martes, 1 de julio de 2008

“Los monopolios y los oligopolios se dan de cabeza contra la democracia”

Los intelectuales que comenzaron a reunirse alrededor de la Carta Abierta sobre el conflicto por las retenciones organizaron una mesa de debate sobre la nueva ley de radiodifusión que llegaría en pocos días al Congreso.
“Los monopolios y los oligopolios se dan de cabeza contra la democracia.” La frase le pertenece al interventor del Comfer, Juan Gabriel Mariotto, pero, de uno u otro modo, fue el leitmotiv del encuentro convocado por el grupo de intelectuales nucleados bajo la Carta Abierta que tuvo lugar ayer en la Biblioteca Nacional. Junto al funcionario estuvieron el vicedecano de la Facultad de Sociales de la UBA, Damián Loretti, y como moderador el cineasta David “Coco” Blaustein. El tema de la jornada fue la ley de radiodifusión, que el Gobierno promete enviar al Parlamento en breve y cuyo debate el colectivo se comprometió a apoyar con movilizaciones y vigilias. “Este es un problema de derechos humanos, no es de plata. No se trata de una actividad sujeta al libre comercio, es una actividad sujeta a principios de garantías de diversidad y pluralidad de contenidos y de personas”, afirmó Loretti.
Mariotto llegó tarde al auditorio Jorge Luis Borges porque venía de la Casa Rosada y, ante un salón repleto, el ex decano de la Facultad de Comunicación de Lomas de Zamora realizó un balance político de la actual disputa con los productores agropecuarios para analizar el devenir de la futura ley de radiodifusión: “Ahora van a querer desgastar para que los legisladores no puedan tratarlo en el Parlamento. Pero los congresales ya están elegidos y la Presidenta tiene la convicción íntima de avanzar con esto. Ahora bien, es necesario advertir que la ferocidad con que los medios están tratando el tema del campo es porque tienen en el horizonte la ley de radiodifusión”.
En la misma línea, Blaustein había asegurado antes que “si con las retenciones pasó lo que pasó, es probable que con la ley de radiodifusión pase más o menos lo mismo”. Así fue como propuso en estas épocas de carpas, una jornada de vigilia para el día en que el proyecto sea tratado. Luego desde el auditorio se propondrían más acciones concretas como un gran congreso internacional, la participación constante para poner el tema en el centro del debate y la militancia concreta de cada uno en cada espacio. Así fue como, aunque reconociendo que su decisión aún no fue consultada, Mariotto deslizó la posibilidad de que desde el mismo Comfer se inicie una gran campaña nacional de difusión en los días venideros. “Hace falta que quede claro que esto no es en contra de nadie, sino a favor de la libertad de expresión de la toda la sociedad argentina”, aclaró.
Respecto de las fechas concretas que maneja el Gobierno, Mariotto dijo poco. Insinuó que será “en breve” y sólo afirmó que en los días próximos el Comfer tendrá listo el borrador del proyecto de ley que luego el Ejecutivo enviará al Congreso.
A su turno, y con tono técnico, Loretti realizó un breve recorrido histórico sobre las diferentes legislaciones tanto nacionales como internacionales. “En el año 2000 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos estableció la declaración de principios que sirvió para parar procesos de subastas de frecuencias en Guatemala y Paraguay. Estos principios dicen que los oligopolios y los monopolios en la comunicación social afectan la democracia porque restringen la libertad de expresión. Ese es el punto de partida para la discusión de la ley en Argentina”, aseguró.
Ante las recientes críticas que recibieron tanto Radio Nacional como Canal 7 por sus programaciones, entre otros proyectos Mariotto reivindicó la necesidad de que el Estado tenga además un canal propio de noticias similar a los de cable. En este punto, según el funcionario el país enfrenta un circunstancia favorable. Sucede que ante la irrupción de nuevas tecnologías y en el marco de las discusiones por la digitalización de las comunicaciones (el país deberá elegir en los próximos tiempos entre la norma estadounidense, europea o japonesa), el Gobierno podrá aprovechar la coyuntura para exigir un canal propio sin realizar inversión alguna. Aunque en otro sentido el fenómeno también motivó reflexiones por parte de Loretti: “Puede ser un proceso de extrema concentración o viceversa, porque donde antes cabía una señal ahora van a entrar 20”, advirtió.

Informe: Diego González
Fuente: PáginaI12