Rosa Molina la aborigen de 56 años y 24 kilos de peso, falleció en La Plata como consecuencia de un paro cardíaco causado por problemas respiratorios crónicos, agravados por el cuadro de desnutrición del que nunca pudo recuperarse. En tanto la desnutrición sigue haciendo estragos en la comunidad aborigen chaqueña.
Rosa se convirtió en símbolo de la marginación de las etnias originarias chaqueñas al ir a pedir ayuda a la Catedral de Resistencia.
"La llevaron sus parientes después de 10 días de internación en el Hospital Perrando y sin que Rosa aumentara de peso. Ahora nos enteramos de su muerte, que eleva a 15 el número de aborígenes fallecidos en el Chaco desde julio", denunció el titular del Centro de Estudios Nelson Mandela, Rolando Núñez.
Núñez es el impulsor de la investigación que derivó en la estadística chaqueña más dolorosa de los últimos tiempos, con cifras escalofriantes de aborígenes desnutridos y afectados por males endémicos como la tuberculosis o el Mal de Chagas, al punto que la Corte Suprema ordenó asistir a las comunidades.
En julio de este año, un médico y dirigentes de la Comisión Popular de Derechos Humanos la condujeron hasta la Catedral de Resistencia para conseguir ayuda a través de los sacerdotes y de la prensa.
Fotografiada y filmada por medios locales, su imagen esquelética recorrió el mundo y, aunque salió de su entorno, su suerte estaba signada por años de mala alimentación.
Foto: Diario El Norte, Chaco