domingo, 30 de marzo de 2008

“No siempre vamos a ser chicos que ven el mundo bueno”

Los alumnos del CPEM 69 de Cuenca XV, reflexionan sobre la ausencia de su profesor Carlos Fuentealba, días de cumplirse un año de su asesinato.
Los chicos recuerdan al docente como una persona que los contenía y que les dejó un vacío que nunca más será llenado.
Entraba al aula siempre con una sonrisa, el termo bajo el brazo y preguntaba: “¿Cómo están de ánimo hoy?”. Entre mate y mate arrancaba la clase, preparaba un trabajo práctico, aunque nunca faltaba un ratito para que sus alumnos expresen sus problemas o inquietudes.
El “Profe”, como ellos lo llamaban, parece haberles dejado un gran recuerdo de comprensión y apoyo. Un ejemplo a seguir.
“Nuestro profesor, Carlos Fuentealba, siempre nos decía que si él pudo estudiar nosotros también teníamos que poder”, recordó Jonatan, hoy alumno de 5º año del CPEM 59.
Cuando estaba en 3º año estudió física con Fuentealba, pero al igual que sus compañeros, no lo recuerdan por los ejercicios difíciles de esta materia, sino por la continúa enseñanza de vida que les apuntaba.
Este profesor eligió el colegio de la Cuenca XV como el lugar en donde más horas enseñaba en sus últimos años de vida. Era una escuela nueva, en formación, donde se podían construir los lineamientos.
“Es muy difícil el hecho de volver a clases y reconocer que él ya no está más”, dijo con firmeza Daniel, otro de sus últimos alumnos.
Desde el 4 de abril de 2007, cuando Carlos Fuentealba recibió el impacto artero de una cápsula de gas lacrimógeno en su cabeza durante la represión en Arroyito, los chicos de cuenca XV se quedaron sin el “Profe”.
Para estos jóvenes, que vivieron muy de cerca el asesinato del profesor neuquino, el reclamo de los maestros los marcó para siempre.
Es por eso que hasta hoy remarcan: “No queremos olvidar lo que pasó y buscamos poder trasmitirlo”.
“En la escuela no solamente se aprende teoría, sino que hay profesores, como Carlos, que nos enseñaron valores”, expresó Rocío.
Comenzar un nuevo año escolar con la ausencia de Fuentealba, según comentaron sus alumnos, fue delicado. Es que les fue inevitable entristecerse por la injusticia.
“Muchas veces nos preguntamos por qué le tocó a él”, comentó Rocío, quien no tardó en aclarar que “tampoco queríamos que le pase a otro docente, sino que esto no tendría que haber pasado”.

Buscando justicia
“Que pague tanto el que disparó como el que dio la orden”, sentenció Rocío.
Sus alumnos coincidieron en que no hay que olvidar y que por eso no van a bajar los brazos en la búsqueda de justicia.
“Yo siento que lo que pasó también nos hace crecer y saber que no siempre vamos a ser chicos que ven el mundo bueno”, dijo la joven con sus ojos llenos de lágrimas.
“Esto tiene que servir para pensar porqué pasan estas cosas en nuestro país”, reflexionó Rocío.
El elegido
Fuentealba fue elegido por sus alumnos como el “rey de los profesores” en la fiesta de la primavera. Ellos recordaron que lo prefirieron porque era una persona con la cual podían contar siempre.
“Una vez trajo una torta para que festejemos su cumpleaños”, contó Jésica, recordando a su profesor siempre con una sonrisa.
Los chicos se remontaron a ese festejo y se acordaron que fue una idea de Fuentealba la de compartir con ellos su cumpleaños.
“Él llegó y nos dijo que juntemos las mesas para que podamos comer la torta todos juntos. Siempre nos tenía en cuenta”, dijo Jésica.
Festejos, tristezas, problemas, dolores, amores, todos los sentimientos que atravesaban los adolescentes podían charlarlos con su profesor.
“Él siempre tenía tiempo para escucharnos. En el aula, en los pasillos, en la cocina, nunca lo vamos a olvidar”, de este modo inmortalizaron sus alumnos a su “Profe”.

“No le gustaba ir a las marchas”
“Me acuerdo que nos contó que no era de ir mucho a las marchas, que no le gustaban”, expresó casi con asombro al recordar ese momento, Daniel, un alumno de Carlos Fuentealba.
Todos los chicos se acordaron que hace un tiempo cuando se encontraron con Sandra Rodríguez, la viuda del profesor, les describió que Carlos no quería ir a la marcha de Arroyito.
“Sandra nos contó que él no quería ir a la movilización, pero como ella sí, el Profe decidió ir él para que su mujer se quedara con sus hijas”, explicó Rocío.
Sus alumnos participaron de todas las movilizaciones que se realizaron en búsqueda de juicio y castigo para los responsables del asesinato de su profesor.
Y participarán el próximo 4 de abril, cuando se cumpla el primer año sin Carlos, de la marcha en la que se espera sean más de 30.000 personas caminando por las calles neuquinas en reclamo de justicia.

Fuente: La Mañana de Neuquén