jueves, 29 de marzo de 2007

Congela el gobierno anuncio de la norma para TV digital

"Es una guerra entre Estados Unidos y Europa. EE.UU. no tiene tecnología pero sí lobby; la Unión Europea tiene tecnología pero no lobby." Con este argumento, un funcionario del gobierno explicó por qué la decisión del país sobre qué norma de TV digital se va a emplear quedó para después de las elecciones. Estos sistemas digitales permiten una revolución en la manera de transmitir imágenes a los domicilios y a los cada vez más usados sistemas móviles. La norma que se elija (la americana, la europea o la japonesa, ya adoptada por Brasil) beneficiará a grupos empresarios vinculados a la comunicación y al entretenimiento. La norma de los EE.UU. parece ligada al monopolio "Clarín"; la europea, a las empresas concesionarias de telefonía. Se habla de presiones intolerables sobre funcionarios y hacia el mismo Presidente, que ahora prefiere prescindir hasta después del 10 de diciembre y, como en otros trámites, examinar entre ahora y las elecciones la fidelidad hacia su persona de los grupos empresarios que apoyan las respectivas normas.
La carrera era desenfrenada en diciembre: se anunciaba que, en sólo cuestión de días, la Argentina se decidiría por su norma de TV digital, modalidad con la que el mundo recibirá imágenes televisivas desde 2012 cuando se produzca el llamado «apagón analógico». Sin embargo, pasado el impasse del verano, el tema se ha silenciado, y nadie parece tener demasiada prisa para volver a tratarlo.
El titular del COMFER, Julio Bárbaro, dijo ayer a este diario: «Por ahora no hay nada. Y creo que por un tiempo más tampoco lo habrá. Es un tema que no sólo requiere mucho estudio, sino que presenta una gran complejidad política. Otra cosa no puedo decirle». Sin embargo, otra alta fuente del gobierno dijo algo más a este diario: «Le puedo asegurar que la decisión es poselectoral. No habrá novedades antes de las elecciones porque acá está en juego una puja entre la Unión Europea (norma DVB) y los Estados Unidos (norma ATSC), que se podría sintetizar de esta forma: «Estados Unidos no tiene la tecnología adecuada pero tiene toda la presión, y la Unión Europea tiene la tecnología más moderna pero no la misma presión».
Esta inmovilidad no es exclusiva de la Argentina: Chile, que también había anunciado la elección de su norma este mismo mes, dijo ayer a través de una fuente del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, del que depende la decisión, que ésta había sido postergado sin fecha, a los fines de continuar con los estudios.
En aquel país, sorprendió más este aplazamiento, porque apenas dos semanas atrás la presidenta Michelle Bachelet había asegurado que antes del último día de marzo se anunciaría la tecnología que usarían los chilenos para desarrollar la televisión digital. Se adujo que, ante los cambios que Bachelet realizó esta semana en su gabinete (que incluyó la salida del ministro del sector, Sergio Espejo, por una crisis en un nuevo sistema de transportes en Santiago), el plazo se extendió sin fecha, porque el nuevo ministro René Cortázar se tenía que dar un tiempo para estudiar el tema.
Sin embargo, la indecisión regional parece exceder cualquier coyuntura. Según dijo a este diario una calificada fuente en la materia, tampoco sería completamente seguro que Brasil, que en Sudamérica se anticipó a los demás en la decisión (Lula anunció a mediados del año pasado la elección del sistema japonés ISDB-T), no termine cambiando de rumbo o, al menos, que modifique tanto las características de esa norma como para transformarla en otra muy similar a la europea (DVB).
«La norma japonesa», dijo la misma fuente «es muy versátil para llegar a celulares, y además no necesita rutear su señal a través de las antenas celulares de las compañías telefónicas, sino que emite directamente desde su propia antena con llegada perfecta a receptores móviles. Sin embargo, tiene algunas desventajas: en primer lugar, no tiene experiencia en el mercado, ya que existe sólo en Japón porque casi todo el resto de Asia se ha inclinado por la norma europea. Y, en segundo término, tiene algunas particularidades técnicas, muy engorrosas de explicar de manera sencilla, que son las que han forzado a Brasil a la necesidad de adaptarla a sus propios estándares, al punto de que puede llegar a asemejarse mucho a la europea».
En Centroamérica y México, en cambio, la decisión ha sido más rápida en función del influjo de los Estados Unidos: Honduras, Guatemala, Costa Rica y Panamá ya se inclinaron por la norma ATSC, que el gobierno norteamericano intenta imponer en toda la región, aunque sus mismos técnicos reconozcan que, desde el punto de vista de la llegada a receptores móviles (una condición que será imprescindible en el futuro), ha quedado obsoleta, y necesita una revisión técnica que, de todos modos, nunca llegará a los estándares de sus rivales europeo y japonés, que fueron concebidos a partir de esa necesidad.
Cuando a una decisión política delicada se le suma, como en este caso, obstáculos no pequeños en lo técnico, el resultado no puede ser otro que el actual: la postergación de toda decisión. La Argentina, que hacia fines del año pasado había llegado al consenso de elegir la norma europea DVB, y sólo restaba anunciarlo oficialmente (el consorcio representante de esta norma fue el único que lo presentó en Casa de Gobierno, en tanto que los norteamericanos lo hicieron en su embajada), ahora postergará para después de las elecciones el momento en el que, quizás, tenga que decirle que no a George Bush.
El monopolio «Clarín», que desde el momento en que el entonces Secretario de Comunicaciones Germán Kammerath, durante la presidencia de Carlos Menem, se inclinó por la norma norteamericana ATSC, se equipó de acuerdo con ese formato en el que iniciósus primeros experimentosde transmisión digital, tampoco es hoy el más ferviente de sus defensores, aunque lo continúe apoyando. Otros intereses son hoy más prioritarios que las cámaras y transmisores que compró: la futura licitación de las nuevas señales digitales de aire, que se multiplicarán con la llegada de la TV digital por sus propias características técnicas. Ese es un meollo técnico sino político: el gobierno va a tener que decidir de qué forma, y con qué condiciones, licita esas nuevas señales de aire que surgirán de la división por seis del ancho de banda digital.
Bajo el título de «Digital TV on Mercosur & Latinoamerica - ¿Todavía podemos tener todos una misma norma?», el próximo 20 de abril se realizará en el Hotel Sheraton un congreso interregional organizado por el Consejo de TV Digital, organización privada sin fines de lucro que preside Jorge Rivero. Consultado también ayer por este diario, Rivero dijo que «este Congreso estaba previsto para mediados de marzo, pero desde el gobierno me sugirieron que lo trasladara a abril. Allí tuve la pauta de que este mes no habría toma de decisión con respecto a la norma, y me temo que para el momento en que hagamos el congreso tampoco la haya. Creo que va para largo». El gobierno parece darle la razón.
Fuente: Ámbito Financiero
Imagen: El aparatito de Motorola que los cables venderán aparte por $100.- extras.