martes, 12 de agosto de 2008

El último cuento chino

La apertura de los Juegos Olímpicos mostró en los televisores una fastuosa presentación. Sin embargo, no todo lo que se vio fue verdadero.
Por: Roberto Gómez
Los impresionantes fuegos artificiales de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 pasaron por el Photoshop. Aunque no fue exactamente el programa de Adobe el que usaron para hacer los “retoques”, vale la comparación con el clásico recurso de las cirugías virtuales a las que se someten las modelos para aparecer perfectas en las tapas de las revistas.
Esta es la historia. Como les era imposible realizar con pirotecnia real lo que millones de espectadores observaron por televisión el viernes a la mañana, recurrieron a la animación por computadora para insertar en momentos precisos “fuegos artificiales digitales”, que sumaron espectacularidad a la apertura de los Juegos y que todo el mundo “se tragó” sin chistar, por ese paradigma que reza que todo lo que se ve en la tele “pasa” y es irrefutable.
Según publicó el fin de semana el diario chino The Beijing Times, cuya nota fue replicada por medios británicos, la decisión se tomó porque las cámaras de video que transmitían la ceremonia no iban a poder tomar los fuegos artificiales con la pompa que los organizadores esperaban.
Incluso las capturas en helicóptero tampoco hubieran tenido la calidad que se pudo apreciar si todo se hubiese realizado únicamente con ayuda de la pólvora.

Doce meses
Para realizar el truco, un grupo de programadores chinos usó un software especial desarrollado para la ocasión, que puede modelar los distintos trazos de fuegos artificiales en el cielo y también simular las condiciones climáticas del día en que va a ser utilizado.
Durante un año, expertos en informática trabajaron con distintas formas y aspectos que podía tomar la pirotecnia y la insertaron en un clip de 55 segundos que fue superpuesto a los verdaderos fuegos artificiales.
Fue grande la sorpresa de los que presenciaron la apertura en vivo y miraban en un LCD al mismo tiempo, ya que las dos imágenes diferían entre sí.
Para asombro de todos, el país que inventó la pólvora se dio el lujo de casi prescindir de ella para que el ojo humano tuviera una mejor recompensa. Ahora cabe la duda de si los 16.000 artistas que participaron de las demostraciones sincronizadas eran reales, o fueron una fastuosa puesta en escena rellenada por clones generados por computadora.

Fuente: El Cronista
Foto: Agencia EFE