miércoles, 26 de septiembre de 2007

Costa Rica a un paso de decirle no a un Tratado de Libre Comercio

Gracias a la resistencia callejera y parlamentaria, en Costa Rica no se ha aprobado el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. A lo largo de cuatro años se ha ido forjando un poderoso movimiento social que defiende lo que nos queda del estado social de derecho: servicios públicos de amplia cobertura.
Ello ha dado origen a una de las alianzas más diversas y representativas en la historia de Costa Rica: un sector importante de la población urbana y rural consciente, un sector intelectual crítico, que se dedicó a estudiar el tratado y a extender sus análisis al resto de la población y una coalición parlamentaria que dificultó el avance del debate en la Asamblea Legislativa.
Para el próximo 7 de octubre se ha convocado un referendo en el que las y los costarricenses decidiremos el futuro del tratado y el futuro del país.
Este referendo se realizará en medio de fuertes cuestionamientos a la imparcialidad del Tribunal Supremo de Elecciones, que ha puesto reglas del juego que no garantizan una participación igualitaria de las partes.
Por ejemplo, no hay ninguna fiscalización sobre la labor de los medios, los cuales en su mayoría están claramente sesgados a favor de la aprobación del tratado; no se impide al presidente y sus ministros utilizar su tiempo y los recursos públicos para hacer propaganda a favor del tratado, mientras se pretende silenciar a las universidades públicas; no se establecieron mecanismos para el acceso a los medios por parte del sector opositor al tratado, etc.
Al mismo tiempo, el pequeño y poderoso sector de políticos - empresarios encabezados por el presidente Arias y su hermano, impulsan una campaña mediática basada en el miedo, la mentira y la coacción, que no tiene precedentes en la historia política reciente de Costa Rica.
Sin embargo, el movimiento social de oposición al tratado alcanza grandes dimensiones y expresiones organizativas muy esperanzadoras, como son los comités patrióticos que han brotado por todo el territorio nacional, con alcances que trascienden la aprobación o rechazo del tratado y que podría ser el germen de una transformación social más amplia.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica expresó su preocupación sobre el voto de los ciudadanos y los llamó a discernir si los siguientes principios están presentes en cualquier Tratado de Libre Comercio y preguntarse:
¿Corrige o aumenta la creciente brecha social y económica interna?
¿Ayuda a eliminar o deja inalterables las raíces de la pobreza?
¿Fortalece o debilita la capacidad nacional para decidir con autonomía sobre el propio desarrollo?
¿Quedan los productores costarricenses más fortalecidos o más vulnerables frente al socio comercial?
¿Respeta la vida humana tal como se estipula en nuestro ordenamiento jurídico?

Las Radios Comunitarias preparan una transmisión especial de estos hechos vía Internet www.radiestación.org y www.radiodignidad.org

Eduardo Galeano escribió este texto para Costa Rica…
Hace sesenta años, Costa Rica asombró al mundo:
los ticos dieron una lección de sentido común
y demostraron que era posible vivir sin parásitos armados.
Ahora, los ticos están en vísperas del plebiscito sobre el Tratado de Libre Comercio.
Ojalá Costa Rica vuelva a asombrar al mundo.
Ojalá los ticos vuelvan a dar una lección de sentido común,
contra esta falsa libertad de comercio,
esta mentirosa libertad que enjaula.

Eduardo Galeano, Escritor uruguayo