lunes, 15 de octubre de 2007

San Lorenzo: denuncian casos de cáncer derivados de agrotóxicos

La manipulación, las fumigaciones y el venteo de agrotóxicos a lo largo y ancho del país pareciera estar desnudando, cada vez más crudamente, los perjuicios sobre las comunidades que toca.
Por Estela Gigena
A la denuncia encaminada sobre la causa de la muerte de tres niños de la familia Portillo, en Costa Las masitas, y que diera cuenta este matutino en enero pasado, se suma ahora la grave denuncia que ha efectuado el Grupo de Reflexión Rural (GRR), con la creciente cantidad de casos de cáncer en la localidad de San Lorenzo, Santa Fe, que se emparenta directamente con el transporte y venteo de agrotóxicos a los que están expuestos los habitantes de esa ciudad.
Con la firma del periodista Jorge Rulli y del abogado Osvaldo Fornari –asesor legal del GRR-, el pasado 11 de octubre se ha presentado una denuncia ante la Unidad Fiscal para el Medio Ambiente (UFIMA), donde se da cuenta que en la localidad santafesina de San Lorenzo, “el pasaje de miles de camiones por las calles del pueblo en un tráfico incesante preocupó en un principio a los vecinos en la medida que las vibraciones comenzaron a afectar las estructuras de las casas además de perturbar absolutamente la vida social de la comunidad. Sin embargo, a poco se dieron cuenta que los riesgos eran infinitamente mayores que la pérdida del valor inmobiliario o el deterioro de los muros de sus viviendas. No demoraron en advertir que los casos de cáncer y las enfermedades terminales se registraban con pavorosa multiplicidad a lo largo del recorrido de las caravanas y que no eran sino las consecuencias del venteo natural de los agro tóxicos que los camiones iban dejando a lo largo de su marcha. Si le sumamos a ello las emanaciones propias de los grandes silos ubicados en las inmediaciones de las viviendas y algunos accidentes graves habidos en esos mismos silos, accidentes que desparramaron contaminación y muerte por doquier, más la despreocupación y desidia de las autoridades municipales de San Lorenzo, reacias a reconocer la existencia misma del problema angustiante que moviliza a los vecinos, y aún peor todavía, inclinadas a reprimir las manifestaciones de denuncia y de protesta, lo que tenemos es una situación explosiva desde el punto de vista social y sumamente crítica desde el punto de vista jurídico por ausencia manifiesta de respuesta a los justos reclamos de los habitantes del lugar”.

Ganancias que enferman
Con impecable trayectoria, el Grupo de Reflexión Rural viene insistiendo en esta problemática derivada del crecimiento de los cultivos de la soja y del maíz RR, aunado a la masiva deforestación de bosques y montes nativos y a la desaprensión con las que se realizan las fumigaciones aéreas y terrestres, que acompañan esos cultivos, y que afectan gravemente la salud, la vida humana y el medio ambiente.
Inclusive en la presentación ante la UFIMA, el GRR reitera aspectos de una realidad que sólo unos pocos pueden ver, y que son precisamente las víctimas del uso indiscriminado de agrotóxicos, dado que quienes hoy comercializan las soja están demasiado ocupados en contar los dividendos que les permiten un crecimiento económico insospechado. “La creciente expansión de los monocultivos de soja y de maíz RR que este año alcanzarán las veinte millones de hectáreas, ha barrido con los cinturones verdes de producción de alimento que rodeaban los pueblos y que eran una natural barrera para los impactos de la agricultura industrial. Estos corredores verdes estaban generalmente constituidos por montes frutales, criaderos de animales pequeños, tambos y chacras de pequeños agricultores.
Ahora los monocultivos llegan a las primeras calles de las localidades y las aspersiones de venenos propios de los paquetes tecnológicos que acompañan a los monocultivos, a través de fumigaciones aéreas o terrestres, impactan en forma directa e inmisericorde sobre las poblaciones”, destacan. Y dan detalles que pudieron ser corroborados por esta cronista en Gilbert, cuando observamos dos sauces plantados el mismo día al lado de un taller donde se reparaban máquinas fumigadoras. El sauce que estaba más alejado creció normalmente; el otro murió por el sólo hecho de haberse estacionado la máquina con restos de agrotóxicos a su lado. También fotografiamos los envases de la sustancia tóxica vacíos, dentro de un arroyo, arrojado sabe Dios por quien, temerosamente. “Las máquinas fumigadoras se guardan y se lavan dentro mismo de las zonas urbanas contraviniendo toda norma de prevención, los aerofumigadores suelen decolar de los aeroclubes de las propias localidades y cruzan los pueblos chorreando venenos cuando se dirigen o cuando retornan de sus objetivos sin que la autoridad municipal haga nada para impedirlo. Los granos se almacenan - por razones de comodidad de los cerealeros y sojeros- en enormes silos ubicados generalmente en zonas céntricas de los pueblos, y diseminan con el venteo de los granos partículas tóxicas que afectan el corazón de las pequeñas urbanizaciones”, puntualizó el GRR en su denuncia.

Catástrofe sanitaria
“Creemos haber descubierto los elementos necesarios para confirmar una vasta operatoria de contaminación sobre miles de poblados pequeños y medianos de la Argentina. Se esta configurando una catástrofe sanitaria de envergadura tal, que nos motiva a imaginar un genocidio impulsado por las políticas de las grandes corporaciones y que solo los enormes intereses en juego y la sorprendente ignorancia de la dirigencia, logran mantener asordinado. El cáncer se ha convertido en una enfermedad masiva y generalizada en miles y miles de localidades argentinas, derivada de las irracionales condiciones de producción del actual modelo agrícola alentado por los agronegocios”, apuntan.
El GRR explica en su denuncia que en San Lorenzo se vive “una situación de grave daño ecológico y de agresión a la salud, situación que consideramos sumamente grave, donde además, estimamos se sufre una ausencia manifiesta de justicia y en la que al menos una de las letradas a cargo de las actuaciones, la Doctora Norma Tenaglia, ha sufrido importantes presiones psicológicas y amenazas a su seguridad. Los vecinos de la localidad de San Lorenzo han sabido exponer con solvencia sus propios problemas en distintos medios radiales y televisivos, sin embargo esto ha sido insuficiente para frenar las constantes agresiones que sufren en su vida cotidiana y, fundamentalmente, en su salud”.

Tipificación del delito
El Grupo de reflexión Rural consideró en su denuncia ante la UFIMA, que el contexto descripto de San Lorenzo amerita “una seria, sensata e ineludible investigación por la ‘presunta comisión de delitos penales’, dado que se estarían ante la presunta infracción al Art. 200 del Código Penal, en este caso agravado además, por el resultado, toda vez que de los antecedentes que se acompañan surgiría que se han precipitado muertes de vecinos de la localidad de San Lorenzo por vía directa o indirecta”, y que de las constataciones que pudiera llevar a cabo la Fiscalía, podrían desprenderse delitos conexos, como ‘incumplimiento de los deberes de funcionario público. Asimismo, se menciona que respecto a las presiones que estaría sufriendo la abogada Tenaglia, “prima facie no seria aventurado conjeturar que la citada profesional bien podría estar siendo sujeto pasivo de un delito de coacción sutilmente entretejido, por todos aquellos vinculados con los criminales intereses que informan a quienes que se ven beneficiados con las enormes ganancias, que generan los agronegocios”, manifestaron.

En San Lorenzo también tienen Asamblea ciudadana
Inspirada en el modelo de lucha de Gualeguaychú, a principios de 2006, los sanlorencinos crearon su Asamblea permanente por la vida: “Luchar para vivir”, cuyas consignas son “Defender la salud y la vida, luchar contra la contaminación”, y cuya batalla diaria la dan contra las grandes empresas cerealeras, tratando de frenar el peligroso impacto social y ecológico generado por el actual modelo agropecuario.
La Asamblea está integrada por vecinos de distintos barrios. Entre sus objetivos figuran: “no a los silos, no a los camiones, no a la contaminación, sí al proyecto de la costanera”.
En el barrio Díaz Vélez, por ejemplo, en el 2005 los vecinos se agruparon para restringir el horario de paso de los camiones por el frente de sus casas. “Hicimos cortes de calles que duraron hasta tres días, vinieron a presionarnos, desde el Concejo y la Municipalidad querían que vayamos allá. Nosotros dijimos no, el problema estaba acá. Se acercaron vecinos de otros barrios a apoyarnos”. Finalmente llegaron a un acuerdo, se limitó a doce horas la circulación de camiones, desde las seis de la mañana a las 18 horas.
Así como ocurre en Fray Bentos, donde sus pobladores se quedaron en la fantasía de una reactivación económica y miles de pobladores empleados en Botnia, en San Lorenzo hay gente conciente que es poco el trabajo genuino de las cerealeras, que no les dan trabajo a más de 30 personas, pero otros temen, y piensan, como muchos fraybentinos: “Si se va, de qué vamos a vivir”. Allá, como acá, la población está temerosa.
Según una evaluación realizada por la Asamblea sanlorencina, la mayor cantidad de casos de cáncer en San Lorenzo surge a partir del año 1993, en ese entonces se aprobó la siembra de soja transgénica en el país y se empezaron a instalar mayor cantidad de cerealeras. A partir del ‘93 se relevó un promedio de 7 casos de cáncer por manzana. La mayor cantidad de chicos nacidos con mal formaciones son de San Lorenzo, así como el mayor número de casos de cáncer de mama. (Fuente: appvida@yahoo.com.ar)
En San Lorenzo están radicados los puertos privados por donde se exporta el 60 por ciento de la cosecha del país.

Fuente: Diario El Día Gualeguaychú