lunes, 17 de noviembre de 2008

“No tengo tiempo para el mal gusto”

Uno de los periodistas más confiables de la Argentina habla de todo: su rechazo a la designación de Maradona en la Selección, sus críticas al macrismo, la falta de relevo en la radio, su desenchufe con la música y su enganche con la serie Lost.
Por: Leni González
Es mucho más Nelson que Castro. Con traje azul marino, corbata y pañuelo al cuello, tan largo y flemático, compone a un british “prebeatle” al que sólo le falta el bastón y el reloj de cadena. Pero la marca es Nelsoncastro, así, todo junto, y cualquiera en la calle puede asociar su nombre al del periodista de opinión confiable, ni provocador ni obsecuente, un gentleman del punto medio, indiscutido por la gente y los colegas.
Ganador de premios Martín Fierro, Konex, Broadcasting y hasta el internacional Rey de España, hace poco su programa Puntos de vista, de 6 a 9 en radio Del Plata, se llevó la estatuilla de los Éter, que él recibió en 2007 en el rubro labor periodística. “Me parece muy bien que esta vez lo haya ganado Reynaldo Sietecase –dice el conductor que formó parte de la terna– y que premien a todo este equipo con el que trabajo”.

–¿Cómo considera que fue abordada periodísticamente la crisis desde las distintas emisoras?
–La radio tiene una pluralidad fantástica, única, que no la tienen ni la tevé ni la gráfica. Entonces, te encontrás con mucha variedad, hay mucha segmentación y nadie es el dueño de todo. Por otro lado, y se evidenció con el tema de las elecciones en los Estados Unidos, hay pobreza de recursos. El medio publicitario tiene un profundo desconocimiento de la radio, hay una visión primitiva de la radio que no se condice con lo que pasa con la vida de la gente.

–Hablando de la elección de Barack Obama, ¿no hubo una frivolización de su figura? De pronto, todos estaban fascinados con él.
–Sí, es cierto, hay cholulismo con Obama, que se convirtió en una celebridad y tiene todos los elementos para ser un personaje de enorme atracción, es como la mejor película de Hollywood. Yo viví dos años en los Estados Unidos y te puedo decir que una parte de la sociedad americana se desengañó de Bush, no toda, eh; pero cambió el eje de la votación, ya no fue la guerra ni la cuestión moral como pasó con Clinton. Tocaron fondo y eso provocó más participación, y cuanto más votan, más se favorece al candidato demócrata. Las campañas tienen las mismas mugres que ves en cualquier parte, pero cuando terminan hay respeto entre el electo y el que perdió; algo diferente a lo que vemos acá.

–Apelo a dos especialidades suyas, la de ex periodista deportivo y la de médico: ¿Qué le parece la designación de Maradona como técnico de la Selección?
–No estuve de acuerdo. Es interesante lo que genera en la población. Los comentarios en los diarios digitales son en contra; la gente en la calle está a favor. El sistema que impone Maradona en el manejo de las cosas tiende a generar conflicto, creo que hay mucha inseguridad, como que juega una fantasía que se hace realidad. De todas maneras, esto lo determinarán los resultados: si gana, será éxito, y si pierde, bueno, ya sabemos. En cuanto a la AFA, hay un concepto feudal del manejo: Julio Grondona decide esta elección con sus dos hijos, como un patrón de estancia y, por otro lado, está el enfrentamiento que tiene con Carlos Bianchi, alguien que le dice que no a tantos manejos. Pero, en general, el mundo futbolístico acepta todo esto.

–Y como médico, ¿cuánto falta para un debate en serio sobre el aborto?
–Es que en la Argentina lo religioso pesa mucho... Mirá, yo estoy en contra del aborto pero también estoy en contra de la penalización del aborto, que no sirve para nada. El trabajo del médico es para prevenirlo.

–Claro, la campaña de las organizaciones de mujeres es por la despenalización
–Efectivamente. Siempre cuento una anécdota que me tocó vivir: recién recibido de médico, me vino a ver una pareja joven, que ya tenía hijos, y que quería abortar. Les dije que no conocía a nadie que lo hiciera pero que tampoco se los habría dicho. Pasó el tiempo, un día vino el hombre a verme: “¿Se acuerda de mí? Fuimos a un lugar cualquiera a hacer el aborto. Usted dijo que quería salvar una vida. Terminaron perdiéndose dos. Y mis hijos se quedaron sin mamá”. Por eso estoy en contra de la penalización, porque la decisión cuando se toma no tiene vuelta atrás y se genera la inmoralidad de que la gente con dinero vaya a centros de atención sin riesgos.

–¿Los medios reflejan lo que pasa con el macrismo o lo ocultan?
–La verdad es que no se refleja, si bien yo soy muy crítico con el macrismo que tiene una incapacidad de gestión brutal, en el tema educativo, en el tránsito... Lo que pasa es que la cadena de crisis del Gobierno centralizó el foco de atención, haciéndole un favor enorme a Macri.

–¿Qué noticias todavía lo sorprenden?
–Viajo mucho al interior del país para dar charlas y me impacta la enorme cantidad de gente joven que se interesa por lo social. Me sorprenden las preguntas que son un termómetro interesante. Todo eso no tiene dimensión social ni cauce político.

–¿Qué deja de lado en la agenda periodística del día?
–Lo frívolo, lo bizarro, lo intrascendente y de mal gusto. No tengo tiempo para eso, aunque ocupe el centro de atención.

–¿Entre los conductores de radio, hay recambio generacional?
–No. No apareció una línea de periodismo duro como el que hacemos nosotros, apareció otra distinta. Tampoco se ven mujeres que puedan ocupar el lugar de alguien como Magdalena (Ruiz Guiñazú).

–¿Qué hace cuando llega a su casa?, ¿mira televisión?
–Casi no veo, salvo en vacaciones. Me enganché algo con Lost y también con las series médicas. Mi desenchufe es la música. Procuro todos los días, alrededor de una hora y media, estudiar piano y hacer mis ejercicios de dirección orquestal. Es un regalo de energía de la que me cargo para seguir.

Nuevos aires que flotan en el aire
“Al menos hasta hoy, continúo en Radio del Plata, donde tengo contrato para el año próximo. Habrá que ver qué surge cuando nos reunamos con las nuevas autoridades. Por el momento, no tengo nada para decir”, responde Nelson Castro ante las noticias acerca de cambios en la emisora, vendida por Marcelo Tinelli al Grupo Empresario Argentino (GEA), formado por accionistas de Electroingeniería, que se quedó con el 90 por ciento del paquete accionario mientras que el resto seguirá en manos de Sergio Belocopitt, presidente de la prepaga Swiss Medical Group. Hace poco se había hablado con insistencia del pase de Castro a la primera mañana de Mitre (que hoy conduce Ernesto Tenembaum), rumor que no se confirmó pero que tal vez ahora vuelva a refrescarse.

Fuente: Crítica de la Argentina