Influyente y contovertido, es la primera entrevista que concede desde que ocupa su cargo como secretario de Medios de la Nación
Por Susana Reinoso, Diario La Nación
"Estamos arreglando la Casa de Gobierno para el próximo que venga", dice en tono jocoso el secretario de Medios de la Nación, Enrique "Pepe" Albistur, 59 años, divorciado, siete hijos. Es el funcionario de confianza del jefe de Gabinete de Kirchner, Alberto Fernández, con quien ha mantenido no pocos roces dado su estilo vehemente. Fue en su despacho en la Casa Rosada, frente a la histórica Plaza de Mayo, donde Albistur concedió la primera entrevista de su gestión para charlar en exclusiva con LA NACION.
Sorprende que, en un año electoral en el que la exposición pública de los funcionarios más próximos a Kirchner se medirá palmo a palmo, el secretario de Medios haya accedido a una charla sin condiciones. Hasta su estilo, a menudo distante y algo agresivo, se ha vuelto amigable. Incluso se mostró dispuesto a reconocer errores. Admitió, por ejemplo, que la asignatura pendiente del Gobierno es estrechar el contacto con dueños y editores de medios. "Es lo que vamos a hacer este año", afirmó.
De Albistur, sus detractores dijeron en 2003, cuando Kirchner asumió, que el presidente le había pagado con el cargo las deudas de la campaña que el empresario hizo impecablemente. Conocía al dedillo las debilidades del opositor, porque también le había hecho la campaña a Carlos Menem en 1989. También dicen que utiliza discrecionalmente los fondos públicos asignados para publicidad oficial. Y que, ya sea motu proprio, o por mandato del Presidente y de Fernández, divide la pauta publicitaria entre medios amigos y enemigos.
En su declaración de principios, la OEA señala como violaciones a la libertad de expresión "las asignaciones discriminatorias negativas y positivas de la publicidad". Y dice que mientras "la asignación negativa se otorgaría a un medio para inducirlo a no informar desfavorablemente sobre quienes están en el poder", "la positiva exige que el beneficio se exprese favorablemente".
Los amigos de Albistur aseguran que se ganó el puesto porque es un peronista de larga militancia, que comenzó a los 16 años vinculado al sindicalismo justicialista. Que puede moverse con facilidad entre "la progresía intelectual del peronismo y los sindicalistas" y que sus inicios fueron con la cartelería partidaria en la vía pública, observando al maestro Carpani. Sus amigos dicen también que la fortuna de Albistur, un coleccionista de arte argentino, es legítima y que "Pepe es un seductor, un tipo que le cambió la estética al justicialismo. Por eso ha podido trabajar como empresario publicitario para tantos candidatos".
Hace un par de semanas, Albistur volvió a darle un disgusto al Presidente al enfrentarse con los empresarios mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano, ex ministro del Interior del gobierno menemista, por un entuerto con una adjudicación directa de publicidad callejera en Mendoza, a favor de su hijo Juan Ignacio, a quien Albistur cedió la empresa de publicidad familiar, según contó durante la charla con LA NACION. No obstante, aún es titular de la frecuencia de Radio Cariló (FM 103.9).
En Buenos Aires fue titular, hasta que cedió sus empresas hace poco menos de dos años a sus hijos y su ex mujer, de la firma Wall Street, que explota las carteleras en la vía pública porteña. A este negocio accedió de la mano del ex intendente Carlos Grosso. Su socio es el empresario Carlos Avila, asociado a su vez con sus enemigos Daniel Vila y José Luis Manzano, en el Grupo América.
Durante la entrevista con LA NACION, en la que estuvo tenso pero afable, se ofuscó varias veces al hablar de la dirigente del ARI, Elisa Carrió, del empresario de medios Jorge Fontevecchia y de la revista Noticias . En un tramo de la charla reconoció que era secretario de Medios cuando dio un paso al costado en el voluminoso negocio de la publicidad en vía pública de Buenos Aires. Y en otros defendió al Presidente con vehemencia, pero eligió el tono laxo para hablar, por ejemplo, de los beneficios que el Gobierno ha concedido a algunos empresarios de medios.
-¿Por qué decidió dar esta entrevista?
-El diario en el que vos trabajás es de la oposición, o mejor dicho crítico, pero es un diario en serio. Los funcionarios de este gobierno nos matamos por trabajar y nos gustaría que hablen más de lo que hacemos bien, y no tanto de lo que hacemos mal. Pero la función de ustedes es marcar lo que hacemos mal, que por suerte es menos que lo que hacemos bien.
-Existe en la opinión pública la impresión que este gobierno divide a los medios en amigos y enemigos y que eso se traduce en la asignación de publicidad oficial.
-Esa es una idea que no está en la gente, sino que es algo que dicen algunos medios. En la comunicación oficial repartimos con ciertos criterios propios, y eso tiene que ver con decisiones políticas, con criterios que tiene una lógica en la pauta publicitaria. Tu pregunta sería: ¿por qué no le damos a algún medio? Estamos hablando de un sólo caso, que es la Editorial Perfil. A la revista Noticias y al semanario Perfil , que Jorge Fontevecchia llama diario, no le damos publicidad oficial porque pertenece a un tipo de periodismo amarillo, sensacionalista con rasgos de extorsión. Es un medio que ha cometido errores periodísticos que no ha reconocido. Como cuando confundió al hijo del Presidente con el yerno del empresario Raúl Moneta. Igualmente, hay muchas revistas a las que no les damos publicidad y tratamos de llevar más a los medios chicos y del interior. Lo más probable es que cometamos algún error y lo iremos corrigiendo.
-¿Por qué el Gobierno no aplica criterios objetivos en la publicidad oficial, ya que pone pautas en revistas que operan claramente en favor de determinados intereses?
-Nosotros les damos publicidad oficial a revistas de espectáculos, especializadas, políticas de todo tipo.
-¿Y cuál es el interés de publicitar actos de gobierno en revistas de espectáculos?
-Porque, por ejemplo, Gente o Pronto llegan al mismo público que lee Caras y Noticias [ambas publicaciones de Editorial Perfil]. Igualmente estos criterios son discutibles. Yo soy un hombre que viene del campo de la publicidad y la pauta de una gestión de gobierno no tiene por qué tener los mismos criterios que una pauta de publicidad privada. Si fuese así, anunciaríamos sólo en los medios que van a los sectores de consumo. Tenemos que llegar a todo el país. Y de hecho, venimos trabajando con ADEPA y hemos mejorado mucho la publicidad en diarios chicos y medianos, porque creemos en los diarios locales. Con eso logramos bancar un pluralismo más interesante.
-¿Por qué $ 225 millones para publicidad oficial cuando Cultura tiene para este año un presupuesto de $ 81.388.000?
-Primero, porque las tarifas han aumentado mucho, en algunos casos entre el 20% y el 40%. Vamos a tener exactamente la misma fuerza comunicacional que el año pasado en función de ese aumento de tarifas. A esto se le agrega el desarrollo de marca país. Este año tenemos un plan de trabajo importante. Y esto es política de Estado. Yo había pedido 250 millones de pesos.
-El poder político en la Argentina parece olvidar que gobierna por mandato de la ciudadanía. ¿Por qué el Presidente no concede entrevistas ni informa sobre los actos de gobiernos a la sociedad?
-¿Qué estoy haciendo yo en este momento? El ministro de Salud, Ginés González García, informa sobre su gestión, el ministro de Educación, Daniel Filmus, informa sobre su gestión todos informamos. Lo que pasa es que los periodistas no entienden que el Presidente tiene un estilo y ese estilo es lo que algunos denominan como "el atril asesino". El Presidente se comunica directamente con la gente. También es un acto de soberbia de algunos periodistas decir que Kirchner comete un error porque carece de intermediación. Eso es lo que les duele a los periodistas: dejaron de ser intermediarios necesarios. Hay cambios culturales que se han producido en la Argentina, pero a los medios y a los periodistas esos cambios culturales no han llegado todavía. Nos siguen tratando como si esto fuese el menemismo. Nos tratan con sospecha. El presidente dice que hay que trabajar más y hablar menos.
-Sin embargo eso no evita que se produzcan errores en el manejo de la comunicación oficial, como ocurrió en el caso Gerez.
-No hubo manejo de la prensa. No usamos a la prensa. Cuando leo en el periodismo amarillo que Canal 7 estaba ahí esperando la noticia yo estaba comunicado con Rosario Lufrano [directora del canal oficial] y le pedí que dejara el móvil en el lugar. El error fue de los medios que se fueron. Como se perdieron la primicia, generaron sospechas sobre el canal público.
-¡Qué casualidad que Canal 7 llegara antes de que se produjera la noticia!
-¡Qué intepretación retorcida la de esos periodistas que son unos muchachos fracasados! Es como cuando Fontevecchia dice que yo voy a terminar siendo el María Julia Alsogaray de este gobierno. Ni él es Jacobo Timerman ni yo soy Maria Julia Alsogaray.
-¿Se arrepintió de haber iniciado una querella contra Noticias ?
-No. Yo me siento un hombre de bien y hago las cosas con buena intención. He trabajado desde los 14 años y he militado desde los 16, soy coherente, tengo una familia... y siento indignación cuando leo una nota en la que insinúan, sin decirlo expresamente porque no se atreven, que uno es un corrupto. Retiré la querella porque se interpretó como un atentado a la libertad de expresión. Todavía no hice la demanda civil, pero la voy a empezar.
-¿Por qué existe esa sospecha permanente sobre usted, sobre sus negocios con el Estado, sobre su fortuna personal?
-(Se ofusca) Perdón, primero no tengo ninguna empresa que trabaje con el Estado. Ni he hecho ningún negocio desde el Estado. Yo, todo lo que tengo, lo puedo justificar ante la AFIP porque pago los impuestos. Algunos que me pegan no lo pueden justificar. Hay mucha gente del sector cultural que no sospecha nada de mí.
-¿Por qué el Gobierno le ha dado tanta ayuda al grupo del empresario Daniel Hadad?
-No creo que lo ayude tanto. Muchos empresarios han acumulado medios durante los últimos años. Lo que pasa es que hay otros empresarios que son malísimos.
-¿No hay una incompatibilidad ética en el hecho de que, siendo usted secretario de Medios, su familia se presente en una adjudicación directa del Estado?
-(Con tono vehemente) Te lo explico: no hay ninguna incompatibilidad. Además, las empresas que yo tengo pasan a ser empresas familiares. ¿Querés que las rife? Mi familia vive de eso, porque su padre se dedicó a la política y gana $ 7000 mensuales. Por supuesto que, cuando decidí incorporarme a este gobierno, le pedí a la Oficina Anticorrupción que me dijera cuáles eran mis incompatibilidades. Pero no le puedo pedir a mi ex mujer y a mis hijos que se suiciden. Lo ilógico es que un grupo de medios [se refiere al Grupo América] haya hecho una persecución contra el hijo del secretario de Medios, porque compite en una plaza que ellos creen propia como es Mendoza. Armaron el modus operandi que tendría un grupo mafioso. Yo soy un valiente que les va a dar batalla. No fue una adjudicación directa. Pero este tema lo tenés que hablar con Juan Ignacio Albistur. Desde acá le vamos a dar batalla a todo lo que tenga que ver con la extorsión y con el manejo de los medios para sus propios negocios.
-Desde la actividad privada, usted hizo campaña para Luder, Ruckauf, Grosso, Menem, Erman González y para Kirchner. ¿No se traicionó un poco?
-No, porque en última instancia yo le hice una parte de la campaña a Menem y... ¿qué era Menem? El que prometia la revolución productiva y el salariazo. ¡Pero nos engañó él! Yo me encargo de que gane las elecciones, no de la forma en que gobierna. En el caso de la campaña de Kirchner, le creí. Quise poner el cuerpo. Después de 30 años, volví a la función pública. Yo había tenido una actuación de ocho meses como director de Difusión del ministerio de Asuntos Agrarios, durante el gobierno de Bidegain.
-Como concesionario de la publicidad en vía pública en la ciudad de Buenos Aires, ¿renunció apenas asumió?
-No inmediatamente. A las empresas renuncié hace unos dos años porque no voy a volver a la actividad privada. A menos que Kirchner me eche.
-O sea que cree en el kirchnerismo para rato.
-No, yo creo que las cosas hay que hacerlas intensamente, pensando que la vida siempre pende de un hilo. Yo hago esto con alegría y me siento muy cómodo en este gobierno.
-¿Le gustaría ser secretario de Cultura?
- (Se ríe) Mmmm sí. Pero no, en realidad lo que me gustaría es que las secretarías de Medios y de Cultura estuvieran juntas. Creo que no se va a dar nunca, aunque a mí me encantaría. La cultura es algo que me interesa mucho.
-¿Y qué le responde a los que dicen que los actos del 25 de mayo los organizó con una empresa suya?
-Que es un mentira total. Ninguna de mis empresas organizó nada. En todos los actos del 25 de mayo fijo los criterios y doy una mano. Mi hija me dio una mano ad honorem . Hasta uso mi propio coche para la función pública.
-¿No cree que al juego democrático le hacen bien la alternancia en el poder y la disidencia?
-Es lógico. Nadie está en contra. Pero que no se preocupen tanto por la alternancia en el poder aquellos que llegan y huyen después como ratas.
-¿Asumiría algún error de gestión, en el estilo ?
-Sí, errores hay Creo que tenemos que tener más relación con los dueños de los medios, con los editores y con algunos periodistas. Es lo que vamos a hacer este año. No hay ninguna razón, salvo la falta de tiempo, para no hacerlo. Creo que hay que mejorar la relación con los medios. Sobre todo tenemos que mejorar el contacto humano con algunos periodistas.
Chávez, la SIP y la oposición
-Organismos internacionales como la SIP, la CIDH y la OEA han expresado su preocupación por lo que consideran un reparto inequitativo de la publicidad oficial entre los medios.
-No lo comparto. Son puntos de vista. No tenemos problemas en discutirlo. Me parece que estuvimos lentos y nos dejamos ganar por un lobby político. Porque sin dar nombres, todos los informes respecto de la pauta publicitaria siempre tuvieron que ver con declaraciones de Lilita Carrió que se prendía en el tema. No hay nada que ocultar, estamos administrando fondos públicos y la información también es pública. Le damos la información a Poder ciudadano. Lo que ocurre es que después Poder Ciudadano hace un manejo muy especial de esas cifras y las interpretan a su manera.
-Nombró a Carrió. Ella y Olivera sufrieron una operación política durante las últimas elecciones, por la que acusaron al Gobierno.
-La resucitamos. Ella vive acusando al Gobierno y diciendo que viene el Apocalipsis. Por suerte no se cumple.
-Después de aquella visita de la SIP que enojó tanto al gobierno apareció una solicitada apoyada por algunos sellos de goma. ¿Tuvo algo que ver esta secretaría?
-Todo me lo atribuyen a mí. No eran tantos sellos de goma porque me vinieron a ver. La SIP tiene una ideología. Y una campaña muy clara para hacer aparecer a este gobierno como si fuera el de Chávez. Con Chávez nos llevamos bien, pero tenemos características especiales y no nos pueden comparar.
-Si todo lo están haciendo bien, ¿por qué tantos organismos respetables ven con preocupación las presiones del Gobierno sobre la prensa?
-Yo no digo que todo se está haciendo bien. Pero no coincido con ese punto de vista. Eso también es una acción de la oposición que no logra tener una representación política y genera ese clima en estos organismos.
-Pero si la oposición no tiene poder adentro, ¿cómo lo tiene afuera?
-Poder no tienen. Como no lo tienen, joden en esos organismos internacionales e inventan sellos.
-La SIP existe, la OEA existe, la CIDH existe
-Si, y existen individuos dentro de esos organismos cuyas ideas a veces no coinciden con las de ciertos gobiernos. Generan sospechas porque no pueden ganar en las urnas. Es muy gracioso que se hable de restricciones a la libertad de expresión cuando nos dicen de todo en todos los medios.
Sorprende que, en un año electoral en el que la exposición pública de los funcionarios más próximos a Kirchner se medirá palmo a palmo, el secretario de Medios haya accedido a una charla sin condiciones. Hasta su estilo, a menudo distante y algo agresivo, se ha vuelto amigable. Incluso se mostró dispuesto a reconocer errores. Admitió, por ejemplo, que la asignatura pendiente del Gobierno es estrechar el contacto con dueños y editores de medios. "Es lo que vamos a hacer este año", afirmó.
De Albistur, sus detractores dijeron en 2003, cuando Kirchner asumió, que el presidente le había pagado con el cargo las deudas de la campaña que el empresario hizo impecablemente. Conocía al dedillo las debilidades del opositor, porque también le había hecho la campaña a Carlos Menem en 1989. También dicen que utiliza discrecionalmente los fondos públicos asignados para publicidad oficial. Y que, ya sea motu proprio, o por mandato del Presidente y de Fernández, divide la pauta publicitaria entre medios amigos y enemigos.
En su declaración de principios, la OEA señala como violaciones a la libertad de expresión "las asignaciones discriminatorias negativas y positivas de la publicidad". Y dice que mientras "la asignación negativa se otorgaría a un medio para inducirlo a no informar desfavorablemente sobre quienes están en el poder", "la positiva exige que el beneficio se exprese favorablemente".
Los amigos de Albistur aseguran que se ganó el puesto porque es un peronista de larga militancia, que comenzó a los 16 años vinculado al sindicalismo justicialista. Que puede moverse con facilidad entre "la progresía intelectual del peronismo y los sindicalistas" y que sus inicios fueron con la cartelería partidaria en la vía pública, observando al maestro Carpani. Sus amigos dicen también que la fortuna de Albistur, un coleccionista de arte argentino, es legítima y que "Pepe es un seductor, un tipo que le cambió la estética al justicialismo. Por eso ha podido trabajar como empresario publicitario para tantos candidatos".
Hace un par de semanas, Albistur volvió a darle un disgusto al Presidente al enfrentarse con los empresarios mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano, ex ministro del Interior del gobierno menemista, por un entuerto con una adjudicación directa de publicidad callejera en Mendoza, a favor de su hijo Juan Ignacio, a quien Albistur cedió la empresa de publicidad familiar, según contó durante la charla con LA NACION. No obstante, aún es titular de la frecuencia de Radio Cariló (FM 103.9).
En Buenos Aires fue titular, hasta que cedió sus empresas hace poco menos de dos años a sus hijos y su ex mujer, de la firma Wall Street, que explota las carteleras en la vía pública porteña. A este negocio accedió de la mano del ex intendente Carlos Grosso. Su socio es el empresario Carlos Avila, asociado a su vez con sus enemigos Daniel Vila y José Luis Manzano, en el Grupo América.
Durante la entrevista con LA NACION, en la que estuvo tenso pero afable, se ofuscó varias veces al hablar de la dirigente del ARI, Elisa Carrió, del empresario de medios Jorge Fontevecchia y de la revista Noticias . En un tramo de la charla reconoció que era secretario de Medios cuando dio un paso al costado en el voluminoso negocio de la publicidad en vía pública de Buenos Aires. Y en otros defendió al Presidente con vehemencia, pero eligió el tono laxo para hablar, por ejemplo, de los beneficios que el Gobierno ha concedido a algunos empresarios de medios.
-¿Por qué decidió dar esta entrevista?
-El diario en el que vos trabajás es de la oposición, o mejor dicho crítico, pero es un diario en serio. Los funcionarios de este gobierno nos matamos por trabajar y nos gustaría que hablen más de lo que hacemos bien, y no tanto de lo que hacemos mal. Pero la función de ustedes es marcar lo que hacemos mal, que por suerte es menos que lo que hacemos bien.
-Existe en la opinión pública la impresión que este gobierno divide a los medios en amigos y enemigos y que eso se traduce en la asignación de publicidad oficial.
-Esa es una idea que no está en la gente, sino que es algo que dicen algunos medios. En la comunicación oficial repartimos con ciertos criterios propios, y eso tiene que ver con decisiones políticas, con criterios que tiene una lógica en la pauta publicitaria. Tu pregunta sería: ¿por qué no le damos a algún medio? Estamos hablando de un sólo caso, que es la Editorial Perfil. A la revista Noticias y al semanario Perfil , que Jorge Fontevecchia llama diario, no le damos publicidad oficial porque pertenece a un tipo de periodismo amarillo, sensacionalista con rasgos de extorsión. Es un medio que ha cometido errores periodísticos que no ha reconocido. Como cuando confundió al hijo del Presidente con el yerno del empresario Raúl Moneta. Igualmente, hay muchas revistas a las que no les damos publicidad y tratamos de llevar más a los medios chicos y del interior. Lo más probable es que cometamos algún error y lo iremos corrigiendo.
-¿Por qué el Gobierno no aplica criterios objetivos en la publicidad oficial, ya que pone pautas en revistas que operan claramente en favor de determinados intereses?
-Nosotros les damos publicidad oficial a revistas de espectáculos, especializadas, políticas de todo tipo.
-¿Y cuál es el interés de publicitar actos de gobierno en revistas de espectáculos?
-Porque, por ejemplo, Gente o Pronto llegan al mismo público que lee Caras y Noticias [ambas publicaciones de Editorial Perfil]. Igualmente estos criterios son discutibles. Yo soy un hombre que viene del campo de la publicidad y la pauta de una gestión de gobierno no tiene por qué tener los mismos criterios que una pauta de publicidad privada. Si fuese así, anunciaríamos sólo en los medios que van a los sectores de consumo. Tenemos que llegar a todo el país. Y de hecho, venimos trabajando con ADEPA y hemos mejorado mucho la publicidad en diarios chicos y medianos, porque creemos en los diarios locales. Con eso logramos bancar un pluralismo más interesante.
-¿Por qué $ 225 millones para publicidad oficial cuando Cultura tiene para este año un presupuesto de $ 81.388.000?
-Primero, porque las tarifas han aumentado mucho, en algunos casos entre el 20% y el 40%. Vamos a tener exactamente la misma fuerza comunicacional que el año pasado en función de ese aumento de tarifas. A esto se le agrega el desarrollo de marca país. Este año tenemos un plan de trabajo importante. Y esto es política de Estado. Yo había pedido 250 millones de pesos.
-El poder político en la Argentina parece olvidar que gobierna por mandato de la ciudadanía. ¿Por qué el Presidente no concede entrevistas ni informa sobre los actos de gobiernos a la sociedad?
-¿Qué estoy haciendo yo en este momento? El ministro de Salud, Ginés González García, informa sobre su gestión, el ministro de Educación, Daniel Filmus, informa sobre su gestión todos informamos. Lo que pasa es que los periodistas no entienden que el Presidente tiene un estilo y ese estilo es lo que algunos denominan como "el atril asesino". El Presidente se comunica directamente con la gente. También es un acto de soberbia de algunos periodistas decir que Kirchner comete un error porque carece de intermediación. Eso es lo que les duele a los periodistas: dejaron de ser intermediarios necesarios. Hay cambios culturales que se han producido en la Argentina, pero a los medios y a los periodistas esos cambios culturales no han llegado todavía. Nos siguen tratando como si esto fuese el menemismo. Nos tratan con sospecha. El presidente dice que hay que trabajar más y hablar menos.
-Sin embargo eso no evita que se produzcan errores en el manejo de la comunicación oficial, como ocurrió en el caso Gerez.
-No hubo manejo de la prensa. No usamos a la prensa. Cuando leo en el periodismo amarillo que Canal 7 estaba ahí esperando la noticia yo estaba comunicado con Rosario Lufrano [directora del canal oficial] y le pedí que dejara el móvil en el lugar. El error fue de los medios que se fueron. Como se perdieron la primicia, generaron sospechas sobre el canal público.
-¡Qué casualidad que Canal 7 llegara antes de que se produjera la noticia!
-¡Qué intepretación retorcida la de esos periodistas que son unos muchachos fracasados! Es como cuando Fontevecchia dice que yo voy a terminar siendo el María Julia Alsogaray de este gobierno. Ni él es Jacobo Timerman ni yo soy Maria Julia Alsogaray.
-¿Se arrepintió de haber iniciado una querella contra Noticias ?
-No. Yo me siento un hombre de bien y hago las cosas con buena intención. He trabajado desde los 14 años y he militado desde los 16, soy coherente, tengo una familia... y siento indignación cuando leo una nota en la que insinúan, sin decirlo expresamente porque no se atreven, que uno es un corrupto. Retiré la querella porque se interpretó como un atentado a la libertad de expresión. Todavía no hice la demanda civil, pero la voy a empezar.
-¿Por qué existe esa sospecha permanente sobre usted, sobre sus negocios con el Estado, sobre su fortuna personal?
-(Se ofusca) Perdón, primero no tengo ninguna empresa que trabaje con el Estado. Ni he hecho ningún negocio desde el Estado. Yo, todo lo que tengo, lo puedo justificar ante la AFIP porque pago los impuestos. Algunos que me pegan no lo pueden justificar. Hay mucha gente del sector cultural que no sospecha nada de mí.
-¿Por qué el Gobierno le ha dado tanta ayuda al grupo del empresario Daniel Hadad?
-No creo que lo ayude tanto. Muchos empresarios han acumulado medios durante los últimos años. Lo que pasa es que hay otros empresarios que son malísimos.
-¿No hay una incompatibilidad ética en el hecho de que, siendo usted secretario de Medios, su familia se presente en una adjudicación directa del Estado?
-(Con tono vehemente) Te lo explico: no hay ninguna incompatibilidad. Además, las empresas que yo tengo pasan a ser empresas familiares. ¿Querés que las rife? Mi familia vive de eso, porque su padre se dedicó a la política y gana $ 7000 mensuales. Por supuesto que, cuando decidí incorporarme a este gobierno, le pedí a la Oficina Anticorrupción que me dijera cuáles eran mis incompatibilidades. Pero no le puedo pedir a mi ex mujer y a mis hijos que se suiciden. Lo ilógico es que un grupo de medios [se refiere al Grupo América] haya hecho una persecución contra el hijo del secretario de Medios, porque compite en una plaza que ellos creen propia como es Mendoza. Armaron el modus operandi que tendría un grupo mafioso. Yo soy un valiente que les va a dar batalla. No fue una adjudicación directa. Pero este tema lo tenés que hablar con Juan Ignacio Albistur. Desde acá le vamos a dar batalla a todo lo que tenga que ver con la extorsión y con el manejo de los medios para sus propios negocios.
-Desde la actividad privada, usted hizo campaña para Luder, Ruckauf, Grosso, Menem, Erman González y para Kirchner. ¿No se traicionó un poco?
-No, porque en última instancia yo le hice una parte de la campaña a Menem y... ¿qué era Menem? El que prometia la revolución productiva y el salariazo. ¡Pero nos engañó él! Yo me encargo de que gane las elecciones, no de la forma en que gobierna. En el caso de la campaña de Kirchner, le creí. Quise poner el cuerpo. Después de 30 años, volví a la función pública. Yo había tenido una actuación de ocho meses como director de Difusión del ministerio de Asuntos Agrarios, durante el gobierno de Bidegain.
-Como concesionario de la publicidad en vía pública en la ciudad de Buenos Aires, ¿renunció apenas asumió?
-No inmediatamente. A las empresas renuncié hace unos dos años porque no voy a volver a la actividad privada. A menos que Kirchner me eche.
-O sea que cree en el kirchnerismo para rato.
-No, yo creo que las cosas hay que hacerlas intensamente, pensando que la vida siempre pende de un hilo. Yo hago esto con alegría y me siento muy cómodo en este gobierno.
-¿Le gustaría ser secretario de Cultura?
- (Se ríe) Mmmm sí. Pero no, en realidad lo que me gustaría es que las secretarías de Medios y de Cultura estuvieran juntas. Creo que no se va a dar nunca, aunque a mí me encantaría. La cultura es algo que me interesa mucho.
-¿Y qué le responde a los que dicen que los actos del 25 de mayo los organizó con una empresa suya?
-Que es un mentira total. Ninguna de mis empresas organizó nada. En todos los actos del 25 de mayo fijo los criterios y doy una mano. Mi hija me dio una mano ad honorem . Hasta uso mi propio coche para la función pública.
-¿No cree que al juego democrático le hacen bien la alternancia en el poder y la disidencia?
-Es lógico. Nadie está en contra. Pero que no se preocupen tanto por la alternancia en el poder aquellos que llegan y huyen después como ratas.
-¿Asumiría algún error de gestión, en el estilo ?
-Sí, errores hay Creo que tenemos que tener más relación con los dueños de los medios, con los editores y con algunos periodistas. Es lo que vamos a hacer este año. No hay ninguna razón, salvo la falta de tiempo, para no hacerlo. Creo que hay que mejorar la relación con los medios. Sobre todo tenemos que mejorar el contacto humano con algunos periodistas.
Chávez, la SIP y la oposición
-Organismos internacionales como la SIP, la CIDH y la OEA han expresado su preocupación por lo que consideran un reparto inequitativo de la publicidad oficial entre los medios.
-No lo comparto. Son puntos de vista. No tenemos problemas en discutirlo. Me parece que estuvimos lentos y nos dejamos ganar por un lobby político. Porque sin dar nombres, todos los informes respecto de la pauta publicitaria siempre tuvieron que ver con declaraciones de Lilita Carrió que se prendía en el tema. No hay nada que ocultar, estamos administrando fondos públicos y la información también es pública. Le damos la información a Poder ciudadano. Lo que ocurre es que después Poder Ciudadano hace un manejo muy especial de esas cifras y las interpretan a su manera.
-Nombró a Carrió. Ella y Olivera sufrieron una operación política durante las últimas elecciones, por la que acusaron al Gobierno.
-La resucitamos. Ella vive acusando al Gobierno y diciendo que viene el Apocalipsis. Por suerte no se cumple.
-Después de aquella visita de la SIP que enojó tanto al gobierno apareció una solicitada apoyada por algunos sellos de goma. ¿Tuvo algo que ver esta secretaría?
-Todo me lo atribuyen a mí. No eran tantos sellos de goma porque me vinieron a ver. La SIP tiene una ideología. Y una campaña muy clara para hacer aparecer a este gobierno como si fuera el de Chávez. Con Chávez nos llevamos bien, pero tenemos características especiales y no nos pueden comparar.
-Si todo lo están haciendo bien, ¿por qué tantos organismos respetables ven con preocupación las presiones del Gobierno sobre la prensa?
-Yo no digo que todo se está haciendo bien. Pero no coincido con ese punto de vista. Eso también es una acción de la oposición que no logra tener una representación política y genera ese clima en estos organismos.
-Pero si la oposición no tiene poder adentro, ¿cómo lo tiene afuera?
-Poder no tienen. Como no lo tienen, joden en esos organismos internacionales e inventan sellos.
-La SIP existe, la OEA existe, la CIDH existe
-Si, y existen individuos dentro de esos organismos cuyas ideas a veces no coinciden con las de ciertos gobiernos. Generan sospechas porque no pueden ganar en las urnas. Es muy gracioso que se hable de restricciones a la libertad de expresión cuando nos dicen de todo en todos los medios.