar buenos ciudadanos, incentivar su participación social y política, revalorizando las instituciones esenciales de una democracia cuya fortaleza resida, precisamente, en la plena vigencia de la ley amplificada en función del progreso y del futuro, antes que el sometimiento de los micrófonos y pantallas a esos caudillismos anacrónicos que todavía están al acecho, ávidos de volver a manipular suculentas pautas de publicidad gubernamental”.