Rosario Gabino Buenos Aires |
Con huelgas y movilizaciones en toda Argentina, se repudió este lunes la muerte del maestro Carlos Fuentealba, fallecido la semana pasada, luego de ser atacado por la policía durante una protesta docente.
Educadores de todos los niveles, desde jardines de infantes hasta universidades públicas y privadas, realizan un paro de 24 horas, bajo el lema "Las tizas no se manchan con sangre".
Además, hubo durante un par de horas una interrupción del transporte público que, como era de prever, generó un enorme caos en las calles de la capital argentina.
Trabajadores bancarios, industriales y judiciales también interrumpieron sus actividades, como muestra de apoyo al gremio docente.
La protesta se sintió especialmente en la ciudad de Neuquén, capital de la provincia del mismo nombre, donde Fuentealba fue mortalmente herido, mientras él y otros docentes reclamaban pacíficamente aumentos salariales.
"Todos somos Fuentealba"
En Neuquén miles de personas se movilizaron este lunes por la mañana y fueron desde una plaza céntrica hacia la casa de gobierno local, para exigir la renuncia del gobernador de la provincia, Jorge Sobisch, a quien responsabilizan por la muerte de Fuentealba.
El gobernador de Neuquén autorizó a la policía antimotines a reprimir a los manifestantes.
"Vergüenza nacional"
"Este asesinato es una vergüenza nacional, en 30 años de docencia nunca vi algo así", le dijo a BBC Mundo Cristina, una maestra que no ocultaba su molestia y tristeza, en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
Fuentealba, de 42 años, dictaba clases de química en una escuela pública ubicada en un barrio humilde de Neuquén.
Su muerte ocurrió el jueves pasado, luego de un día de agonía, tras haber recibido en su cabeza el golpe de una granada de gas lacrimógeno disparada por un policía.
Su esposa, Sandra Rodríguez, señaló que "a Carlos lo fusilaron".
Gobernador en la mira
El gobernador neuquino, Jorge Sobisch -quien además es candidato presidencial para las elecciones de octubre próximo- es el principal blanco de las protestas.
Crisis educativa
Muchos maestros de todo el país dicen que sus salarios son insuficientes para vivir."Con los mil pesos que gano por mes (cerca de US$300) no me alcanza para mantener a mis hijos.
Esto no puede ser. Los docentes vivimos una situación patética", el dijo a BBC Mundo un maestro de escuela pública, Claudio, durante la marcha en Buenos Aires. En algunas provincias, como Salta y Neuquén, miles de alumnos aún no han comenzado las clases, que deberían haber empezado hace un mes.
La protesta de este lunes es la mayor desde que asumió el gobierno del presidente Néstor Kirchner, en 2003, y ocurre seis meses antes de las elecciones presidenciales.