sábado, 13 de septiembre de 2008

Emboscados en la Tierra sin mal

No han sido suficientes las decenas de años de una situación de servidumbre en la extracción de goma y castaña, bajo el yugo de barraqueros, autoridades prefecturales y mafias brasileña, peruana y boliviana con las que se controla la triple frontera entre Perú, Brasil y Bolivia. El tráfico de droga, madera y lavado de dinero van de la mano de la violencia con la que se somete a los pueblos diezmados desde hace más de un siglo en la explotación del caucho.
Como si no hubiera sido suficiente ahora corre la sangre de campesinos en Pando, a manos de las huestes prefecturales, montadas en la maquinaria del Servicio Prefectural de Caminos, con las que el jueves 11 de septiembre a las tres de la madrugada en la localidad de Tres Barracas, cerca de la población de Porvenir, fueron emboscados y salvajemente ametrallados, cuando se dirigían a un Ampliado de su organización departamental. Hombres, mujeres y niños corrieron para salvar sus vidas, pero fueron inmediatamente acribillados, heridos o tomados por la fuerza para ser torturados y luego cínicamente entregados por los grupos ilegales de la Prefectura a la Policía, pretendiendo que las víctimas de la barbarie, son los culpables.
"La carretera estaba bloqueada con camiones de la Prefectura, allí comenzaron a dispararnos, a los que escaparon hacia el río los persiguieron y terminaron de matarlos en la orilla. Algunos de los heridos que llegaron al hospital de Riberalta, los asesinaron" Sostuvo uno de los sobrevivientes. Asimismo denunciaron que varias mujeres secuestradas, incluso ancianas y madres con sus bebes o embarazadas, fueron obligadas a desnudarse para ser torturadas. Existe preocupación por el profesor Víctor Choque de El Chivé, miembro de la Cooperativa Integral Agroextrativista de Campesinos de Pando, a quien torturaron en el hospital pero se cree que está vivo.
El gobierno boliviano ha decretado 24 horas de duelo nacional, pero los heridos siguen en la selva o en el río, sin ambulancias o vehículos que los auxilien. Ni la Cruz Roja, ni el Defensor del Pueblo, ni el párroco de Pando se hicieron presentes en el lugar de los hechos; nadie se atreve a prestar ayuda, los dirigentes están amenazados, aparecerán como muertos de la mafia brasileña, si aparecen.
Es hora de acciones nacionales desde todas las organizaciones del Estado, gobierno y sociedad. Legales, militares, policiales, de comunicación, denuncia internacional, expresiones de solidaridad y movilizaciones: Las responsables de la barbaridad deben ser juzgados y sancionados a nivel nacional e internacional.
Para los pueblos de Pando es imprescindible terminar con este doloroso e infinito luto.

FoBoMADe
Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo