El proyecto de la ley de radiodifusión crea una excelente oportunidad para analizar el rol de los medios en la Argentina
Por: Carlos Avila*
El proyecto de la ley de radiodifusión crea una excelente oportunidad para analizar el rol de los medios en la Argentina.
¿Cómo podemos tener una sociedad más justa?. ¿Existen mecanismos que nos permitan democratizar aún más el acceso a la información?. ¿De qué modo se beneficiarían los consumidores con una nueva ley?.
Sin ninguna duda, el tema es tan apasionante como complejo y nuestra sociedad se merecía un espacio abierto al debate. Durante décadas vivimos una transformación tecnológica y cultural que modificó el mundo en el que vivimos. A los ciudadanos, les cambió los hábitos. A las empresas, los planes de negocios.
Un claro ejemplo de esta situación se vive con el fútbol. Hace veinticinco años, no se transmitían los partidos del torneo local en directo. Me enorgullece haber tenido la visión de crear un modelo de crecimiento del fútbol. Con recursos tecnológicos muy inferiores a los actuales y con escasas referencias a nivel mundial, desarrollamos un plan que permitió a los televidentes acceder al resumen de los partidos de fútbol, de todos los equipos, y posteriormente, a la televisación de los “clásicos”.
De este modo, los hinchas modificaron sus hábitos. Y además de asistir a las canchas, o seguir el partido por radio, disfrutaron la posibilidad de ver a sus equipos. Los clubes también recibieron los beneficios. Por primera vez en su historia, comenzaron a recibir ingresos a cambio de los derechos de televisación que se coordinaban a través de la AFA.
Pero veinticinco años es mucho tiempo. Y como decíamos, todo ha cambiado. El negocio de los medios y del fútbol explotó como nunca antes en los últimos años. La televisación digital representa una auténtica revolución. Sin embargo, los contratos vigentes, hoy perjudican a los clubes. Porque fueron firmados cuando el mundo era otro.
Es por eso que esta nueva ley de radiodifusión, en su espíritu de democratizar aun más el acceso a la información, abre una excelente oportunidad para que los clubes, sociedades sin fines de lucro y conformados por millones de ciudadanos, puedan replantear sus condiciones y hallar un camino para obtener lo que les corresponde.
En el 2009, la AFA recibe 230 millones de pesos de los cuales 200 van para los equipos de Primera División, la gran mayoría, para los más grandes.
Por ejemplo, River, recibe apenas 18 millones de pesos anuales por el torneo local. Una cifra paupérrima y que genera aún más complicaciones si es tan mal administrada.
Para los clubes medianos y pequeños, o para los equipos del ascenso, la cifra ya parece simbólica y no resiste análisis. Los derechos del fútbol son fundamentales para la subsistencia de los clubes y por eso este es un momento crucial.
De nuevo y para que se entienda: es como si usted hubiera cerrado una negociación sobre telecomunicaciones dos años antes de que se inventara el teléfono. Cuando se inventa el teléfono, el escenario es completamente diferente.
El salto tecnológico, por ejemplo, permitió quintuplicar la cantidad de partidos codificados: se pasó del “clásico” a cinco partidos. Y los otros cinco partidos, también son transmitidos y están incluidos en el abono básico, hecho que revaloriza la señal dentro del mismo cable (no vale lo mismo un canal que sólo transmite un partido que cinco o diez).
En el panorama actual, hay que resaltarlo, existe una posición dominante de los distribuidores que por un lado administran los derechos del fútbol y al mismo tiempo poseen el 70 por ciento del mercado de cable.
Pero esta ley, que apunta a una mayor igualdad en un sentido amplio, podría en una versión final y corregida, aportar más herramientas para que los clubes puedan renegociar sus contratos y hacer valer sus derechos, que son los derechos de sus socios, de sus hinchas, de la gente.
*Fundador y creador de Torneos y Competencias, Publicado en la edición papel del Diario Perfil.