domingo, 4 de noviembre de 2007

La Vigil: seamos realistas pidamos lo imposible

Escribo desde mi condición de socia y ex dirigente de la Biblioteca Popular CC Vigil, intervenida el 25 de febrero de 1977 por el gobierno de facto. Fui obligada a renunciar por el nefasto interventor Cap. de Corbeta Esteban César Molina. Me desempeñaba en el cargo de secretaria técnica en el Dto. de Educación junto a su director, el reconocido Prof. Mario López Dabat, hoy fallecido, siendo reemplazados en dichos cargos por el represor Alcides Ibarra, alias “Rommel”, policía de Rosario, denunciado en la causa Feced por graves violaciones a los DDHH.
Ocho de los compañeros dirigentes de entonces fueron encarcelados sin causa, incluyendo a los síndicos, para llevar a cabo una liquidación “sin quiebra”, arrasando de la manera más atroz con una institución popular dedicada a la cultura y la educación.
Pero no la mataron, la Vigil no es una desaparecida muerta, está viva, si se busca en Internet, se verá que en el listado de instituciones en actividad del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) aparece aún con su número de matrícula original “SF 304 “.
Hay que tener en cuenta que ninguna ley de devolución justa podrá evadirse de retrotraer la situación al 24 de febrero de 1977 (un día antes de la intervención), es decir, fecha en la que la representación institucional residía en la última comisión directiva. Soy una de los 13 sobrevivientes de aquella comisión directiva original. Este grupo de sobrevivientes no ha encontrado pautas naturales para cumplir con la responsabilidad histórica de asumir en conjunto la representación de los asociados. Existen diferencias entre nosotros, las hay y siempre las hubo, estas diferencias fueron las que nos permitieron protagonizar y construir el mito emblemático de la Vigil.
Hoy dos sectores de socios, incluidos algunos de estos dirigentes “sobrevivientes”, se disputan la posesión de la entidad, ya no pertenezco a ninguno de estos sectores. Porque se trata de constituir una “entidad” y la palabra entidad se define como esencia o forma de una cosa, esa esencia o forma está representada en los objetivos culturales, educativos, sociales y mutuales que se reflejan en los estatutos aprobados por el INAES durante nuestra gestión dirigencial, ese estatuto aún tiene plena vigencia y ninguno de esos sectores manifiestan proyectos que evidencien la prosecución de tales fines.
Las partes divididas deberían concentrar la lucha en la concreción de planes de acción popular, con actitudes de grandeza, fieles a principios básicos profundamente humanísticos, sin odios, sin resentimientos, sin exclusiones políticas o religiosas y sin la búsqueda de desaforados protagonismos.
No importa una ley que devuelva edificios, lo que importa es una identidad restituida. Sin esto ninguna reparación histórica es posible.
No me manipulará ningún poder político de turno, porque no se reconstruye desde el poder, sino desde abajo; una ley sin destinatario legítimo es “ley muerta”.
No aceptaré ninguna institución que se adjudique ser continuadora de la Vigil, como tampoco un futuro que la convierta en un museo para recordar glorias pasadas, contra ambas cosas voy a luchar en el estricto marco de los derechos humanos.
Quiero un futuro de actividad popular, de gente reunida, pensando, proponiendo, reflexionando y reconstruyendo, al menos, parte del tejido social destruido por la dictadura militar.
Los pasos a seguir para este logro deben ser: la obtención de la plena vigencia de la persona jurídica Mat SF 304 para arribar a la asamblea extraordinaria con sus padrones de asociados, que elijirá autoridades legítimas según estatutos sociales, quienes pondrán en marcha un proyecto popular adecuado al momento histórico que nos toca vivir.
El camino no es sencillo, se enmarca en complicadas tramitaciones legales, en demandas, en estrategias jurídicas. Es lenta e infructuosa la senda de la búsqueda de justicia y es la misma senda que han transitado y transitan desde hace 30 años los organismos de derechos humanos de nuestro país. Este es el camino que yo elijo, me acompaña el abogado, socio y ex alumno de la Vigil, Marcelo Abaca, con quién, de ser necesario y si el tiempo de vida me lo permite, llegaremos hasta La Haya.
No se equivoquen quienes intentan adueñarse de una historia, porque deben entender que la historia no tiene dueños.
Parodiando el lema del mayo francés parece una utopía pedir verdadera justicia, pero sé que las utopías dejan de serlo cuando se concretan, por eso lo imposible puede ser real.

Antonia G. Frutos
Ex Directiva de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil
Ex Secretaria Técnica del Dto. de Educación