jueves, 20 de noviembre de 2008

"Dijo que iba a hacer una nueva ley de radiodifusión. ¿La viste? Yo no"

–El fallo de la Corte fue otro espaldarazo...
–Eso es otra historia. Pasó por encima de la mezquindad del Gobierno y nos dio mucho más de lo que pedíamos. Igualó a las organizaciones simplemente inscriptas con las que tienen personería y terminó con el verso. Mostró que los que quieren pelear tienen legalidad para hacerlo. Sin decirlo, nos dio la personería gremial: ahora podemos defender a nuestros delegados. Encima, quedó en evidencia que el kirchnerismo no lo hacía porque no quería. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el Gobierno demostraron que no están de acuerdo, que priorizaron su alianza con los grupos económicos y con la CGT, que es su socio en la interna del Partido Justicialista.

–Desde el Poder Ejecutivo se quejan de que la CTA un día apoya y al otro hace oposición.
–Si el Gobierno convoca para terminar con las AJFP, nosotros nos movilizamos para apoyarlo. Y cuando Kirchner derogó las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, fuimos al Congreso para que se apruebe. Ahora, también repudiamos que hayan firmado la ley antiterrorista, la propuesta de Blumberg o la ley de movilidad jubilatoria. Pero, claro, eso no les gusta: sos oficialista o sos opositor. ¿Dónde está escrito eso? Nosotros tenemos un proyecto. Y hoy hay 1.400.000 rebeldes que creen que podemos tener distintos pensamientos pero ser parte de un proceso unitario mayor.

–Aunque en el caso de la resolución 125 hubo dos líneas internas en la CTA...
–No. Se tuvo una postura única: exigir retenciones segmentadas, beneficiando al pequeño y mediano productor y al campesinado, que no es lo que presentó el Gobierno. Ahora, si después algún compañero se sintió convocado por Kirchner a la Plaza de Mayo o, como yo, no fue a ningún lugar, eso es otra cosa. Nosotros no somos forros de nadie. Fijate que tanto dijeron que la CTA se fracturaba, pero la que se quebró fue la CGT.

–Coincide con el kirchnerismo en la crítica a la prensa.
–¿Por qué no decís que apoyé en algunos casos y en otros no? No es un problema de “piripipí”. Lo que hay que hacer es democratizar los medios. Si Cristina envía una ley de radiodifusión que respeta los 21 puntos de las organizaciones sociales, sería un tarado si no la apoyara. ¿Quiénes piden que te subordines a uno o a otro? Los mismos que quieren que el pueblo no delibere ni gobierne sino a través de sus representantes. Hoy hay una crisis de representación y creemos que no se resuelve cambiando figuritas, sino construyendo poder en los representados. La conducción que nos gobierna quiere que sigamos eligiendo figuritas. Nosotros queremos discutir cómo ser felices.

–Y el kirchnerismo, ¿qué discute?
–El Gobierno, en medio del conflicto con el campo, se hizo el Gardel y dijo que iba a hacer una nueva ley de radiodifusión. ¿La viste? Yo no. Es como con la personería de la CTA. ¿La viste? Cinco años esperando. Es “bicicleta”. No es lo que uno dice, sino lo que uno hace. Entonces, basta. Lo que está herido de muerte hoy es el consenso de este sistema. La mayoría del pueblo piensa que esto es un desastre. El poder hegemónico ha defendido un modelo que es un fracaso. En el país hay hambre, pobreza, desocupación que viene en aumento. Tuvieron que intervenir el Indec para que no se sepan los resultados, si no, estarían contabilizando cuatro millones de pobres más.

Víctor De Gennaro –secretario de Relaciones Institucionales y ex secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos. Más en Veintitrés