domingo, 27 de julio de 2008

"La política y el periodismo tienen una permeabilidad de intereses insana"

Dirigió en los ochenta Radio Aljarafe, una emisora creativa e imaginativa que brilló pese a sus escasos medios, y ahora es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga.
Por: Alfredo Valenzuela
-Al verle de vicedecano me he acordado del personaje de Walter Matthau en «Primera plana», que pasó de director algo golfo a profesor de Ética Periodística...
-Lo mío era más normalito, siempre estuve vinculado a la formación y al ejercicio del periodismo, primero en Madrid, luego en Sevilla y ahora en Málaga. En Comunicación hay que estar renovándose permanentemente y no sólo por la llegada de las Nuevas Tecnologías, sino porque los discursos se nos quedan antiguos. Los medios representan cada vez menos los verdaderos intereses sociales.

-¿Pero escucha ofertas o se jubilará en la Universidad?
-La Universidad es un ámbito de trabajo que te permite reflexionar y llevar luego cosas a la práctica. De los tiempos de Radio Aljarafe, aquella maravilla de tan buenos recuerdos, surgió Onda Local de Andalucía, una red de radios públicas locales en la que volcamos todas nuestras ideas para distribuir programación por satélite a más de 100 radios y además trabajamos en proyectos en cinco países latinoamericanos.

-¿Cuál es la principal inquietud que encuentra en el alumnado?
-Desgraciadamente, la de buscar empleo. Es un error que la Universidad se dedique a estos menesteres. El universitario debe ser vanguardia crítica de pensamiento, debemos trabajar por amueblar las cabezas.

-¿La Ética Periodística sigue siendo una contradicción en algún sector de la comunicación?
-Prácticamente en todos. Los medios han secuestrado a la verdadera opinión pública. En este país hace falta una revolución mediática que ponga en valor los medios ciudadanos.

-¿Cuándo dejó de pensar que el periodismo servía para cambiar el mundo?
-Nunca. Pero más que el periodismo, la práctica de la verdadera comunicación. La comunicación es el eje de transformación social, lo que ocurre es que nuestros medios son de difusión o de información pero no de comunicación. La comunicación es horizontal y bidireccional. Nos falta incorporar la praxis del periodismo cívico y facilitar medios a la sociedad civil para que los movimientos ciudadanos tengan tribunas de expresión. No se tiene una democracia plena con las voces de la ciudadanía secuestradas.

-¿Los periodistas millonarios son sospechosos?
-Como cualquier ciudadano. Hemos creado el mundo del éxito empresarial y eso parece crear un imaginario del éxito social que tiene reflejo en los medios. Sin dinero no eres nadie, sin capacidad de compra no tienes valor. Nuestros espacios de reivindicación son hoy los centros comerciales. Tenemos que trabajar un nuevo concepto de desarrollo económico que no se fundamente en el crecimiento, en el vivir mejor, más bien debemos trabajar para vivir bien. No es edificante que el poder adquisitivo nos valide como personas.

-¿Se han sacudido ya los periodistas la connivencia que mantuvieron con los políticos en la transición?
-Eso es imposible mientras los medios sigan jugando a hacer política y trabajar la orientación ideológica con el único fin de mantenerse en el mercado. La política y el periodismo siguen teniendo una permeabilidad de intereses insana.

-¿El periodismo es un sacerdocio?
-Es una vocación de una gran responsabilidad social. Aunque el periodista haya dejado de ser dueño de sí mismo y se acerque más a la figura del mercenario que trabaja por un salario asumiendo como propios los intereses de su empresa.
-¿Pero es un oficio o una profesión?
-Insisto, es una vocación pero hoy se vende más como oficio. A veces da pudor en determinados ámbitos reconocerse como periodista.
-¿Internet ha afectado más al número de lectores de prensa que al de oyentes de radio?
-No ha afectado a nadie. Los medios son complementarios. En cualquier caso el uso de Internet como medio de información y de comunicación sigue siendo muy minoritario. Los jóvenes, quienes más lo usan, lo hacen más para chatear que para buscar o construir espacios de información.

-¿Es bueno que los periodistas sean licenciados universitarios?
-¿Por qué no? Es imprescindible entender la responsabilidad que entraña el ejercicio de esta vocación y la universidad es un ámbito de formación imprescindible. Otra cosa es que nuestro actual modelo de universidad lo consiga. Debemos trabajar por mejorar nuestra universidad, recuperar su sentido humanista y hacerla menos dependiente de los intereses empresariales.
-¿Cuándo acabará el intrusismo en el periodismo?
-Cuando se crea en la ética que debe acompañar su ejercicio y en el compromiso social. El intrusismo también existe entre quienes con años de formación y titulación universitaria practican un periodismo basado en el comercio de la información banal o interesada.

-Con la mano en el corazón, ¿qué carrera le parece más envidiable, la de Hugh Heffner o la de Ben Brandley?
-Con toda modestia... la mía. En esta profesión he conseguido hacer siempre lo que he querido y en todos los medios. He trabajado con los mejores en la radio y en la televisión y he ido quemando etapas cuando sentía que ya no tenía mucho que aportar o que aprender. Sólo tengo envidia sana de aquél que llega a ochenta años y puede decir: «Confieso que he vivido».

Fuente: ABC