jueves, 14 de agosto de 2008

Revuelo en el área de las buenas noticias

Usinas oficiales dejan trascender que habrá mejor relación con la prensa, más informacion y fin del castigo publicitario a los medios que no son oficialistas. Pero no se anunció una sola medida concreta. Y Albistur sigue firme en su cargo.
Los funcionarios más importantes del área de comunicación se reunieron ayer para agilizar los lineamientos de la nueva política mediática: Cristina Kirchner dialogará cada vez más con los periodistas, a la vez que la Casa Rosada intentará mejorar el diálogo con los medios no oficialistas. Fuentes de la Rosada dicen que se estudia realizar modificaciones en el criterio de la distribución de la pauta oficial, que el año pasado alcanzó los 360 millones de pesos, o sea, un millón de pesos por día en anuncios K. Pero no hubo un solo anuncio concreto. Y José Albistur, el polémico ejecutor del reparto de publicidad, dividiendo leales y enemigos, está muy lejos de la renuncia que se había rumoreado tras la derrota en la Guerra Gaucha.
Durante la tarde de ayer, mientras Cristina participaba de un acto en el INTI, en la Casa Rosada se reunieron todos los encargados de la comunicación K: el jefe de Gabinete, Sergio Massa; el secretario de Medios, Enrique Albistur; el titular del Sistema Nacional de Medios Públicos, Tristán Bauer; el presidente de la agencia oficial Télam, Martín Granovsky; el vocero de Néstor Kirchner, Alfredo Scocimarro; y el vocero de Massa, Claudio Ambrosini. El portavoz presidencial, Miguel Núñez, no estuvo porque se encontraba en ese momento con la Presidenta en el INTI. En ese acto, Cristina mostró su nueva imagen y dialogó con los periodistas de manera informal, al llegar y al irse del lugar. Esa actitud es una novedad, ya que antes evitaba a rajatabla el contacto con la prensa. El giro incluye también una nueva estrategia política para captar a los gobernadores y dirigentes peronistas disidentes, como el mandatario cordobés, Juan Carlos Schiaretti, y el chubutense Mario Das Neves.
En su reunión, los funcionarios encargados de la comunicación acordaron mejorar el diálogo entre ellos para mostrar una gestión más activa, y con una Presidenta con protagonismo absoluto, para lo que se prevé que Néstor Kirchner permanezca con perfil bajo, ocupando un rol de estricto “primer damo” o de “presidente del PJ”, pero lejos de los actos masivos.
Según pudo saber este diario, el Gobierno prepara además una apertura en el reparto de la publicidad oficial. Como ocurrió siempre en los cinco años y medio de la era K, el matrimonio presidencial es quien tiene la última palabra sobre el tema.
Aunque ningún funcionario lo va a admitir en público, en la Casa Rosada se analizó crear una nueva oficina de Coordinación General de Comunicación que unificaría los criterios comunicacionales. La versión generó confusión y discusiones internas entre los funcionarios kirchneristas. A pesar de que lo aparentan en público, Massa y Albistur no comparten los mismos criterios en comunicación. A eso se suman las diferencias históricas que mantienen Albistur y el vocero Núñez.
Los recelos se multiplican. Anoche, en Medios, se quejaban del protagonismo de Massa y admitían que desde la llegada del jefe de Gabinete la política comunicacional cambió de manera radical, y en dos planos. La Presidenta hablará de manera más fluida con los periodistas, igual que los voceros autorizados –Massa y el ministro del Interior, Florencio Randazzo–. Pero, a la vez, se cuidarán las filtraciones, para lo que se les prohibió a distintos funcionarios de peso que hablen con la prensa de manera autónoma: “Me quitaron la voz”, se quejaba ayer un funcionario con oficina en la Casa Rosada que, como se ve, no cumple la regla del silencio.

Massa tiene nuevo asesor patricio
El jefe de Gabinete tiene un nuevo asesor top y patricio. Sergio Massa designó como consejero y en carácter ad honórem al dueño de una empresa que realiza inversiones inmobiliarias y que hizo grandes negocios en Tigre, la intendencia que dejó el funcionario. Jorge O’Reilly es el dueño de Eidico S.A., una empresa que invirtió más de 317 millones de dólares en la construcción de barrios exclusivos en el Delta. Realizó 33 countries, que suman más de 10 mil hectáreas y que incluyen lagos artificiales.
O’Reilly es descendiente de los Lanusse, una de las familias más tradicionales del país, que aportó varios gobernadores, ministros y un presidente de facto, Agustín Lanusse.
En Tigre interpretaron la movida de Massa como la resolución de la pelea de las principales constructoras que operan en esa ciudad: Eidico es la competidora de Nordelta, de Eduardo Costantini. Massa y O’Reilly entraron en confianza gracias a los trámites que los negocios inmobiliarios requerían de ese municipio del norte del conurbano.

Fuente: Crítica de la Argentina