jueves, 11 de diciembre de 2008

"A las mafias no les regalo mi libertad"

La periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, perseguida y amenazada de muerte por sus reportajes de denuncia, entre ellos el de una red de prostitución infantil que implicaba a varios estamentos de su país, declaró a dpa que no regalará su libertad a las mafias que operan en México.
"Yo, Lydia Cacho, a las mafias político-empresariales-criminales no les regalo mi libertad, ni mi derecho a estar cerca de mis amores y amistades. No les regalo ni una pesadilla más en su nombre, no les doy mi enojo sino mi paz interior; no les doy poder de ahuyentarme sino de saberse hombres y mujeres de espíritu pequeño", explicó.
En 2006, la periodista mexicana, a la que el diario español "El País" situó entre las cien personajes iberoamericanos más influyentes en 2008, denunció las muertes violentas de cientos de mujeres en México, pero sus trabajos periodísticos también han destapado casos de trafico de drogas y redes de prostitución.
Por varios de ellos sufrió amenazas, secuestros y torturas que "dejan huellas tremendas".
"Yo no soy policía, aunque en México las y los periodistas a veces hagamos un mejor trabajo de investigación que ellos. Mi trabajo es darles voz a las víctimas, y escribir sobre cómo el poder formal, político y policíaco, se pone al servicio del poder criminal, dejando en el desamparo a la ciudadanía", explicó.
Según ella, las redes de este tipo que operan en México "no tienen fronteras ni son estáticas", sino que se caracterizan por ser muy flexibles y multifuncionales, como una "telaraña en cuyo centro está un hombre con mucho poder, capacidad de comprar autoridades, fuertes vínculos con gobernadores y políticos de alto nivel, digamos un mafioso profesional".
"Cada recuadro a su alrededor resguarda a quienes se dedican a comprar y traficar niñas indígenas y pobres para supuesto trabajo doméstico, otros las inducen a la prostitución forzada, otros las usan para pasar droga como ´mulas´. Luego aparecen quienes se acercan a niños y jóvenes para inducirlos a las drogas y convertirlos en traficantes en escuelas, que a su vez acaban integrados a las redes de pornografía adolescente", explica.
"Otros más lavan dinero para el político que no es pederasta, pero que ayuda a los narcotraficantes a pasar por su estado sin ser molestados, y lava dinero para el que hace pornografía infantil. Tal vez los tres se sienten a cenar y a beber coñac algún día. Y todos ellos siempre se acompañan de policías que se venden para hacerles los trabajos de protección", añade.
Para justificar su condición de "periodista indeseable" que la ha llevado a ganarse el respeto de la comunidad internacional, como demuestran los premios conseguidos, Cacho explica que "en un país como México, luego de escribir tantas tragedias y ver que el Estado abandona a la gente, es difícil permanecer indiferente".
Sobre la postura de los líderes políticos mexicanos ante la violencia de género, la periodista les acusa de ser "los reyes del doble discurso" en un país profundamente doblemoralino".

Fuente: Deutsche Presse-Agentur
Foto:
M. Sáenz, El País