martes, 16 de septiembre de 2008

Decidieron comunicarse... ¡Y lo lograron!

Desde hace un tiempo ya, la organización Unión de Pequeños Productores del Salado Norte (UPPSAN) empezó a ocuparse de la comunicación de la zona, para que las familias puedan comunicarse entre ellas y con los centros urbanos. En especial, con la capital provincial. Aquí nos comparten su protagonismo.
Mes de julio. Pleno invierno. Sin embargo, el viento norte, la polvareda y el abrigo molestaban a todos. Igualmente, algunas campesinas y campesinos le hicieron frente al desafiante día. Ellos recorrieron los malos caminos de a pie, en bicicleta o en moto para llegar al local de la UPPSAN, en Santos Lugares, departamento Alberdi en la provincia de Santiago del Estero. No era para menos: la noticia del 20 de junio había que compartirla…
Nigeria Abregú vive en el paraje Ranchitos, a unos 35 kilómetros de Santos Lugares. Ella es campesina y operadora de la radiobase de su comunidad. La radiobase es el medio que usan las familias socias de la organización y sus comunidades para comunicarse entre ellas. Nigeria, con la emoción todavía flotando por todo el monte, nos comentó lo que sentía por el comienzo del servicio del teléfono: “La primera llamada del 20 de junio fue algo muy importante para nosotros. Y es un logro más de la organización que tenemos. Es un adelanto en la comunicación. Es un servicio muy valioso para toda la comunidad. Nosotros estamos a unos 240 kilómetros de Santiago, la ciudad capital”.
Esta buena noticia de la organización campesina tiene su historia.

La memoria valora el esfuerzo
En cualquier lugar alejado y aislado, con caminos intransitables y con escasos medios, los pobladores tienen que poner muchos esfuerzos para conseguir algo. Operadores y operadoras, integrantes de la comisión, socios de la organización y vecinos nos dieron una pincelada sobre el proceso comunicativo iniciado en el año 2005: “En la zona empezaron los problemas de tierra. Ahí, dialogando entre todos, hemos visto la urgencia de ocuparnos de la comunicación. En esas reuniones hemos discutido sobre cuál era el medio que más nos convenía. Al fin acordamos que la radiobase era lo más apropiado para la zona, y lo más económico. Por eso, recuperamos las 4 radiobases que ya tenía UPPSAN. Además vimos que necesitábamos más radios. Entonces presentamos en el Programa Social Agropecuario (PSA) un proyecto para el Fortalecimiento de la Organización. Pensamos en el beneficio social. Buscamos cubrir la necesidad de comunicación de todos.
Compramos 10 radiobases. Con los delegados y los grupos decidimos ponerlas en las zonas más aisladas y necesitadas. Y cada comunidad eligió la persona adulta, responsable, atenta, para que preste el servicio de operador u operadora.
Los operadores y otras personas de la organización empezaron a capacitarse para instalar nosotros mismos las radiobases. Y así empezamos a comunicarnos entre las comunidades y con la salida al aire en la radio FM de la parroquia”.
La organización ha puesto mucha energía y dedicación. Y tuvo que sortear diferentes tropiezos para poner en marcha este proyecto comunicativo. Además, continúan trabajando para un buen funcionamiento de la red de radiobases. Y eso contribuye a una mejor calidad de vida de la zona.

Un esfuerzo y un logro trae otro desafío
La experiencia de las radiobases ayudó a los integrantes de la organización a descubrir y valorar más la comunicación. Así, entre otras cosas, señalaron algunas ventajas: “Nos acortó los tiempos y las distancias. Enseguida corre la información.
Ahorramos dinero y tiempo, porque ante una necesidad enseguida nos comunicamos. Y podemos seguir con nuestro trabajo.
Nos organizamos más rápido, ya sea, en caso de enfermedad, de problema de tierra u otra urgencia. Sentimos que desde nuestro lugar servimos a otros.
Es un servicio a los socios y al resto de la comunidad. Salva vidas. Agiliza trámites.
Esto nos permitió que avancemos en el tema tierra. Y ya sentimos la necesidad de un teléfono público”.
Y ante esta necesidad del teléfono público, la organización no quedó de brazos cruzados. Junto con la institución que la acompaña, iniciaron las gestiones para disponer también de este medio.

Y el teléfono…¡llegó!
Al teléfono lo instalaron en la casa de Senorinda Villalba, en el paraje Las Parvas, a pocos kilómetros de Santos Lugares. Senorinda comentó: “El primer día fue una gran emoción para todos nosotros. La gente se enteró enseguida que empezó a funcionar el teléfono. A través de las radiobases todos estaban sabiendo. Ahora hasta los directores vienen para averiguar y hacer trámites en la ciudad sobre cuestiones de la escuela”.
Y Kuky comenta: “Realmente estábamos muy felices. Este era un gran desafío que nos habíamos propuesto entre todos. La UPPSAN crece a través de esto”.
Juan Gómez, de Vinal Viejo, nos dijo: “Nosotros soñamos tener el día de mañana un teléfono para la Zona Este. En esa parte, los caminos son muy malos, son intransitables y se nos hace muy difícil llegarnos a Las Parvas para hablar por teléfono”.
Marta Helvesia Farías, de Laguna Blanca, comentó: “Ahora todas las familias campesinas van a estar más comunicadas, especialmente las que estamos muy aisladas de los pueblos”.
Mario Coronel, de Santa Cruz Agrario, dijo: “Estoy muy contento porque la organización siempre ha estado luchando para que el campesino haga escuchar su voz. Y con este medio estamos haciéndonos escuchar un poco más”.

Fuente: Acción de InCuPo