viernes, 18 de julio de 2008

"Esto es un retroceso para la prensa y la libertad de expresión"

El estricto operativo de seguridad montado por la custodia de la presidenta Cristina Fernández, durante su visita a la capital chaqueña, generó un profundo malestar entre los periodistas y la propia intendenta de Resistencia, Aída Ayala, quien no pudo oficiar de anfitriona. "Ni siquiera como dueña de casa me pude sentar en la mesa de la Presidenta", dijo la radical Aída Ayala tras bajarse abruptamente del escenario oficial luego de ser abucheada al momento de entregar una ofrenda a Cristina.
Al igual que sucedió durante la visita que Cristina Kirchner realizó hace poco menos de dos meses a la localidad chaqueña de Puerto Tirol para reinaugurar una planta textil, la prensa fue confinada a un corralito donde la visión y el sonido eran prácticamente nulos. Acreditaciones en manos, periodistas de medios chaqueños, correntinos y formoseños exigieron explicaciones a los responsables del operativo de seguridad que se escudaron tras las vallas y se limitaron a responder con evasivas.
"Es para preservar la seguridad de la Presidenta", fue la respuesta que obtuvo el cronista de DyN cuando intentó acceder al edifico del aeropuerto para buscar declaraciones de la mandataria. Similar repuesta obtuvo cada periodista que intentó cumplir con su trabajo. "En mis años de periodismo, jamás me tocó presenciar algo similar. Esto es un retroceso para la prensa y la libertad de expresión", dijo el director del Canal 11 de Formosa, Jorge Bazán.
Pero los trabajadores de prensa no fueron los únicos desairados durante la vista de la presidenta, a quien se vio sensiblemente afectada por el calor y el viento norte. También la jefa comunal de Resistencia debió soportar el rigor del protocolo oficial. "En cualquier pueblo del mundo, el intendente es el anfitrión en visitas de esta naturaleza, pero evidentemente esto no forma parte del protocolo presidencial", dijo Ayala durante una improvisada conferencia de prensa que ofreció a los periodistas tras las vallas.
No es la primera vez que ocurre una situación de esta naturaleza. Durante la primera visita oficial que realizó Fernández de Kirchner al Chaco el pasado 21 de mayo, la prensa también fue literalmente encerrada en un "corralito", fuera de todo tipo de alcance, mientras el intendente de la localidad anfitriona, Hugo Sager, fue sacado a los empujones por los custodios oficiales cuando osó acercarse a la jefa del Ejecutivo nacional.

Fuente: DyN