Por Marcela Valente
La indefinición en los resultados de dos disputados comicios provinciales de Argentina puso al sistema en alerta roja ante las próximas elecciones nacionales para despejar cualquier amenaza de fraude. Expertos creen que, aunque no haya trampa, se afectó la credibilidad y piden observadores.
"Los procesos electorales no son diferentes ahora, pero la novedad es que estamos asistiendo a elecciones muy competitivas en algunos distritos, con victorias por muy escasa diferencia", explicó a IPS la politóloga Ana María Mustapic, directora del Programa de Estudios Electorales de la privada Universidad Torcuato Di Tella.
En las elecciones argentinas del 28 de octubre se elegirán presidente y vicepresidente del país, diputados y senadores nacionales, gobernadores para ocho provincias, legisladores estaduales, intendentes y concejales.
Según todas las encuestas, la candidata del gobernante sector centroizquierdista del Partido Justicialista (peronista), la hoy senadora Cristina Fernández, es la favorita para suceder, precisamente, a su esposo Néstor Kirchner en la presidencia de Argentina.
Fernández recibe la adhesión de más de 40 por ciento de los consultados sobre su intención de voto, mientras que los más cercanos seguidores, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y la centroizquierdista Elisa Carrió, apenas logran de 10 a 20 por ciento de las preferencias.
Para acceder a la presidencia de Argentina de modo directo en primera vuelta se necesita recoger al menos un voto más de 45 por ciento de los sufragantes o sobrepasar el 40 por ciento y quedar despegado del segundo o segunda en discordia por 10 puntos porcentuales.
Ante la falta de credibilidad en el sistema que, según expertos, provocan las irregularidades denunciadas en los dos comicios provinciales últimos, Lavagna y Carrió ya pidieron la asistencia de veedores de la Organización de Estados Americanos, una idea que está bajo estudio de la justicia electoral, pero que el gobierno nacional rechaza hasta ahora por considerarla innecesaria.
No obstante, funcionarios de la justicia electoral nacional y de las provincias se reunieron esta semana para analizar la situación, a la par de que sus pares de la ciudad de Buenos Aires convocaron a los candidatos para discutir la posibilidad de llamar a observadores del exterior.
"Va a ser un escrutinio muy complicado", admitió el juez federal Manuel Blanco. La gran cantidad de papeletas en la oriental provincia de Buenos Aires, donde vota casi 40 por ciento del padrón electoral del país, podrían demorar el recuento, alertó.
Según Mustapic, siempre hubo errores en las planillas de votación o al momento de cargar los datos, pero el problema ahora es que esos errores –voluntarios o no-- pueden cambiar el resultado cuando las elecciones son muy parejas, como ocurre en estos días en la central provincia de Córdoba y en la nororiental de Chaco.
La especialista descarta que eso pueda ocurrir a nivel nacional, donde la ventaja de la candidata del oficialismo es importante en los sondeos. Pero habrá que cuidar el conteo de votos en los niveles de gobernadores, legisladores e intendentes.
Los mayores temores se dan porque en estos comicios hay agrupaciones que apoyan a un candidato a la presidencia y a otros partidos en los demás niveles. Eso puede confundir al votante y hacer más lento y dificultoso el recuento de sufragios, anticipó.
Pablo Secchi, coordinador del Área de Acción con Políticos de la Fundación Poder Ciudadano, admitió a IPS que las elecciones parejas están provocando "suspicacias". Para evitar ese clima, consideró que la observación debería estar regulada por ley, de manera que la sociedad civil y los veedores extranjeros ayuden al control.
"Yo no digo que haya fraude, lo que digo es que hay dudas", distinguió. Y para no afectar la credibilidad del sistema, recomendó capacitar a las autoridades de mesa comicial, y elaborar una legislación que permita convocar a veedores internacionales y a entidades de la sociedad civil.
También recomendó que los partidos de oposición que denuncian fraude articulen la labor de sus fiscales a fin de que todos aporten a un proceso más transparente, sobre todo en mesas que operan en zonas alejadas de los centros urbanos. En Argentina hay 24 distritos electorales estaduales, 14 de los cuales ya eligieron autoridades locales. El resto lo hará junto con los comicios presidenciales de octubre.
En Córdoba, el candidato oficialista a gobernador y actual segundo en el mando provincial, Juan Schiaretti, se proclamó ganador de los comicios del 2 de este mes, pero la justicia electoral aún coteja datos y oficialmente nada se define dada la paridad con su competidor, Luis Juez, intendente de la capital de ese distrito.
Juez, del progresista Frente Cívico y Social, impugnó el resultado provisorio y apeló a la justicia argumentando que hubo fraude, que "le robaron". Según el conteo preliminar, Schiaretti ganó por apenas 1,1 por ciento de los sufragios.
El Tribunal Superior provincial rechazó esta semana la apertura de las urnas para contar voto por voto y sólo lo hace por las actas recogidas en cada mesa, como establece la ley. Juez anticipó que sus seguidores seguirán manifestándose en las calles agitando su denuncia de fraude, y que acudirán a la Corte Suprema de Justicia para que emita un veredicto final.
El domingo 16, las elecciones en el Chaco también causaron nuevas dudas y aún se desconoce quién será el próximo gobernador. El candidato afín al gobierno kirchnerista, Jorge Capitanich, se atribuyó el triunfo con 46,8 por ciento de los votos, mientras su rival, Ángel Rozas, obtuvo 46,4 por ciento.
Las denuncias de fraude no se hicieron esperar. Rozas pidió la apertura de las urnas, pero la justicia rechazó el reclamo, y ahora el resultado se dirime en el escrutinio definitivo, que tuvo demoras, suspensiones e impugnaciones. La diferencia es de apenas 2.000 votos sobre un padrón de más de 700.000 ciudadanos.
Señalamientos del mismo tenor se habían lanzado en vísperas de las elecciones de Santa Fe, donde se aguardaba un resultado parejo. Finalmente, el 3 de este mes, el socialista Hermes Binner, quien había advertido sobre el riesgo de un fraude en su contra, ganó por 10 puntos porcentuales, y no hubo litigio.
En Misiones, en vísperas de los comicios que se realizarán el 28 de octubre junto con las provinciales, el obispo Joaquín Piña advirtió que "se está preparando el fraude" en su distrito, donde se registra un elevado número de candidatos.
"El gobierno nacional se ofende porque se piden veedores, pero yo creo que sería mejor que los haya para evitar que se siga dañando la credibilidad de los comicios", dijo la fuente de Poder Ciudadano. Mustapic coincidió en que, aun cuando no parezca necesario, es mejor tener resultados observados que sospechados.
Fuente: Inter Press Service