viernes, 6 de febrero de 2009

Contra los monopolios

Por: Ileana Alamilla
La Relatora para la Libertad de Expresión de la OEA, en una visita académica al país, reconoció que ya no existe en el continente la censura directa, pero citó tres mecanismos de censura indirecta: el uso de la publicidad oficial, en donde se recrea la famosa frase de los presidentes “yo no pago para que me peguen”; si las autoridades necesitan publicitar su trabajo en los medios, esto es un contrato y no un compromiso para que hablen bien de su trabajo, agregó.
En segundo lugar mencionó los casos del uso de facultades de vigilancia administrativa sobre los medios de comunicación más allá de lo común. Y, finalmente, señaló la creación de un ambiente de intimidación. Los gobiernos tienen derecho a decirles a los medios que no están de acuerdo sobre sus formas de cobertura, pero el medio también tiene derecho de decirle al Gobierno que no está cumpliendo con sus tareas; así es la democracia.
Catalina Botero, titular de la Relatoría, en una reunión con periodistas nacionales e internacionales, convocada por la Red IFEX, mencionó que a algunos gobiernos se les va la mano, cuando hay una campaña sistemática de intimidación a los periodistas, seguida del retiro de publicidad privada o de violencia física.
El acceso a la Información es otro tema relevante para la Relatora, quien consideró que se está rompiendo con la cultura del silencio y hay avances importantes, aunque en la mayoría de países son leyes nuevas y no se han adoptado políticas que las implementen. A algunos funcionarios les da miedo hasta entregar información básica, como los salarios. Se les olvida que mientras pertenezcan al ámbito público deberán decirle a la gente cuánto ganan y cuánto trabajan. La información requerida debe ser entregada en 24 ó 36 horas, pero no en tres años, cuando ya no sea útil, recalcó Botero.
El pluralismo y la diversidad en el proceso comunicativo es otro tema muy importante para la Relatoría. Sin hacer una referencia directa a Guatemala, la funcionaria consideró que no puede haber monopolios, lo que ya ha sido dicho por la CIDH y la Corte Interamericana. Es común que en un país haya una o dos personas que administran todas las frecuencias, y que el resto de la población no tenga medios esenciales para poder fortalecer el proceso comunicativo.
¿Cómo es posible que eso les parezca normal? se preguntó la magistrada de opinión, quien aseguró que va a levantar este tema en la Relatoría, pues está monopolizado el mercado más importante, que es el mercado de las ideas; todos los grupos que no son amigos de ese sector monopólico están marginados del proceso comunicativo y sus intereses no pueden ser conocidos, dijo. Además de leyes antimonopolios, se necesitan normas para la inclusión de grupos excluidos, para dar voz a los que no la han tenido, para enriquecer el debate público.
La Relatora insistió en la necesidad de contar con canales públicos que produzcan información vigorosa, que es muy costosa y no pueden producirla los comunitarios, lo que no es rentable, pero sí esencial. No debe haber solo información o entretenimiento, sino también documentales históricos, propuestas alternativas, lo que no puede estar condicionado por la publicidad ni por el Estado. Llamó a los medios independientes a dar a conocer las virtudes de estas iniciativas en el continente, donde todos podamos hablar y ser escuchados.

Iliaalamilla@hotmail.com
Fuente: Prensa Libre