–¿Por qué dijo que la nueva Ley de Radiodifusión es hacer gatopardismo?
–Porque mira para adelante, al triple play, que la gente no entiende de qué están hablando, pero no para atrás. Los multimedios son una desgracia para el periodismo. Al diario que le sobra dinero, quiere un canal, después una radio, después un canal de cable y así sucesivamente. La estafa en el fútbol permitió construir un entramado de cables con ese dinero, a los ojos de la gente. Si no se destruye la factibilidad de tener multimedios, vamos a tener grupos que actúan en conjunto para defender sus intereses, que muchas veces ni siquiera son periodísticos. Si el multimedios tiene televisión basura, los críticos del diario, normalmente muy severos, no lo van a criticar. La ley, que nació como parte de la batalla del Gobierno con el Grupo Clarín, lo deja una vez más de rodillas. Vuelve a dar la pauta de que es durísimo en el arte de arrugar, como dice Jorge Asís.
–¿Puede resumir cuál es la estafa del fútbol?
–El fútbol ni siquiera sabe lo que vale, pero seguro no es lo que le pagan: 150 millones de pesos por año. Una simple licitación –que no se ha hecho y por eso es una estafa– lo llevaría hasta 1.000 millones. La televisión se queda con el fútbol a través del procedimiento mafioso de aplicar su enorme poder de multimedio contra dirigentes. Al fútbol le robaron y lo dejaron a merced de otros mercados.
Víctor Hugo Morales en el último número de la Revista Veintitrés