viernes, 10 de agosto de 2007

Día internacional del niño

Este día fue establecido por Resolución de la ONU, que recomendó a partir del año 1956 su celebración en todos los países, a los fines de que el mundo reflexionara sobre la importancia y transcendencia de los niños, ya que ellos son el futuro de cada nación y en definitiva de la humanidad.

La fecha depende de cada país, en el nuestro se celebra el 2º Domingo de Agosto.

Con el devenir del tiempo y en razón de las tendencias imperantes, el Día del Niño se ha ido transformando en una celebración mercantilista y consumista, alejada cada vez más de los objetivos que se tuvieron en miras al institucionalizarlo.

En muchos casos han quedado totalmente olvidadas las obligaciones de los Estados, que debían instrumentar políticas activas para su protección y resguardo, ofreciendo los medios y herramientas que posibilitaran su crecimiento integral desde el punto de vista moral, educativo, sanitario y alimentario a fin de preservar su dignidad como seres humanos.

La realidad nos muestra descarnadamente, como los niños de Argentina y de muchos países empobrecidos del planeta se han convertido en blanco de toda forma de explotación y aprovechamiento, que en muchos lugares los ponen al borde de verdaderos genocidios.

La globalización de la miseria les ha asignado un destino de muerte, desnutrición, delincuencia, prostitución, marginación, tráfico de órganos y violencia.

Son niños y lactantes en su mayoría, los que padecen hambre en el mundo, y la "epidemia de la pobreza" eleva la mortalidad infantil al 120%o en Pakistán y sólo al 5%o en Japón.

La desigualdad imperante hace que "un niño nacido en los EE.UU. represente un impacto destructivo sobre los ecosistemas 2 veces superior al de un niño nacido en Suecia; 3 veces más que el nacido en Italia; 13 veces que el nacido en Brasil; 35 veces de un niño hindú; 140 veces que uno nacido en Kenia y 280 veces más que si ese niño naciera en Ruanda, Haití o Nepal".(1)

Pese a los esfuerzos de UNICEF y todas las acciones sobre esta problemática, el panorama empeora y "un millón de niñas se incorporan, cada año, a la oferta mundial de cuerpos." (2)

El calentamiento global, la falta y contaminación del agua, los desastres ambientales, proliferación de sustancias y residuos tóxicos tiene en estos sectores sus víctimas predilectas.

Pese a tanta degradación y muerte, para ellos no hay banderas a media asta, duelos, no son portadas de los diarios ni los noticieros, y muchos menos las grandes potencias se preparan para una guerra sin cuartel contra sus asesinos.

Vivimos un mundo hipócrita que calla ante tanta injusticia y desolación.

La situación nacional no es mejor, más del 50% de los niños provienen de hogares ubicados bajo la línea de pobreza y de cada 100 niños pobres, solamente 4 de ellos tienen un desarrollo intelectual normal. No hay dudas que estamos generando un país de minusválidos sociales.

En su día y antes de sumarnos a la locura consumista, recordemos sus derechos, plasmados en el: Decálogo sobre los derechos del niño:

1)-Derecho a la igualdad sin distinción de raza, credo o nacionalidad.

2)-Derecho a una protección especial para su desarrollo físico, mental y social.

3)-Derecho a un nombre y una nacionalidad.

4)-Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada para el niño y la madre.

5)-Derecho a una educación y cuidados especiales para el niño física o mentalmente discapacitado.

6)-Derecho a una comprensión y amor por parte de los padres y la sociedad.

7)-Derecho a recibir educación gratuita y disfrutar de los juegos.

8)-Derecho de ser el primero en recibir ayuda en caso de desastre o emergencia.

9)-Derecho a ser protegido contra el abandono y la explotación en el trabajo.

10)-Derecho a formarse en un espíritu de solidaridad, comprensión, amistad y justicia entre los pueblos.

Mientras no internalicemos estas visiones, el "Primero Los Niños" será una utopía inalcanzable.

Dr. Ricardo Luis Mascheroni
Docente e Investigador U.N.L.

Referencias:
1: "La explosión Demográfica", Paul y Anne Ehrlich, Biblioteca Científica Salvat.
2: "Patas Arriba", Eduardo Galeano, Pag. 17, Edit. Catálogos.