La Federación Internacional de Periodistas (FIP) afirma que la prohibición de las autoridades israelíes a los periodistas extranjeros, de entrar en Gaza para llevar a cabo la cobertura de ese conflicto armado, es una violación grosera de la libertad de prensa unida a una singular mezcla de “ignorancia, incertidumbre y temor”.
La FIP declara que la presencia de reporteros independientes sobre el terreno es necesaria para asegurarse de que no hay abusos flagrantes de los derechos humanos.
La protesta de la FIP se une a la de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), que hizo un llamamiento para que observadores de los derechos humanos y periodistas puedan acceder a Gaza. Ese paso ayudaría a salvar vidas.
“La prohibición israelí a los medios, vigente desde el 27 de diciembre, nos preocupa porque es un intento de sistematizar la falta de control externo de las consecuencias de los actos de las tropas israelíes”, ha dicho Aidan White, secretario general de la FIP. “Los ojos del mundo están vueltos hacia Gaza, pero Israel intenta censurar las noticias alejando a los medios de comunicación”.
La FIP dice que la prohibición israelí es inaceptable y no puede defenderse hablando sólo de garantizar la seguridad de los periodistas.
“Pocos colegas pueden aceptarlo como algo serio. Entre otras cosas, debemos recordar que Israel ya ha mostrado su singular respeto hacia las normas internacionales convirtiendo a una emisora de televisión desarmada en objetivo de sus ataques militares, ya al principio del conflicto”.
Durante los pasados dos meses, cuando la tregua entre Israel y Hamas reventó, Israel ya había restringido los accesos a Gaza para los periodistas extranjeros. Ninguno ha podido entrar allí desde que empezó la actual campaña militar. Los medios internacionales dependen en gran medida de personal local palestino que, en muchos casos, carece de acreditación formal de prensa para Israel y no tiene libertad de movimientos en la zona.
Los mismos periodistas israelíes tienen prohibida la entrada en Gaza, según confirman diversos grupos de derechos humanos, porque su gobierno insiste en que como otros ciudadanos israelíes no deben entrar en Gaza.
La FIP está preocupada porque dicha restricción puede contribuir a desarrollar una información poco equilibrada, ya que los periodistas no pueden acceder a todas las zonas golpeadas por el conflicto.
La FIP apoya los esfuerzos de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Jerusalén para que puedan adentrarse en Gaza, pero insiste asimismo en que debe rechazarse un acceso controlado, organizado y supervisado por parte las autoridades israelíes.
“No se trata de que una sola de las partes dicte quién tiene derecho a entrar y en qué circunstancias”, ha dicho Aidan White, que ha concluido: “Los periodistas deberían poder viajar y trabajar con libertad sin control de los militares”.
La FIP representa a unos 600.000 periodistas en 123 países.