miércoles, 31 de octubre de 2007

El Defensor del Pueblo viaja a Chaco para saber si se cumple resolución de la Corte

El defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, visitará hoy el Hospital de Castelli, en el Impenetrable chaqueño, para constatar si se cumple la orden de la Corte Suprema de Justicia para que indígenas de esa zona reciban atención por parte del Estado.
Tras recorrer ese hospital, Mondino irá a Villa Río Bermejito, a 350 kilometros de Resistencia, donde se entrevistará con caciques de las comunidades afectadas por el hambre y la desnutrición.
La llegada de Mondino al Chaco está precedida por la noticia de la muerte de una niña toba de 21 meses por tuberculosis en Villa Río Bermejito, epicentro de las muertes por desnutrición, que se suma a los decesos de 18 tobas adultos.
Esas muertes, causadas por tuberculosis y mal de Chagas, entre otras enfermedades, llevó al Defensor del Pueblo a presentar una denuncia penal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El máximo tribunal ordenó el 19 de septiembre pasado que los estados nacional y chaqueño presten auxilio en forma inmediata a esas comunidades, porque están "en emergencia extrema, con necesidades básicas y elementales insatisfechas".
"Las muertes contabilizadas son 19, incluida la que se conoció hoy pero en las comunidades la gente se sigue muriendo y ni la denuncian porque dicen que no vale la pena", dijo a Télam desde Castelli, Bashe Nuhem, una toba integrante de la Red de Comunicación Indígena.
Respecto del hospital de Castelli, señaló que "en la sala cuatro están las mujeres, todas Indígenas. Es un desastre, no lo limpian, los baños son lamentables, dan ganas de llorar cuando uno va".
La semana pasada el Centro de Estudios Sociales Nelson Mandela. Se trata de Juan Juárez e Irma Yolanda Largo, dos aborígenes de la etnia toba que fallecieron prematuramente y por causas evitables.
Las muertes por causas evitables (desnutrición, tuberculosis y chagas) siguen sucediéndose entre los integrantes de las comunidades aborígenes de Chaco, a pesar de la atención de la prensa provincial, nacional e internacional y una orden explícita de la Corte Suprema de Justicia. En su página web, el Centro de Estudios Sociales Nelson Mandela difundió ayer un informe en el que se detalla el fallecimiento de dos aborígenes de la etnia toba, siempre por causas evitables. Serían, según la grilla de defunciones, las muertes número 17 y 18.
La primera de esas dos muertes cayó sobre la vida de Juan Juárez, el 20 de septiembre. Se trata de un aborigen toba de 58 años de edad que vivió en el Paraje Pampa Argentina, que depende del municipio de Castelli. “Fue pastor evangélico de la Iglesia Cuadrangular y con Hilario Juárez fueron dos hombres reconocidos y respetados en la zona”, informaron desde la fundación.
“Don Juan Juárez falleció luego de acarrear una antigua tuberculosis; al momento de su muerte, presentaba severa desnutrición secundaria, asociada a aquella fatídica enfermedad que tiene atrapado al pueblo indígena ante la inercia y los desaciertos de la políticas socio-económica y sanitaria ejecutada por los gobiernos nacional y provincial”, señala el informe.
Don Juárez vivía con su mujer, algunos de sus hijos y nietos. En la familia, el padecimiento de enfermedades parece ser heredado. La hija de Juárez, Raquel, de 36 años de edad, sufre de una catarata visual que ya avanzó casi en un 90%. Vive con un hijo de 10 años y sin marido. Pero además, su hermana Cármen, de 22 años, también sufre la pérdida de la visión como consecuencia de una enfermedad endémica en las comunidades originarias.
Dieciocho
El caso número 18 destierra la idea de que la situación se limita a las comunidades originarias de El Impenetrable. Según informa la página web del Centro de Estudios, el miércoles 17 de octubre Irma Yolanda Largo, de 53 años de edad, falleció en el hospital Perrando, pero en realidad es oriunda de La Leonesa. Localidad situada a poco más de 50 kilómetros de Resistencia.
Vivió en el Barrio Margarita de esa ciudad y estaba casada con Desiderio Tazuri (ambos de la etnia toba).
Según revela el informe, “tuvieron 6 hijos. Vivieron en un humilde rancho, a mil metros del basural de la localidad. Sobrevivieron de hacer canastos de totora y de levantar restos de los productos volcados por los vecinos y por la municipalidad en el basural.
Hace un año y medio comenzó a manifestarse la enfermedad. Irma Yolanda comenzó a sufrir mucha tos y fue perdiendo peso, fundamentalmente durante los últimos meses. A comienzos de septiembre fue internada en el Hospital de La Leonesa. Luego fue derivada al Hospital Perrando, para ingresar rápidamente y de urgencia a terapia intensiva. Los médicos refirieron que tenía el pulmón muy afectado; que murió de pulmonía. En realidad, arrastraba una tuberculosis que nunca fue adecuadamente tratada. A esto se agregó que de tanto no comer, fue perdiendo el apetito y peso hasta quedar desnutrida”, aseveran.