La gran banda de rock argentino -que en julio cumplió veinte años "En el 88 nos juntamos a tocar", recordará Cordera- apareció a las 21,42 en el escenario del Delmi y unos cinco mil fans comenzaron a vivir una noche que -como el mismo Cordera la calificara hacia el final- fue inolvidable.
La Bersuit sigue mostrando su vigencia como uno de los grandes grupos de la música popular argentina. Para el show de anoche los 12 integrantes aparecieron vestidos con un pantalón amplio negro y una chaqueta del mismo color sin mangas con algunos arabescos rojos. Tal indumentaria tenía un aire oriental (¿chino?).
En lo musical la banda parte de un registro típico del rock argentino para dialogar libremente con el tango, la cumbia, los ritmos caribeños y el folclore. Tres guitarras, tres percusionistas, un bajo, tres voces y un teclado configuran la base del grupo, con variantes para distintos temas. Y claro, el liderazgo indiscutivo del pelado Cordera, con un look de gurú posmoderno, con el cráneo afeitado y barba candado blanca .
Gustavo Cordera da la apariencia visual de un hombre sabio y sereno, un músico-chamán. Pero tan pronto larga frases sorprendentes como mazazos o comentarios profundos y políticos como se pone a saltar y a jugar en el escenario como un loco suelto y feliz.
En el recital de ayer los Vergarabat combinaron los temas más oscuros y revulsivos con esa emocionantes canciones -como "el tiempo no para"- que alcanzaron amplia difusión masiva y cimentaron su llegada al podio del top 1 del éxito entre los grupos más reconocidos del país. Salvo "la Argentinidad al palo", prácticamente pusieron toda la carne en el asador.
Y la noche estuvo caliente, emotiva y plena de magia. No se trató sólo de escuchar, sino de plegarse al rito del canto, de las manos levantadas, del salto, del goce y la celebración. Una auténtica experiencia religiosa, como hoy sólo puede alcanzarse en comunión fervorosa a través del arte musical y en particular en los conciertos de rock o de pop.
Críticas y homenajes Cordera agradeció la presencia del nutrido y fervoroso público salteño y recordó que Salta siempre fue difícil para ellos (en elíptica referencia a la pelea del grupo con el ex gobernador Romero, a quien denunciaron por su política de desmontes, lo que les imposibilitó por largo tiempo venir a tocar a esta provincia).
El líder de la Bersuit dijo que la prensa gráfica no informó sobre la presentación ("raro salir a la mañana y comprar los 12 periódicos de la ciudad y que ninguno diga que ibamos a tocar esta noche acá"), pero rescató la difusión de las radios alternativas.
Denunció también Gustavo Cordera que un niño wichi fue internado por desnutrición en Salta en momentos en que el gobierno y los productores sojeros pelean para arruinar al país.
Pero el mensaje provocador y crítico de la banda está sobre todo en sus letras que hablan de un mundo occidental que destruye la naturaleza, de un afán consumista que lleva a olvidar la esencia de lo humano, de un poder siniestro que tiende a dominar a las personas para someterlas a intereses económicos, de políticos que se desentienden de los pobres y de los pueblos indígenas.
Un potente, estimulante y armónico cóctel ecológico-anarco-socialista-indigenista-hedonista-anticapitalista-argento-latinoamericanófilo.
Más allá o más acá de lo ideológico el universo Bersuit también navega, por supuesto, por el amor, la soledad, la libertad, el deseo, el sexo, la amistad. Dice Cordera que la banda es religiosa, pero pone como objeto de su culto a las putas. Y cuando llega el tema más duro y revulsivo, Señor Cobranza, canta, con un coro de cinco mil fervorosos jóvenes salteños: "Menem y Romero son narcos...¡tienen el poder y lo van a perder!"
Wichis sí, Romero no Prodiga el carismático cantante su buena onda para salteños, para jujeños y bolivianos. Menciona -en sentido homenaje- a wichis, guaraníes, collas, tapietes, tobas, chulupíes, diaguitas, calchaquíes. Dice que con ellos se extinguirá la sabiduría de una perfecta relación con la naturaleza. Y lamenta: "accidentalmente soy de mente occidental ¡que pena no tener sangre wichi!".
Fue, claro, otra comunión salteña con una banda que desde el centro del éxito y del universo musical porteño sigue mirando al norte. Una banda que molesta al punto que hay quienes intentan ignorar o censurar su grito de alerta contra el poder, los prejuicios y la codicia sin límites.
Por eso una vez más Cordera golpeó a Juan Carlos Romero (que se enfurece con la Bersuit Vergarabat y prefiere por supuesto los halagos del Chaqueño o Los Nocheros, siempre en relaciones cordiales y beneficiosas con el poder de turno): "El ex gobernador Romero votó en el Senado para que se sigan destruyendo las selvas de las yungas y el monte chaqueño", dijo el cantante, en alusión al apoyo del senador de la Provincia de Salta a los intereses de los productores sojeros. En lo musical, en lo ideológico, en lo político y en lo humano, una vez más la Bersuit se conectó con un sector -mayoritariamente juvenil- que vibra en su misma onda en Salta. Otra noche para el recuerdo. Dos horas y quince minutos de un concierto con música y palabras que todavía resuenan en la incipiente madrugada...
Fuente: Salta 21