martes, 28 de febrero de 2023

La justicia ordena bloquear Futbollibre y otros 30 sitios de transmisión de contenidos

En lo que fue catalogado como un hecho sin precedentes en el país, un fallo de la Justicia Federal Argentina ordenó el bloqueo de los principales 30 sitios de transmisión ilegal de contenidos, que incluyen partidos de fútbol y otros eventos deportivos, además de películas, series y hasta canales TV y se espera que sea un gran precedente para la protección de los derechos de propiedad intelectual.

La medida fue tomada por el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal N° 2, secretaría N° 3, a cargo del juez subrogante Marcelo Bruno Dos Santos, quien dictaminó hacer lugar a una medida autosatisfactiva en el marco del expediente iniciado por la Alianza Contra la Piratería Audiovisual (Alianza), caratulado "DirecTV Argentina S.A. y Otros c/ Quien resulte responsable de los nombres de dominio s/ Medida Autosatisfactiva".

El juez ordenó a todos los proveedores de acceso a internet registrados ante el Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) que bloqueen el acceso en el territorio argentino a los sitios web identificados por la Alianza, a través de los cuales se infringen y defraudan los derechos de propiedad intelectual, derechos conexos y sobre la transmisión de señales televisivas y sobre contenidos audiovisuales de su propiedad.

El presidente de Alianza, Bacaloni, calificó el fallo como histórico y destacó que permitirá actualizar regularmente el listado de sitios ilegales a bloquear en Argentina, reduciendo la exposición de millones de personas a malware y robo de datos personales, entre otros delitos.

Según datos de BB Media (empresa de data science especializada en medios y entretenimiento), la piratería en América Latina en sus modalidades online y tradicional genera pérdidas por más de 8 mil millones de dólares anuales a la industria, más de 1.700 millones de dólares en pérdidas impositivas, considerando el impuesto al valor agregado, únicamente, y más de 68 mil empleos perdidos.
"La finalidad de estos derechos es proteger los intereses legales de determinadas personas y entidades jurídicas que contribuyen a la puesta a disposición del público de obras o que hayan producido objetos que, aunque no se consideren obras en virtud de los sistemas de derecho de autor de todos los países, contengan suficiente creatividad y capacidad técnica y organizativa para merecer la concesión de un derecho de propiedad que se asimile al derecho de autor", sostiene el fallo del juez Marcelo Bruno dos Santos.
"El bloqueo de estos sitios de transmisión ilegal de contenidos es un gran paso para combatir la piratería en Argentina y proteger los derechos de propiedad intelectual de los creadores y productores de contenidos. Se espera que este fallo sirva de precedente para otros países de la región que también luchan contra la piratería y sus efectos negativos en la industria del entretenimiento", sostiene la alianza. 

El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal Nº 2, a cargo del Dr. Marcelo Bruno dos Santos, Secretaría Nº 3, sito en Libertad 731, piso 4, Ciudad de Buenos Aires, en los autos caratulados: "DirecTV Argentina SA y otros c/quien resulte responsable de los nombres de dominio s/medida autosatisfactiva 10595/2022-", ordena:
1) Hacer lugar a la medida cautelar y, en consecuencia, ordenar a todos los proveedores de Internet registrados ante el Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) -que han sido individualizados en la lista aportada por la actora con fecha 07/11/22- que bloqueen, de forma inmediata, el acceso desde el territorio argentino a los sitios web indicados a continuación y bloqueen todos los servidores DNS sujetos a su control, de todas y cada una de las siguientes URLs:
Asimismo, ordenar al Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) que, en el plazo de dos días, notifique a los proveedores de acceso a internet individualizados en la presentación de fecha 07/11/22 lo dispuesto en el presente decisorio, haciéndoles saber que deberán incorporar al momento del bloqueo la leyenda: “En cumplimiento de la medida ordenada en la causa caratulada "DirecTV Argentina SA y otros c/quien resulte responsable de los nombres de dominio s/medida autosatisfactiva 10595/2022-"(expte. CCF 10595/2022), en trámite ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal N° 2, Secretaría nro. 3, sito en la calle Libertad 731, 4°, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el presente sitio se encuentra bloqueado por encontrarse en infracción a derechos de propiedad intelectual. Fdo: Marcelo Gota, Juez Federal"
El fallo:

308 millones
Combinados, los dominios bloqueados han recibido más de 308 millones de visitas en los últimos meses, y el tráfico aumenta mes tras mes. Los dos principales dominios, futbollibre.net y televisionlibre.net, recibieron 42,9 millones y 7,8 millones de visitas mensuales, respectivamente. Estos sitios atrajeron la mayor parte del tráfico de Argentina. Futbollibre era conocido por transmitir partidos en vivo de casi todas las principales ligas de fútbol, ​​incluidas la UEFA Champions League, LaLiga y la Liga Argentina de Fútbol Profesional.

Acerca de Alianza
Lanzada en enero de 2013, Alianza Contra la Piratería de Televisión Paga es una organización que tiene como objetivo luchar contra la piratería de televisión paga y en línea en América Latina. En la actualidad, Alianza cuenta con la participación de los principales miembros de la industria de la televisión paga en la región.
 
Las compañías que forman parte del acuerdo: Amazon, AMC Networks, BBC Worldwide, Bell Canada and Bell Media, Canal+ Group, CBS Corporation, Constantin Film, Foxtel, Grupo Globo, HBO, Hulu, Lionsgate, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Millennium Media, NBCUniversal, Netflix, Paramount Pictures, SF Studios, Sky, Sony Pictures Entertainment, Star India, Studio Babelsberg, STX Entertainment, Telemundo, Televisa, Twentieth Century Fox, Univision Communications Inc., Village Roadshow, The Walt Disney Company y Warner Bros. Entertainment Inc.

Un periodismo con salarios dignos, derechos laborales y de calidad

Por: Agustín Lecchi, Secretario general del Sindicato de Prensa Buenos Aires (SiPreBA)
Hace un mes obtuvimos una conquista histórica: la personería gremial del Sindicato de Prensa de Buenos Aires. Fue el resultado de un trabajo de construcción, organización y lucha, constante y a muchas manos, que comenzó hace ocho años cuando en un plebiscito masivo decidimos fundar el SiPreBA. Este logro, que se basa en nuestra legitimidad y representación, nos impone y exige nuevas obligaciones y desafíos. No es un punto de llegada sino uno de partida. Nunca fue un objetivo en sí mismo, sino que la concebimos como una herramienta -central, sin dudas- para pelear por el salario y por recuperar todos los derechos perdidos en estos años. Sabemos que no será fácil y que hay una expectativa acorde al nivel de apoyo y de participación que tiene nuestro sindicato.

Lo primero que hicimos cuando se oficializó la resolución firmada por la ministra Kelly Olmos, fue convocar a un plenario de delegados y delegadas, que nos dio mandato para presentar en el Ministerio de Trabajo la Nación el pedido urgente de apertura de paritarias tanto en prensa escrita (diarios, portales, revistas y agencias), como en radio y en prensa televisada. Arrastramos una
pérdida de poder adquisitivo brutal desde hace muchos años: sólo en 2022 cayó un 40% en prensa escrita (la UTPBA firmó el 56% con una inflación de, por lo menos, 95%). Recuperar todo eso no será fácil, pero es la tarea urgente que tenemos. Es necesario una convocatoria inmediata a la paritaria y que las empresas del sector tengan vocación de diálogo para abordar la dramática situación
salarial. Esta constante pérdida de poder adquisitivo generó un nuevo escenario en la actividad: la masificación del pluriempleo. El 40% de compañeros y compañeras del gremio de prensa tiene más de un trabajo para llegar a fin de mes y un 15% se tiene que desempeñar en tres o más empleos. El avance de la precariedad laboral es una de las principales problemáticas de la actividad. Por eso, una tarea central es exigir el pleno cumplimiento de los convenios colectivos de trabajo y encuadrar las funciones derivadas de las nuevas tecnologías que aún no están reguladas.

En un año electoral como éste, en el que se pondrá en discusión el modelo de país, tenemos que poner en el centro de la escena a los trabajadores y las trabajadoras para que recuperemos el poder adquisitivo y los derechos perdidos, así como también tenemos que debatir qué comunicación queremos. Exigir la aplicación de la Ley de Equidad de Género en los medios (27.635), regular el uso del contenido periodístico en las plataformas digitales y democratizar la pauta publicitaria pública, son también algunas de políticas que
venimos llevando adelante junto a la FATPren, la Confederación de Medios Comunitarios y Cooperativos y muchos sectores que trabajan por una comunicación más democrática en donde se garantice el derecho a la información. Para eso necesitamos trabajadores y trabajadoras con plenos derechos, con salarios dignos y las condiciones necesarias para ejercer un periodismo de calidad.
Foto: Leandro Teysseire

Jujuy: Nueva radio de pueblos originarios

Durante el mes de febrero se inauguró en la localidad de Olaroz Chico (Provincia de Jujuy) la radio “La Voz de Olaroz” gestionada por una comunidad aborigen, la cual fue montada con financiamiento proveniente del Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FoMeCA), y con aportes realizados por la propia comunidad, en la que viven aproximadamente 300 personas.
El pasado 21 de febrero miembros de la Subdirección de Medios Comunitarios y Pluralidad de Voces del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) participaron de una recorrida por las flamantes instalaciones de la Radio "La Voz de Olaroz", ubicada a 280 kilómetros de San Salvador de Jujuy, la cual es una de las tantas radios indígenas con una frecuencia otorgada y operativa a partir de la adquisición de equipos y la obra edilicia financiada a través de los FoMeCA. La potencia de la radio permite alcanzar localidades adyacentes, como la de Susques, en la que viven 5. 000 habitantes.

Participaron por parte de ENaCom María Sucarrat, subdirectora de Medios Comunitarios y Pluralidad de Voces, y Brenda Daney, Bárvara Correa Navarro y Martina Matusevich, analistas del área.
"Festejamos el logro de la comunidad indígena de Olaroz Chico que ha podido concretar el anhelo de prender su propia radio, en el marco del derecho a la comunicación y de la pluralidad de voces. Es muy importante destacar que el factor de la escasa conectividad a Internet que hay en la zona convierte a esa radio en un elemento fundamental respecto de la difusión de la identidad local en las audiencias de la misma localidad y de las aledañas", sostuvo María Sucarrat.
La celebración coincidió con el último día de carnaval, por lo que la ceremonia consistió en la Challa de la radio (rito de agradecimiento), las palabras del Cacique Mario Gerónimo y el corte de cinta en el edificio. La radio es un elemento fundamental para la difusión de la identidad local, la pluralidad de voces y los contenidos autogenerados por las propias audiencias de las localidades jujeñas.
El FoMeCA es el fondo concursable que permite, a través de subsidios, financiar y acompañar proyectos de servicios de comunicación audiovisual impulsados por organizaciones sin fines de lucro y Pueblos Originarios de todo el país.
Fuente: ENaCom

Rupert Murdoch admite que comentaristas de Fox News respaldaron afirmaciones falsas contra Biden

Fox News ha atacado a la compañía denunciante, la fabricante de máquinas de votación Dominion, considerando que la demanda es dudosa. El empresario ha rechazado que la compañía respaldara como entidad las mentiras electorales de Trump
Manifestantes sostienen pancartas frente a Fox News Channel durante una protesta contra la cadena, en Nueva York

El magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch ha admitido que algunos comentaristas invitados a la cadena de televisión Fox News respaldaron afirmaciones falsas sobre que las elecciones de 2020, en las que ganó Joe Biden, fueron robadas al expresidente Donald Trump, según ha informado Europa Press.

"Algunos de nuestros comentaristas lo respaldaron", declaró Murdoch bajo juramento en una demanda por difamación, al ser preguntado sobre si algunos de los presentadores defendieron la tesis de que la victoria electoral no pertenecía a Biden.

No obstante, el empresario ha rechazado que la compañía respaldara como entidad las mentiras electorales de Trump. La publicación de la declaración de Murdoch ha revelado también que este se refirió a alguna de las mentiras electorales de Trump como "tonterías".

Fox News, por su parte, ha atacado a la compañía denunciante, la fabricante de máquinas de votación Dominion, considerando que la demanda es "dudosa". "La demanda de Dominion siempre se ha centrado más en lo que generará titulares que en lo que pueda resistir el escrutinio legal y fáctico", reza una declaración recogida por la cadena CNN.

Así, la empresa mediática ha defendido las acciones de sus ejecutivos e invitados durante las elecciones de 2020, alegando que las afirmaciones en directo sobre el fraude electoral se han sacado de contexto.

Con todo, Dominion —que presentó la demanda de 1.600 millones de dólares— trata de probar que quienes dirigen Fox conocían que las declaraciones de Trump eran falsas, pero que las transmitieron de todos modos, ya que buscaban beneficios.
Fuente: Europa Press

domingo, 26 de febrero de 2023

Diarios de EEUU cancelan una tira cómica por comentarios racistas de su autor

Scott Adams, autor de la tira cómica, dijo en YouTube que los blancos deberían alejarse de los negros. "Son un grupo de odio, no quiero tener nada que ver con ellos", afirmó
Varios periódicos estadounidenses, entre ellos The Washington Post, decidieron dejar de publicar la famosa tira cómica "Dilbert” después de que su creador, Scott Adams, publicara un video en el que se refiere a la población negra como "grupo de odio". El miércoles 22 de febrero, el dibujante dijo en YouTube que los blancos deberían "alejarse” de los afroestadounidenses.

Adams, de 65 años, habló sobre una encuesta de Rasmussen Reports que mostraba que una pequeña mayoría de personas negras encuestadas decían estar de acuerdo con que "está bien ser blanco". "Es un grupo de odio y no quiero tener nada que ver con ellos", afirmó. "Tal como están las cosas en este momento, el mejor consejo que podría dar a los blancos es que se alejen de los negros", agregó.

Entre los diarios que han cancelado la tira cómica figuran The Boston Globe, Los Angeles Times y las más de 300 cabeceras que forman parte del grupo Gannett, uno de los grupos editoriales más grandes de Estados Unidos y propietario del popular USA Today. En un comunicado, Gannett justificó su decisión por los "comentarios discriminatorios" de su autor y explicó que, aunque respeta la libertad de expresión, la visión de Adams "no está en línea" con los valores del grupo editorial.
Todo comenzó el pasado miércoles, cuando el artista realizó una fuerte queja de contenido racial a través de un directo de YouTube. En la misma, se refirió a una reciente encuesta de Rasmussen Reports realizada a personas negras sobre si estaban de acuerdo con la frase "Está bien ser blanco", que ha sido adoptada como eslogan por grupos supremacistas blancos. El 53 % de los participantes respondió que sí, mientras que un 26 % dijo que no, y el 21 % restante indicó no estar seguro al respecto. Hablando sobre los resultados de la consulta en su canal de YouTube, Scott Adams se mostró molesto porque casi la mitad de los encuestados no respondiera favorablemente a la consigna. Al punto tal que los tildó de "grupo de odio" e instó a los blancos a "alejarse" de ellos.
Sátira laboral
The Washington Post, en tanto, explicó el sábado a través de un portavoz que había recibido llamadas de los lectores pidiendo que se rescindiera el contrato con Adams y, finalmente, este domingo (26.02.2023) la tira cómica fue eliminada de la mayoría de sus ediciones escritas. Algunas ediciones, sin embargo, mantenían el dibujo porque la orden no había llegado a tiempo. En la web había sido totalmente eliminado.

Adams creó "Dilbert” en 1989 y su éxito hizo que se convirtiera en una serie animada de televisión. La tira cómica gira en torno a Dilbert, un ingeniero con pocas habilidades sociales, y su perro, Dogbert. A través de los ojos de su personaje, el dibujante durante años satirizó diferentes situaciones del mundo laboral, desde la excesiva burocracia corporativa hasta las difíciles relaciones con el jefe o los vínculos que se establecen entre empleados.
Fuentes: Agencias EFE y AFP

sábado, 25 de febrero de 2023

La inaceptable censura a los medios rusos

Los representantes de los países occidentales, boicoteando el discurso del canciller ruso ante la ONU. Un acto totalmente anti-democrático que busca imponer la versión de la Unión Europea y la de los Estados Unidos sobre la versión de Rusia. 

Por: Juan Carlos Martínez Castro
Resulta contradictorio que los países occidentales, supuestamente defensores de la libertad y la democracia, estén bloqueando a los medios rusos, práctica que sólo realizan las peores dictaduras.

No hay ninguna excusa y no existe un argumento válido que pueda respaldar tal medida. Lo único que esto evidencia es que quienes tanto alardean de respetar la libertad de prensa y la libertad de expresión, son los primeros en censurar.

En efecto, el pasado 01 de marzo de 2022, la Unión Europea anunció el bloqueo de los contenidos multimedia de la agencia internacional de noticias Sputnik Novosti, así como la difusión en inglés, alemán, francés y español de la cadena internacional de noticias Russia Today. Dicha medida aplica para la televisión, la radio y el internet dentro del territorio de la UE.

A lo anterior, se sumaron las compañías de tecnología de origen estadounidense como Google, que también anunció que bloqueará los canales de los medios Sputnik Novosti y Russia Today en su plataforma YouTube y en su buscador. Por su parte, Meta anunció que hará lo mismo en Facebook, Instagram y WhatsApp. A la vez, Apple retiró las aplicaciones de dichos medios y Twitter comenzó a rotular peligrosamente a los periodistas de origen ruso.

O sea, ¿si Rusia censura a los medios está mal, pero si lo hace la Unión Europea y los Estados Unidos está bien? ¿Qué dicen de esto los supuestos defensores de la libertad de prensa y de la libertad de expresión, no tienen vergüenza de justificar tal absurdo? ¿Dónde están los periodistas que cada 03 de mayo publican en sus redes sociales la famosa frase de Voltaire que reza: "Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo"? ¡Hipócritas!

Lo que está haciendo la Unión Europea y Estados Unidos es inaceptable. Censurar a los medios de Rusia es inaceptable. Socavar la libertad de prensa y la libertad de expresión es inaceptable. Mucho más cuando los europeos y los estadounidenses se han auto-proclamado "promotores de los valores occidentales”, título que nadie les dio. Mucho más cuando hay una guerra de por medio que puede escalar a nivel mundial.

Debemos entender que la Unión Europea y los Estados Unidos no pueden imponerle al mundo su versión de la crisis de Ucrania, mucho menos censurando a los medios de Rusia. Hay que tener claro que los medios europeos y estadounidenses no son dueños de una verdad absoluta como para prevalecer sobre los medios rusos.

Los ciudadanos deben ser libres de consultar medios con diferentes opiniones, enfoques y análisis. Así podrán tener mayor información sobre un determinado tema y forjarse un criterio propio. Cuando los Estados son los que arbitrariamente deciden la información que reciben sus habitantes, no hay libertad de prensa, ni libertad de expresión, ni mucho menos democracia.

Si la Unión Europea y los Estados Unidos están censurando a los medios de Rusia, es porque le están ocultando información a sus ciudadanos y porque le tienen más miedo a la verdad que a la guerra. A pesar de ello, poco a poco se irá rompiendo el cerco mediático y poco a poco se irá conociendo la realidad. Tarde o temprano, se sabrá que el villano no fue quien protegió al mundo de la amenaza nazi y que los héroes no son quienes invaden, saquean y destruyen países a nombre de la libertad y la democracia.

Entonces, cuando esta crisis termine y los europeos y los estadounidenses descubran que les mintieron y que les utilizaron, se producirá una indignación generalizada que afectará a sus respectivos Estados. Los gobiernos de estos bloques serán juzgados por sus propios ciudadanos y tendrán la sentencia que se merecen, la de salir del poder por haber manipulado a sus pueblos para perjudicar a otras naciones.

No es democrático censurar a los medios rusos. No es democrático estigmatizar a las personas de nacionalidad rusa. No es democrático prohibir habar en ruso. No es democrático impedir que los deportistas rusos participen en los campeonatos. No es democrático excluir a los artistas rusos de los eventos culturales. No es democrático sancionar económicamente a los rusos. No es democrático generar xenofobia hacia el pueblo ruso. Ese tipo de acciones nunca serán democráticas, ese tipo de acciones sólo las ejercen los más perversos regímenes fascistas.

¿Qué sigue en la lista de canalladas contra Rusia? ¿Quemarán los libros de Dostoievski, Gogol, Pushkin y Tolstoi? ¿Prohibirán las obras de Tchaikovski, Rachmaninoff,  Mussorgski, Stravinski, Prokofiev y Schostakovich? ¿Destrozarán los cuadros de Kandinski?

Es oportuno recordar el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el poder investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas. Lo anterior sin limitación de fronteras y por cualquier medio de expresión.
Fuente: Diario El Tiempo

Internet democratizó la información, pero minó la democracia y silenció a grupos vulnerados

El advenimiento de internet y las redes sociales "generaron un flujo de información positivo y una democratización de la comunicación, pero también incluyeron cierta toxicidad en algunos discursos que minan la democracia y silencian a grupos vulnerados", advirtió la Defensora del Público, Miriam Lewin.
Por: Guillermo Lipis
La funcionaria participó como invitada especial de la Unesco en la conferencia celebrada en París, Francia, sobre "Internet para la confianza", en la cual fueron debatidas "directrices para regular las plataformas digitales con el objetivo de mejorar la fiabilidad de la información y proteger la libertad de expresión y los derechos humanos", afirmó en diálogo telefónico.

En la cita parisina se evaluó el papel de las redes sociales que, si bien contribuyen a la difusión del conocimiento, también suelen estar detrás de la desinformación, los discursos de odio y teorías conspirativas que se multiplican en el mundo virtual.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, antes de las jornadas, consideró "crucial abordar con los sectores involucrados esta problemática que plantea serios desafíos en todo el mundo. Nos enfrentamos a uno de los retos más complejos y decisivos de nuestro tiempo, y los afrontaremos juntos, estableciendo principios comunes basados en los derechos humanos, en particular la libertad de expresión".

Lewin, quien fue panelista en una mesa sobre la promoción de la "Alfabetización mediática e informacional", en el marco de la cooperación entre la Defensoría del Público y la Unesco, explicó que "esas directrices debatidas en estas jornadas no son una legislación única, sino guías para que cada país piense su marco regulatorio de internet desde una perspectiva de derechos humanos y respeto a la libertad de expresión considerando la información como un bien público".

En un documento de la Unesco difundido previamente, se afirmó que en estas jornadas se discutirían directrices elaboradas en borradores previos. ¿Son aplicables de modo universal?
La Unesco los está elaborando -de manera participativa y colaborativa- con integrantes de gobiernos, sociedad civil, academia, periodistas, técnicos y la industria lineamientos para una regulación de Internet. Estas directrices, en su versión borrador, están abiertas a críticas, aportes y observaciones, y esperamos tener la versión final para el próximo mes de septiembre. La Defensoría del Público fue invitada como aliada en la región, pero hubo oradores y panelistas de todas las regiones del mundo. Durante las tres jornadas quedó claro que, si bien la problemática del discurso violento y la desinformación es común a todas las zonas del planeta, en cada región, país y hasta cada comunidad, se puede vivir la cuestión de un modo diferente debido a las características culturales y políticas de cada zona. Y para lograr una solución, como dijo uno de los participantes, "no hay una talla única", es decir que no hay un modelo monopólico a seguir. En lo que sí se coincidió, de modo mayoritario, es en que resulta urgente habilitar un marco que garantice que no sean solo las empresas las que definan qué es odio y qué no.

¿En qué consisten esas directrices?
Esos lineamientos no son una legislación en sí misma, pero representan ideas o guías para que cada país comience a pensar un marco regulatorio de Internet desde una perspectiva de derechos humanos y respeto a la libertad de expresión, y considerando a la información como un bien público. Si bien es innegable que el advenimiento de Internet y de las redes sociales generaron un flujo de información positivo y una democratización de la comunicación, también es cierto que la toxicidad de ciertos discursos mina las democracias y silencia a los grupos vulnerados.

¿Puede mencionar algunas ideas o conceptos que la dejaron más impactada o le resaltaron a la hora de pensar esta problemática para la Argentina?
Dos de las participaciones neurálgicas -para mí- fueron las de la Premio Nobel filipina, la periodista María Angelita Ressa, que fue víctima de violencia digital y encarcelada, y la del influencer brasileño Felipe Neto. Ressa, que inauguró las jornadas con una intervención tipo TED, dijo que no se puede tomar un vaso de agua de un río contaminado, depurarlo y luego volver a tirar el líquido al cauce. Y agregó que lo que hay que hacer, en estos casos, es que la fábrica contaminante deje de contaminar. Y si no lo hace, cerrarla. Neto, que tiene millones de seguidores, se lamentó de que no se entienda la urgencia de las regulaciones. Y lo ejemplificó de este modo: Se está cayendo un avión y estamos consultando a ONGs para evaluar qué hacer para que no suceda. La conducta de algunas plataformas fue graficada irónicamente por otro participante cuando manifestó que "generan cáncer, pero hacen contribuciones para investigar la cura".

También mencionó que se produjeron algunos consensos.
Sí. Más allá de las visiones apocalípticas del nuevo escenario comunicacional, que dista mucho en su complejidad regulatoria de los antiguos medios audiovisuales, hubo consenso en que la regulación no puede provenir únicamente del sector público, pero éste no puede ni debe estar ausente. También se destacó que la justicia tiene que cumplir un rol; y que el mejor modelo es el de la corregulación con integrantes de la sociedad civil y universidades, entre otros agentes. Es decir que los mecanismos de moderación de los contenidos deben ser transparentes, lo mismo que los algoritmos. También se coincidió en que los datos personales no pueden ser comercializados, que es primordial encontrar una solución para la violencia digital contra las mujeres, sobre todo periodistas, y se sugirió que las plataformas deben tener auditorías internas y externas. No por casualidad, quienes provienen del seno de la industria y denunciaron sus manejos -como el ex director de investigación de Cambridge Analytica, y un ex moderador de contenidos de Facebook en Kenya, que reveló la falta de capacitación y la explotación laboral- son los que más insistieron en la perentoriedad de abandonar el modelo de ‘dejar hacer’ a las plataformas. Hubo quienes alertaron sobre el manejo regulatorio de Internet que pueden hacer gobiernos autoritarios y pidieron "vigilar al vigilador".

¿Y qué tipo de contradicciones halló como destacadas que impiden un avance más homogéneo a nivel global?
Algunos países propusieron alargar el debate, es decir que buscan -de algún modo- continuar con la ausencia regulatoria, que no equivale a otra cosa que a la falta de control. Otros aseveraron que el modelo de la autorregulación, por cierto, ya está agotado. Pese a este tipo de ideas o propuestas quiero resaltar la intervención final de Luis Roberto Barroso, integrante del Tribunal Superior de Justicia brasileño. Luego de destacar, como esencial, que la libertad de expresión es y hace a la democracia, agregó que estamos aquí (en la reunión de París) para ayudar a que la desinformación y el discurso de odio que incita a la violencia, dejen de violar todos los principios que hacen especial a esa misma libertad de expresión. Y agregó que no estábamos aquí para prohibirlos, sino para identificarlos correctamente y para evitar excesos indeseables. En lo que hace a la Defensoría del Público, vamos a continuar con el trabajo de alfabetización mediática e informacional en alianza con Unesco y el Ministerio de Educación porque es un camino en el que hubo plena coincidencia como una de las bases para lograr un escenario con una Internet saludable; es decir que cada persona pueda alcanzar los máximos beneficios de expresarse y recibir información sin riesgos.
Fuente: TelAm

viernes, 24 de febrero de 2023

Warner Bros demandó a Paramount por los derechos de transmisión de 'South Park'

La empresa matriz de HBO Max ha presentado una demanda que acusa a Paramount de incumplir partes del acuerdo de licencia de 500 millones de dólares establecido en 2019 para los derechos de transmisión de episodios de "South Park". Un portavoz de Paramount negó las afirmaciones hechas por Warner en la demanda
Por: Jairo Suárez
Warner Bros. Discovery interpuso este viernes una millonaria demanda contra Paramount Global, South Park Digital Studios y MTV Entertainment, por incumplimiento del contrato de derechos de transmisión de la exitosa serie animada "South Park".

South Park es un programa televisivo estadounidense creado por Trey Parker y Matt Stone, originalmente para el canal Comedy Central. Está dirigida al público adulto y se caracteriza por satirizar a la sociedad actual con malas palabras y humor negro. El programa se estrenó el 13 de agosto de 1997 y desde entonces se han emitido 25 temporadas.​

Warner dijo que acordó en 2019 pagar más de 500 millones de dólares, o aproximadamente $1.69 millones de dólares por episodio, para obtener la licencia de "South Park". La caricatura se ha estado transmitiendo en la red de televisión por cable de Paramount y Comedy Central, durante décadas y ahora también en streaming.

Durante el proceso de licitación por los derechos de transmisión, Paramount supuestamente preguntó si Warner Bros. Discovery consideraría compartir los derechos del programa para el propio servicio de transmisión de Paramount. Sin embargo "Warner/HBO rechazó la propuesta", según afirman ahora los demandantes.

Un portavoz de Paramount negó las afirmaciones hechas por Warner en la demanda del viernes y agregó que Warner dejó de pagar las tarifas de licencia.

"Creemos que estos reclamos no tienen mérito y esperamos demostrarlo a través del proceso legal", dijo un portavoz de Paramount en un comunicado.
Obtener los derechos de transmisión de South Park es un proceso competitivo debido al mercado potencialmente lucrativo que atrae a más suscriptores, anunciantes y una base de seguidores leales que, según la demanda de Warner, consiste principalmente en adultos jóvenes
"También notamos que Paramount continúa adhiriéndose al contrato de las partes al entregar nuevos episodios de South Park a HBO Max, a pesar de que Warner Bros. Discovery fracasó y se negó a pagar las tarifas de licencia que le debe a Paramount por los episodios que ya han sido emitidos y que HBO Max continúa transmitiendo", agregaron.

Aunque el acuerdo requería que HBO Max recibiera los primeros episodios de la última temporada de "South Park" en 2020, Paramount dijo que notificó a Warner en marzo que detendría la producción de la temporada como resultado de la pandemia.

Warner luego afirmó que los creadores avanzaron con la producción de otros tipos de contenido, como dos especiales con temas de pandemia que se emitieron entre septiembre de 2020 y marzo de 2021.

"Creemos que Paramount y South Park Digital Studios se embarcaron en un esquema de varios años de engaño y prácticas comerciales desleales, incumpliendo flagrante y repetidamente nuestro contrato, que claramente otorgaba a HBO Max los derechos exclusivos de transmisión de la biblioteca existente y el nuevo contenido de la popular serie animada", dijo un portavoz de Warner Bros. Discovery en un comunicado el viernes.

El enfrentamiento se produce cuando los servicios de transmisión han estado compitiendo por suscriptores y buscando alcanzar la rentabilidad en el futuro cercano.

Las empresas de medios han estado gastando miles de millones de dólares en contenido para atraer clientes, y recientemente han comenzado a reducir los costos a medida que el aumento de la competencia ha llevado a la desaceleración del crecimiento de suscriptores.

Esta semana, Warner Bros. Discovery reportó una gran pérdida en sus ganancias trimestrales debido a que la compañía enfrenta un mercado publicitario más débil, lo que ha afectado sus ingresos. Sin embargo, la compañía dijo que agregó 1.1 millones de suscriptores de transmisión global, lo que eleva su total a 96.1 millones para servicios que incluyen HBO Max y Discovery+.

Warner Bros. Discovery planea lanzar un servicio de transmisión combinado de HBO Max y Discovery+ esta primavera.

Mientras tanto, Paramount dijo la semana pasada que su servicio de streaming alcanzó los 56 millones de suscriptores en el trimestre más reciente. Planean aumentar el costo de su servicio cuando se fusionen Paramount+ y Showtime a finales de este año. Paramount también dijo que se vio afectada por el difícil mercado publicitario.
Fuente: Comercio

Cómo se financian los medios públicos en el mundo

Entre los distintos métodos se incluyen las licencias, la publicidad y los impuestos y el financiamiento gubernamental directo. En varios casos, se opta por sistemas mixtos
En medio del debate por el recorte del gasto público, uno de las discusiones más escuchadas está relacionada a los medios de comunicación públicos. Estas empresas en todo el mundo, como la BBC en Reino Unido, la Deutsche Welle en Alemania y la KBS en Corea del Sur, han encontrado en distintos momentos de su historia los esquemas de financiamiento que mejor resultados les brinden, a veces por prueba de error y otras en disputa constante.

Sin embargo, un punto que los caracteriza a los medios públicos fuertes en los denominados "países desarrollados" es un reconocimiento que los lleva generalmente a ser líderes de audiencias internas, y un sólido posicionamiento a nivel mundial gracias a sus servicios internacionales en múltiples idiomas y plataformas. Un claro ejemplo es el servicio británico, que no es el medio que mejor paga a sus trabajadores pero es el más codiciado por su prestigio.

Existen distintos métodos de financiación de los medios públicos, que incluyen la publicidad, los impuestos, las licencias, el financiamiento gubernamental directo, las suscripciones, los sistemas mixtos o el financiamiento privado o con donaciones, como ocurre en Estados Unidos.

Publicidad
El ejemplo de la publicidad en los medios públicos suele significar un método viable de financiamiento adicional que cuando se incorporó en la BBC representó una reducción en la licencia que pagan los británicos desde 1923. La KBS surcoreana también tiene en la publicidad uno de sus principales ingresos.

En Sudáfrica, la SABC solicitó límites en cantidad y alcance de los ingresos por sponsors comerciales. También hay topes para la publicidad en compañías de medios como la Deutsche Welle, en Alemania, así como otras provenientes de los Países Bajos.
Impuestos indirectos y directos
En el primer caso, suele existir un impuesto alternativo que recauda fondos destinados en forma específica para los medios de comunicación públicos. Quienes lo abonan son las industrias y no el público, como sucede en España para la RTVE. Allí, hay una combinación de subsidios gubernamentales, impuesto a los canales privados, empresas de servicios on demand y del sector de las telecomunicaciones.

De este modo la Radio y Television Española obtiene entre 500 y 600 millones de euros, que sumado a lo recaudado con publicidad conforma los 900 millones de euros que RTVE tuvo de presupuesto durante 2022. El gobierno español tiene pensado sumar un impuesto a los servicios de transmisión durante el año 2023.

Actualmente, este servicio estatal español tiene 6.600 empleados en la actualidad. En los últimos años los balances financieros de RTVE oscilaron entre ganancias y pérdidas. Concretamente, registró beneficios de 2 millones de euros en 2018 pero en 2019 tuvo pérdidas por casi 30 millones y en 2020 las pérdidas fueron de 31,5 millones de euros. En 2021 logró dar vuelta la tendencia con un resultado positivo de casi 30 millones, el mejor resultado en al menos una década.

Un caso curioso es el de Tailandia donde los medios públicos se sostienen en buena medida de gravamen del 1,5% de los ingresos que tienen las industrias de bebidas alcohólicas y el tabaco (se lo conoce como popularmente como “impuesto al pecado”).
En el segundo caso, referido a los Impuestos Directos a los Medios Públicos, es el sistema preponderante en los países nórdicos. En Finlandia, se incluye dentro de lo que aquí llamamos Impuesto a las Ganancias, con un maximo de 163 euros anuales por persona. 

Suecia, en tanto, adoptó una tarifa de Medios Públicos desde 2019 considerando que desempeñan un papel fundamental para la nación y por lo tanto deben financiarse colectivamente. El importe representa el 1% de los ingresos de toda persona mayor de 18 años con un limite de 1300 Coronas Suecas (127 dólares) por persona al año. Por su parte, La Radio y TV de Dinamarca también adoptó este sistema en 2022.

Hay modelos de financiamiento done los fondos provienen directamente del Estado, como parte del llamado Gasto Público General del Gobierno. Esto implica un vinculo más directo entre el gobierno y los medios lo que en algunos casos, como el de CMG de China, se interpreta como medios estatales y no como medios públicos.

Sin embargo, muchas organizaciones de medios públicos que reciben su dinero en forma directa del gobierno disponen de otros mecanismos legislativos y regulatorios que ayudan a garantizar su independencia. Por ejemplo Radio Nueva Zelanda (RNZ) recibe sus fondos por una organización intermedia y autónoma - entre la emisora y el gobierno (NZ ON AIR). La ERR en Estonia se financia con una partida presupuestaria pero mantiene su independencia mediante la figura de un Asesor de Ética de Prensa.

Modelo solidario
En otros países se aplica un gravamen doméstico, como suma fija, de aplicación universal a todos los residentes, es decir, no depende ni de los ingresos, ni de la cantidad y calidad de los dispositivos. El impuesto tiene el mismo costo para cada hogar, sin importar cuantas personas vivan en él o si usan o no los medios públicos.

Este método es aplicado en Alemania desde 2013, tiene algunas excepciones para sectores vulnerables, y equivale a poco más de 18 euros al mes. Las empresas, instituciones y organizaciones de bien público también están obligadas a contribuir a la financiación.
Es el mismo “modelo solidario” que se usa en Suiza y se estudia implementarlo proximamente en Sudafrica donde se registra una fuerte baja en el cobro de los derechos de licencia.

Licencias
Es el método tradicional y que de alguna manera se expandió con la BBC que fue fundada en 1922 y un año después comenzó a aplicar la tarifa de licencia vinculada desde entonces al tipo y cantidad de dispositivos. El canon anual que pagan actualmente los ingleses por la BBC es de unos 170 euros. Sin embargo, la empresa estatal británica anunció que dejará de utilizar este sistema en el año 2027.

Actualmente la BBC tiene 22.200 empleados y un  presupuesto anual que oscila entre los 4500 y los 5000 millones de euros (cinco veces mas que la RTVE española, por ejemplo)

El sistema de licencias también se utiliza en SABC de Sudáfrica, KBS en Corea del Sur (junto a la publicidad) o la GBC de Ghana. Según el la Unión Europea de Radiodifusión (EBU) el 60% de la financiación de los medios públicos del continente proviene del pago de licencias (incluyendo casos como France Television o la ORF de Austria).
La mayoría de las organizaciones opera con modelos mixtos, sin embargo es en los casos de la BBC y también la NHK de Japon donde lo recaudado por el pago de licencias representa casi la totalidad de su financiación. En el período 2021/2022 la BBC obtuvo 1.384 millones de libras esterlinas por ingresos comerciales. La NHK en Japón tambien trabaja en la reduccion de las cuotas de licencia en base a la suba de ingresos por comercializacion de sus contenidos.

Respecto a la cantidad de trabajadores la BBC tiene 22.200 (con un servicio internacional transmite en 28 idiomas), la RTVE 6.600 (REE transmite en 7 idiomas), Radio France 4.800 (RFI transmite en 17 idiomas) y la NHK 10.300 (con 54 estaciones en todo Japon y servicio internacional de Radio en 17 idiomas).

Financiamiento privado
También son fuertes y descentralizados los medios públicos en Estados Unidos, destacándose las cadenas de PBS y NPR, donde el financiamiento es de privados, donaciones, filantropía, entre otros. Los mismos representan una red que cubre todo el país y tiene presencia en otras latitudes especialmente en formatos Podcast como los de Radio Ambulante que financian sus propios oyentes, además de los servicios internacionales de la Voz de América y sus emisoras hermanas como Radio Marti, Radio Free Europe y Radio Free Asia.

El fin de los medios públicos es, en todo el mundo, social y no comercial
Escuchamos periódicamente voces altisonantes que con indignación hablan sobre el "gasto" que significan los medios públicos, o la necesidad de cerrarlos, privatizarlos o dejarlos funcionando con lo que recauden asimilándolos a una empresa con fines de lucro
Por: Alejandro Verano*
“La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”, Edmond Thiaudière. Desde los sectores de la oposición al actual gobierno, en plena campaña electoral, se ha vuelto a instalar con fuerza el nada "novedoso discurso" del achicamiento del Estado. Una campaña sistemática, permanente y sin contenido sustancial. 

En el caso de las empresas públicas en general, y de nuestra empresa de medios públicos en particular, las propuestas de reducción o cierre se radicalizan al extremo, proponiendo despidos de trabajadores, o la pérdida de derechos y beneficios sociales de las comunidades a las que estas empresas les brindan servicios.

En este contexto, escuchamos o leemos periódicamente voces altisonantes que con indignación hablan sobre el “gasto” que significan los medios públicos, o la necesidad de cerrarlos, o privatizarlos, o dejarlos funcionando exclusivamente con lo que recauden asimilándolos a una empresa con fines de lucro. Muchas veces, esas mismas voces, se lamentan de que nuestros medios públicos no sigan el ejemplo de la BBC, o de la RAI, o de la RTVE, o de alguna otra de las grandes empresas de medios públicos de distintos países de Europa Occidental, que, para conocimiento de todos, son deficitarias porque su fin no es comercial sino de servicio a la comunidad. 

Ningún gobierno, aún de derechas extremas se le ocurriría cerrar los medios públicos. Los datos que muestra un reciente estudio basado en cifras de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU), echan luz sobre la insubstancialidad de algunos argumentos: Radio y Televisión Argentina (RTA) es la empresa que administra la Televisión Pública, las 49 emisoras de Radio Nacional distribuidas en todo el país, el servicio de Radiodifusión Argentina al Exterior. el canal 12 de Trenque Lauquen y el Archivo Histórico Prisma que preserva y difunde el mayor patrimonio audiovisual y sonoro de la Argentina. 

En la presente gestión, encabezada por la Licenciada Rosario Lufrano, se ha creado, a instancia del Vicepresidente de RTA Osvaldo Santoro, un Laboratorio Audiovisual destinado a la innovación y experimentación que es inédito en el sector, aprobado y puesta en marcha el Código de Ética de la Televisión Pública que es el primero en 70 años de historia; una Dirección de Género y Diversidad que desarrolla una extraordinaria tarea de igualación de oportunidades; y por fin, un Área de Transparencia que conduce un representante de oposición política. 

Además, se ha jerarquizado los medios digitales, generando programación propia para llegar a las audiencias en múltiples plataformas como por ejemplo los 3,13 millones de seguidores en YouTube o más de 1 millón de seguidores ven Twitter, llegando a más de 1.500.000 de conexiones en la final del Mundial. 

Todo esto se lleva adelante en una empresa que tiene un Directorio plural (con representación del PRO y la UCR), que cumple con todos los obligaciones y funciones que la Ley le exige, que garantiza una cobertura federal para que todos los habitantes de nuestro país puedan acceder a sus servicios, que cuenta con un presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación y en el que 2395 trabajadores y trabajadoras con una alta capacitación llevan adelante sus tareas cotidianamente.
*Director de Radio y Televisión Argentina
Fuente: Diario Perfil

jueves, 23 de febrero de 2023

Adiós a la televisión: Las implicancias en torno a los delitos filmados y difundidos por los propios autores

El autor analiza cómo opera la lógica de la televisión y el cine en las plataformas digitales y lo que llama la nueva "virtualidad real-performática"
El macabro streaming de la masacre de Buffalo
Por: Martín Alomo
Por estos días ha llamado mi atención la frecuencia altísima con que algunos hechos delictivos han salido a la luz a través de registros de videos capturados por los mismos delincuentes.

Desde "pibes chorros" --y no tan pibes-- que roban ropa, una moto o un auto y suben imágenes a Facebook, Instagram o TikTok, hasta la filmación del asesinato en patota del joven Fernando Báez Sosa por parte de uno de los partícipes, por ejemplo.

Por otra parte, las comunicaciones durante la pandemia con su proliferación de aplicaciones para conectarnos en vivo y en directo nos han mostrado todo tipo de anomalías, dicho esto desde un punto de vista prepandémico: una amante desnuda caminando cual gata sigilosa detrás del presentador del noticiero; señores de camisa y corbata parándose de sus asientos en medio de una reunión vía Zoom para mostrar sus calzoncillos; un "diputeta" en el Congreso; etc.

Estos últimos casos obedecen a personas que, inmigrantes digitales --es decir: no tan jóvenes--, parecen haber sido captados por el ojo atento de la cámara simplemente por torpeza. Aun así, esta situación ilustra algo del contexto ya no panóptico en el sentido benthamiano y foucaultiano del término, sino más bien una multiplicidad de ojos Leviatanes que constituyen la ubicuidad de un control generalizado. No el panóptico de Vigilar y castigar sino la "sociedad de control" planteada por Deleuze en su famosa adenda.

Esta inspección generalizada, todas auditoras, todos jueces, no solo se diferencia del ojo centralizado del panóptico sino que además democratiza las cargas del control. "Cargas", en plural: la de controlar a los otros y la de ser controlado.

Pero también se diferencia de un panóptico raro que ha comandado las comunicaciones de al menos la segunda mitad del siglo pasado: el célebre broadcasting, la televisión centralizada y unidireccional que suponía un sujeto pasivo. Por eso McLuhan la caracterizaba como un medio caliente que con su efervescencia fomentaba la pasividad de un telespectador frío. Cabe pensar entonces que cuando despectivamente se la tildaba de "caja boba", lo que se quería decir, más bien, era que volvía bobos a quienes sucumbían a su hechizo.

Todxs productores de contenidos
El mundo "selfie", "estados" de cualquier red "social", teletransmisión permanente, todo ello --me parece-- incurre en una inflación de la virtualidad con efectos cada vez más reales. Así como existen juegos de "realidad aumentada" y aplicaciones de "virtualidad aumentada", me parece que la mezcla de las lógicas de la televisión y el cine condensadas en la instantaneidad de las redes a la mano en cualquier celular produce una "virtualidad real-performática". Me doy cuenta que voy a tener que explicar cómo estoy pensando esto.

Pienso que por un lado lo específico de la TV ha sido la transmisión en vivo y en directo. De hecho, es sabido que en nuestro país los pioneros de la década del ’50 --Pinky, Brizuela Méndez, Marconi, etc.-- transmitían "en vivo" muchísimas horas por día, ¡incluso las tandas publicitarias! Dicho de otra manera, lo que introdujo la TV como novedoso era la posibilidad de ver lo que otras personas hacían al mismo tiempo en otros lugares que no eran accesibles por razones de distancia y/o de la obstaculización de cuerpos opacos (paredes, por ejemplo). Pero lo específico era el vivo de la teletransmisión. Recordemos los grandes éxitos históricos: "Sábados circulares", "Domingos para la juventud", "Videoshow", todos ellos en vivo y en directo.

El cine, en cambio, nos encerró en salas oscuras adecuadas para ver una pantalla gigante en la que se reproducían películas obviamente filmadas con anterioridad. Si bien la TV también transmite "cine", es decir, producciones "enlatadas", esto ya es una condensación entre la TV y el cine (las telenovelas son el mejor ejemplo). La "pantalla chica" puede condensar su especificidad del vivo con lo enlatado del cine y de otras producciones pregrabadas. Sin embargo, entiendo que lo específico del fenómeno televisivo es el vivo. Algo de esto persiste en los noticieros, en algunos programas tipo talk shows con panelistas y en los realities ("Gran Hermano" es el paradigma).

En marzo de 2019, Brenton Trant, un australiano de 28 años, asesinó a 49 personas en una Mezquita de Nueva Zelanda y, muñido de una cámara sobre su cabeza, transmitió la masacre en vivo a través de Facebook Live.

Más recientemente, en mayo de 2022, un adolescente autoproclamado "supremacista blanco y antisemita", en lo que fue calificado como "crimen de odio" asesinó a 10 personas afroamericanas en un supermercado de Buffalo, en el estado de Nueva York. Él también transmitió en vivo su masacre a través de la plataforma Twitch.

Ya sea que como en el grupo de asesinos de Fernando Báez Sosa, la multiplicidad de cuerpos permite que la función-camarógrafo recaiga principalmente sobre uno --tal el caso de Lucas Pertossi, apodado "Croniquita" según él mismo revelara a algunos medios de prensa--; o bien, como en el caso de los atentados de Nueva Zelanda y Buffalo, sea un perpetrador único quien desempeñe las funciones de verdugo y cameraman, queda suficientemente ejemplificado, creo, lo siguiente: en estos tres casos los asesinos son productores de contenidos multimedia.

Considero que a estos tres casos cabría hacerles la siguiente pregunta: ¿qué es lo que prima: las ganas de matar o la necesidad de producir contenido para que otros lo vean?

La virtualidad real-performática
Para ser coherente con mi propuesta de diferenciación entre cine y TV, diría que los asesinos de Buffalo y Nueva Zelanda han hecho uso del formato televisivo, el vivo, a través de Facebook y Twitch. En cambio, "Croniquita" habría realizado un registro más bien "cinematográfico", con todas las comillas del caso. Con esto último quiero señalar que no me refiero al cuidado ni a la propuesta artística de la producción, sino a la lógica de transmisión: en vivo la TV, diferida el cine.

En cuanto al uso "televisivo" de Facebook Live y Twitch que han hecho los perpetradores de los atentados masivos, y al uso "cinematográfico" detectado en el grupo asesino de Fernando Báez Sosa, a este tipo de fenómenos me refiero como "virtualidad real-performática". Seguramente se pueda pensar alguna denominación más adecuada. Por el momento se me ocurre llamar así a la condensación en una producción de contenidos multimedia de lo específico del cine o de la TV vehiculizado a través de plataformas digitales.

Como sabemos, las redes plantean una lógica interactiva, horizontal, descentralizada y multívoca. En este marco, cualquier vivo "televisivo" transmitido a través de ellas se puede viralizar. De este modo, una transmisión puede imponerse a miles y millones de espectadores y a la retransmisión por parte de los otros medios: noticieros televisivos, otras redes sociales, etc. El virus, precisamente, metaforiza la lógica de la difusión por redes.

Este panorama al que me refiero constituye un paisaje exterior al de mi área de incumbencia. No me dedico a la televisión ni soy periodista, simplemente un psicoanalista y, como tal, comparto aquí mis reflexiones acerca de ciertas características particulares de la subjetividad de nuestra época. He comenzado por describir el exterior de los límites de mi campo de trabajo, lo que veo al otro lado de mis ventanas.

Una subjetividad afín a lo inmediato, receptora y productora de enormes cantidades de información, generadora de contenidos multimedia, hiperconectada. Estas características parecen sugerir que cualquiera está con el arma cargada en cualquier momento, para bien o para mal, y que todo el mundo podría llegar a enterarse de los alcances de la singularidad de cualquier acto (o acting).

También hay armas en apariencia menos letales: cotejar los datos de cualquier conferenciante o profesor en tiempo real a través de un buscador y exponer sus inconsistencias; compartir en un estado una foto sin autorización del fotografiado; "escrachar" a alguien en vivo; etc.

Como lo muestra la serie "Desde adentro" (Netflix) en su primer capítulo, una transmisión en vivo también puede servir de aviso para que otros sepan que hay un atacante en el subte agrediendo a una mujer. Gracias a esta intervención, al tipo lo espera la policía en la próxima estación. Esto demuestra que cualquiera puede producir su propio noticiero prime time.

Me parece que esto último se ve reflejado en el tratamiento que los programas informativos de la TV hacen de las pequeñas producciones más o menos espontáneas de cualquier persona: ellos se dedican a "levantarlas", a reproducirlas, a "darles aire" y, de este modo, se han multiplicado exponencialmente productores y "noteros".

El título de este artículo tal vez sea exagerado. En todo caso lo modularía: "Adiós a la televisión autónoma y hegemónica, bienvenida la televisión --y el cine-- embebida en plataformas digitales". O para ser más breve: "Bienvenida la virtualidad real-performática".

Dejo para otro artículo el análisis de los efectos que este panorama impone sobre la subjetividad de la época.
*Martín Alomo es psicoanalista. Doctor en Psicología. Magíster en Psicoanálisis. Docente del Doctorado en Psicología y de la Maestría en Psicoanálisis de la UBA. Codirector de la Maestría en Psicopatología (UCES).
Fuente: PáginaI12

miércoles, 22 de febrero de 2023

Libro: Medios públicos en la Argentina "Políticas, democracia y comunicación (2003-2019)"

Este libro es el resultado de la investigación doctoral y posdoctoral de Alejandro Linares sobre los medios públicos de Argentina. Linares revisa las distintas políticas que tuvieron incidencia en los medios administrados por el Estado nacional entre 2003 y 2019. El análisis va más allá de los programas y conductores para abordar dimensiones olvidadas de los medios públicos: su financiamiento, sus trabajadores, su regulación, sus lógicas de funcionamiento o su infraestructura.

En un país con una historia dominada por medios privados­comerciales, se estudian las primeras dos décadas del siglo XXI, lo que permite reconocer tendencias en los medios estatales en una etapa marcada por movimientos políticos novedosos, transformaciones tecnológicas y regulaciones relevantes en el sector audiovisual.

El libro recupera este contexto complejo para pensar las políticas de eomunicación desde el funcionamiento de la TV Pública, Radio Nacional y las señales públicas educativas. El estudio de experiencias concretas en periodos políticos recientes dispara potentes reflexiones de cara a desafíos presentes y futuros en el paisaje audiovisual argentino.

Durante esos años transcurrieron tres gobiernos kirchneristas, se produjo el ascenso de Cambiemos, se volvió masivo el uso de internet y de instrumentos electrónicos inteligentes, se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y posteriormente se derogó por decreto parte de ella. Abordar los distintos fenómenos en su complejidad, las persistencias, discontinuidades y rupturas es el objetivo de este libro.

Con esta publicación, Alejandro Linares propone una mirada amplia, profunda y contextualizada sobre los medios públicos para insertar la en el debate sobre la democratización de las comunicaciones.
Capítulo 1. Los medios públicos durante el primer kirchnerismo (2003-2009)

Capítulo 2. Los medios públicos durante el segundo kirchnerismo (2010-2015)

Capítulo 3. Los nuevos medios públicos

Capítulo 4. Los medios públicos durante el gobierno de Cambiemos (2016-2019)

Capítulo 5. Los medios públicos argentinos en su etapa digital

Epílogo. A donde vamos, necesitamos medios públicos por Santiago Marino
Alejandro Linares es investigador asistente del Conicet y profesor e investigador de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Formosa. Doctor en Ciencias Sociales (UBA), magíster en Comunicación y Cultura (UBA) y licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA). Su trabajo incluye estudios sobre las políticas de comunicación, las tecnologías de la información y la comunicación, y la economía política de las comunicaciones. Ha sido becario del Conicet, se ha desempeñado como docente en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa y en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Cuenca del Plata.
Introducción
En julio de 2008 el grupo de intelectuales de Carta Abierta cuestionó en una asamblea la cobertura que hizo Canal 7 sobre las movilizaciones a favor y en contra de la Resolución 125. El principal apuntado era el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien se encontraba en el evento junto con Néstor Kirchner. Por aquellos días salía de las tinieblas el debate sobre las políticas de comunicación y sobre los medios públicos. Mientras experimentaba las consecuencias de dejar en pocas manos la circulación de la información, el gobierno recordaba que existía una señal estatal que podía cumplir un rol en el concierto mediático. Al poco tiempo también se comprobarían las difícultades de desandar ese escenario de altísima concentración con medios públicos empobrecidos y marginados.

Aquella escena transitaba preguntas recurrentes: ¿cuál es la tarea de un medio público como Canal 7 y cuáles son los caminos para realizarla?, ¿cuánta incidencia debe tener el gobierno en este tipo de canales?, ¿cómo lograr mayor protagonismo de estos medios frente a potentes grupos mediáticos concentrados? Pero también asomaban algunas certezas: los medios públicos son parte de un sistema mediático con características propias e históricamente construidas. Además, se mueven dentro de la industria de la comunicación y la cultura, que tiene reglas particulares. Por lo tanto, poco sirve pensarlos por fuera de esa industria y de las decisiones políticas que dan forma al paisaje de medios.

La atención del gobierno kirchnerista hacia los medios públicos cambió rotundamente aquel año y su función comenzó a ser pensada de otra forma. A partir de allí, creció su audiencia, pero también subieron de tono los cuestionamientos hacia sus contenidos. La crítica al programa 678 llegó a la zona caliente de un debate presidencial.

El reposicionamiento protagónico de Canal 7 y Radio Nacional se produjo en el marco de una creciente polarización política y mediática. La televisación del fútbol de primera división, la mejora técnica de sus señales, la reaparición de piezas originales de ficción y una línea editorial marcada en sus emisiones políticas fueron los motivos más destacados, aunque no los únicos, del aumento de su público entre 2010 y 2015.

Además, desde 2007 surgieron nuevas señales públicas dependientes de distintas esferas del Estado nacional: canal Encuentro, DeporTV, Pakapaka, IncaaTV y TecTV. También se lanzaron plataformas digitales audiovisuales con contenidos producidos o financiados por instancias estatales: Contenidos Digitales Abiertos y Odeón, reemplazados luego por Cont.ar y Cine.ar Play. Las señales ACUA Mayor y ACUA Federal completaron esta iniciativa durante la etapa kirchnerista.

Las discusiones sobre los medios públicos se focalizaron históricamente en su capacidad para desprenderse de sesgos oficialistas y el período abordado no fue la excepción. Esta preocupación resulta razonable en función de su histórica utilización como instrumentos de gobiernos diversos en América Latina. Sin embargo, esto impidió atender a cuestiones tan relevantes como su modo de financiamiento, sus condiciones tecnológicas y de infraestructura, su forma de gobierno y el alcance de sus señales. Los análisis se enfocaron en las tendencias políticas de periodistas y programas en Radio Nacional o Canal 7, pero poco indagaron en los motivos de las imágenes brumosas o las señales lánguidas que disparaban sus antiquísimos equipos.

Este libro analiza esas dimensiones olvidadas desde una mirada que comprende la misión  democratizadora de los medios estatales en el contexto marcado por su propia historia, por los  movimientos de la industria audiovisual y por las características del panorama mediático.

Los medios públicos pueden y deben contribuir con la ampliación de los horizontes de la libertad de expresión. Su misión los compromete con la democratización de la cultura, las comunicaciones y la sociedad. Existen libros, manuales y experiencias en distintos países que ofrecen guías conceptuales y ejemplos para organizar esta tarea. Pero no hay fórmulas únicas. Cada sociedad tiene particularidades, condiciones y sistemas políticos distintos. Además, las tecnologías de la información y la comunicación transforman permanentemente los contornos de la actividad de los medios.

Las interpretaciones sobre el derecho a la libertad de expresión forman parte de las disputas en torno a la elaboración y la implementación de las políticas de comunicación. En ellas se expresan los acercamientos dominantes de cada etapa sobre este derecho. La búsqueda de garantías para el ejercicio de la libertad de expresión debe concebirse como un proceso constante de incorporación de grupos sociales al debate público, de modo que este se nutra de una participación social amplia, diversa, simétrica y equilibrada. Este enfoque plantea la necesidad de una acción deliberada del Estado en los sistemas de comunicación más que una apuesta por el “dejar hacer”. Esta mirada cobra particular importancia en contextos como el argentino, marca dos por desigualdades en la capacidad de acción y expresión de diferentes grupos sociales. En estos escenarios no hacer nada puede significar la conservación, y hasta la profundización, de esas desigualdades.

Un reconocimiento activo de esta perspectiva amplia sobre la libertad de expresión demanda un proyecto democratizador del espacio cultural y mediático, en el que los medios estatales deben estar contemplados. Para constituirse como verdaderamente democrático, este proceso debe incluir la participación social en la elaboración e implementación de las políticas que impactan sobre el sector de las comunicaciones.

El planteo de democratización de las comunicaciones supone la búsqueda permanente de un debate público enriquecido en la diversidad y el pluralismo de expresiones culturales e ideas. En este razonamiento, este proceso se entiende como resorte del involucramiento social en la toma de decisiones sobre los asuntos públicos y en la vida cultural; esto es, como impulsor de la democratización de las sociedades. Una política de comunicación democrática es aquella que tiende hacia un espacio mediático que garantiza la continua ampliación de la participación de los diferentes sectores de la sociedad en la toma de decisiones sobre el sector, en la conversación pública y en la recreación cultural.

Los medios públicos se mueven en el escenario desafiante dibujado por la digitalización. En la segunda década del siglo XXI se consolidaron algunas de sus características: la expansión de la banda ancha a domicilios, espacios educativos y laborales; la utilización masiva de los teléfonos inteligentes para la comunicación interpersonal, el acceso a internet y a producciones audiovisuales; la extensión del uso de los ordenadores portátiles y de televisores inteligentes para la recepción de contenidos diversos; la posibilidad tecnológica para empresas de brindar múltiples servicios (internet, televisión, telefonía fija y móvil, plataformas de video ondemand); pero también por la permanencia de las llamadas brechas digitales, explicadas por históricas exclusiones sociales, económicas y culturales.

Si bien estas tendencias son claras, no puede asumirse que formas tradicionales de la comunicación masiva, como la radio y la televisión, vayan a desaparecer. El movimiento da cuenta de transformaciones que también involucran a estos medios.

La digitalización de servicios y la expansión de internet permiten la multiplicación de canales y ofertas, pero con la disolución de las agendas públicas “en múltiples agendas no comunes vividas como propias por los distintos colectivos”. Este escenario tiene la potencialidad de expresar la diversidad cultural, pero también el peligro de recrear “autismos sociales internos” si no se encuentran puntos de encuentro colectivos. En esa búsqueda hay espacios que pueden ocupar los portales y canales públicos (Zallo, 2011: 135).

Este escenario audiovisual ampliado (1) no solo constituye un desafío para las estrategias de las empresas mediáticas y, particularmente, las corporaciones públicas de medios. También requiere de la actividad regulatoria indelegable del Estado en el amplio sector comunicacional para marcar las condiciones en las que cada actor se proyecta. Dicho de otro modo, los objetivos que pueden trazarse los medios públicos están condicionados por el rol que asigne a ellos las políticas de Estado. Esto plantea la necesidad de una definición clara sobre sus funciones y características deseadas.

Medios públicos en la Argentina: modelos para armar
Los medios públicos de la Argentina forman parte de un escenario audiovisual concentrado en su propiedad y dominado por la lógica del lucro. Se precisa una mirada estrábica que permita profundizar en las distintas dimensiones de estos medios, pero sin desatender su relación con el sector comercial. Toda reconstrucción de su actividad los debe entender como integrantes de un mapa amplio y de procesos diversos del audiovisual tanto nacional como global. Toda decisión en relación con estos medios genera repercusiones en el resto del escenario mediático. Y al revés, toda definición en torno al sector comercial audiovisual impacta de alguna manera en los medios públicos.

Si bien en este libro se utilizan indistintamente los términos medios públicos y medios estatales para hacer más amable la lectura, es preciso diferenciarlos para comprender las características que distinguen a estos proyectos mediáticos.

Tributarias de las experiencias en Europa occidental, definiciones como servicio público de radiodifusión, medios públicos o emisoras de servicio público apuntan a resaltar la búsqueda de objetivos sociales y culturales, en contraposición a los objetivos de rentabilidad económica. Al mismo tiempo, con estas denominaciones se intenta remarcar un conjunto de principios y requerimientos que esos medios deben cubrir y que los diferencian de emisoras privadas-comerciales o comunitarias.

No hubo un consenso total en Europa respecto a las obligaciones legales que derivan de estas definiciones, pero está claro que la apelación intenta recuperar la tradición de gestión pública (generalmente bajo propiedad estatal) y una serie de mandatos que expresan su función social:
1. Presentación clara de sus mandatos por ley del Congreso.

2. Garantía de universalidad, continuidad y renovación tecnológica en el servicio.

3. Garantía de profesionalismo, alta calidad y diversidad interna en sus producciones y trabajadores.

4. Garantía de amplio pluralismo político y diversidad cultural en los contenidos.

5. Balance en la diversidad de géneros mediáticos presentados, de audiencias convocadas y de temas abordados.

6. Experimentación e innovación en la producción de contenidos.

7. Participación social en las decisiones y producciones vinculadas a este servicio.

8. Dirección política desde un directorio colegiado sin mayorías partidarias desproporcionadas.

9. Mecanismos transparentes y no discrecionales de nombramiento y remoción de autoridades directivas.

10. Diferenciación clara entre dirección política y la gestión ejecutiva.

11. Abordaje crítico de las presiones mercantiles, partidarias o gubernamentales en las decisiones del directorio.

12. Tratamiento editorial responsable respecto a intereses gubernamentales, de otros poderes del Estado, políticos o económicos.

13. Financiamiento público garantizado, adecuado a los mandatos a cumplir y estable en el tiempo.

14. Transparencia en la gestión y rendición pública de cuentas.

15. Interpelación a ciudadanos y no a consumidores. (2)
Así, la noción de medios públicos apunta a resaltar un conjunto de mandatos (teóricos) diferenciales y un deber ser vinculado a sus compromisos sociales y democráticos, mientras el reconocimiento de medios estatales comunica solo la forma de propiedad o administración.

Las nociones de medios públicos o servicios audiovisuales públicos se refieren entonces a las instituciones que, generalmente bajo algún tipo de propiedad estatal, responden a las características reseñadas o que evidencien una notoria y comprobable búsqueda de alcanzarlas. Desde una perspectiva amplia de la libertad de expresión, la preocupación central de estos medios debe pasar por la incorporación de sus mandatos distintivos y por su inserción en un proyecto democratizador de las comunicaciones. Estas experiencias deben garantizar la diversidad y el pluralismo de fuentes, géneros, temas, enfoques y expresiones en escenarios mediáticos concretos. Así, la referencia a los medios públicos reconoce un conjunto de misiones que pueden tener formas de concreción particulares en cada contexto, lo que deja lugar a controversias en su evaluación.

Los modos más adecuados para contribuir a la diversidad y el pluralismo desde y en los medios públicos atraviesan un conjunto de complejidades que no siempre son ponderadas. Entre ellas se cuentan las formas de expresar una línea editorial, los mecanismos para comunicar actos de gobierno o políticas públicas, los recursos disponibles, las capacidades económicas y las modalidades para articular una propuesta pluralista en los contextos mediáticos específicos de cada etapa y cada país. Las respuestas sobre cómo armonizar en la práctica concreta estas dimensiones no son unánimes ni desprovistas de polémica, En el caso argentino, el contexto está delimitado por la concentración en la propiedad y las audiencias, por el dominio de la lógica del lucro y por la asistencia financiera permanente del Estado a los medios comerciales (Becerra y Mastrini, 2017).

Desde las misiones de los medios públicos se presentan los imperativos de interpelación a ciudadanos y de experimentación en la producción. Por tanto, la iniciativa en su programación debe poner el foco en cuestionar los patrones de consumo más generalizados, o al menos debe tender hacia una distinción respecto a esas tendencias de consumos estandarizados. Por otra parte, es imposible pensar a la actividad periodística, de producción cultural y de programación audiovisual, subjetiva y situada por naturaleza, como un hacer incontaminado o aséptico. De tal forma, no tiene sentido reclamar neutralidad u objetividad en sus producciones, pero las exigencias de profesionalismo, responsabilidad y diversidad de miradas constituyen el punto de partida básico para sus gerentes, programadores y periodistas. La recepción de opiniones, cuestionamientos o sugerencias desde variados canales como audiencias públicas o encuestas será siempre un insumo valioso para enriquecer cualquier propuesta artística e informativa.

Cabe pensar la función de los medios públicos desde la diferenciación entre diversidad reflectiva y diversidad abierta. La primera refiere al modo en que los medios de comunicación expresan las ideas y los temas demandados por las audiencias. La segunda señala su capacidad para expresar todas las ideas o temas en proporciones iguales, más allá de su demanda o apoyo público (Van der Wurff y Van Cuilenburg, 2001). Es posible abrazar ambas comprensiones de la diversidad e interpelar a los medios públicos desde las formas en que amplían en sus audiencias el horizonte de temas y enfoques sin desatender demandas mayoritarias.

Surge entonces la necesidad de que estos medios incorporen un diagnóstico sobre el contexto comunicacional en su conjunto para ofrecer una propuesta diferencial que incluya los tópicos, hechos y actores marginados por la oferta del sector comercial. Esta exigencia no puede confundirse con una tarea que se contente con responder a minorías desatendidas y excluir a públicos masivos de sus eventuales producciones distintivas.

Este planteo propone una mirada contextualizada que piense a los medios públicos “no como espacios de una ideal pero inexistente convivencia armónica, sino como instituciones en las que la sociedad pueda reconocer los conflictos que la constituyen”. Se trata de pensarlos como “instancias de reparación de las desigualdades expresivas que impiden una participación equitativa de diferentes actores en esos conflictos en términos discursivos” (Mata, 2016).

Una evaluación permanente sobre la cercanía de su propuesta temática y de enfoques respecto a la agenda gubernamental ayuda a de bilitar el complejo vendetta (Becerra, 2015). Este concepto refiere a la dinámica en la que ante un cambio de gobierno las nuevas autoridades consideran razonable utilizar los medios estatales en beneficio de sus intereses partidarios, tal como, entienden, hicieron los anteriores administradores. Según este argumento, esta lógica redunda en una pérdida para la sociedad, para el prestigio del medio y en cambios bruscos en el contrato de lectura propuesto. Ante esta preocupación, la parcelación de las emisiones tiende a esquivar el desafío, pues “transformar la grilla de programación en una federación de cuotas no resuelve el problema” (Bucci et al., 2012: 28).

Como sucede con la práctica periodística o las apuestas artísticas, la administración de un medio de comunicación no puede entenderse como un espacio aislado o inmaculado. El choque de perspectivas políticas e intereses económicos tiene lugares concretos de ocurrencia. La reunión de directorio de un medio estatal puede ser uno de ellos. Su actividad tiene lugar en el mismo contexto social, político y económico que deben representar diariamente los medios de comunicación. Resulta difícil imaginar que las discusiones, imaginarios, valoraciones, intereses y corrientes de pensamiento que guían las políticas públicas no formen parte también de las definiciones de la junta de gobierno de los medios públicos.

Las presiones mercantiles, gubernamentales, partidarias y sectoriales no interfieren o contaminan un espacio aséptico de toma de decisiones, sino que expresan intereses e ideas que movilizan las disputas en torno a las políticas públicas de comunicación y su implementación. Justamente por eso, la constitución de directorios colegiados y plurales contribuye a la generación de contrapesos, controles y consensos. La arquitectura institucional para la administración de estos medios, así como los mecanismos de designación de autoridades, pueden favorecer mayores niveles de participación en la toma de decisiones.

El recorrido (3)
Este libro revisa las políticas que tuvieron incidencia en los medios administrados por el Estado nacional entre 2003 y 2019. Se abordan las primeras dos décadas del siglo XXI, lo que permite reconocer tendencias en una etapa marcada por movimientos políticos novedosos, transformaciones tecnológicas y regulaciones relevantes en el sector audiovisual. Durante esos años transcurrieron tres gobiernos kirchneristas (4), se produjo el ascenso de Cambiemos, se volvió masivo el uso de internet y de instrumentos electrónicos inteligentes, se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y posteriormente se derogó por decreto parte de esta.

Los dos primeros capítulos abordan la experiencia durante los gobiernos kirchneristas. El análisis se divide en dos etapas marcadas por la sanción de la ley audiovisual en octubre de 2009. Es así porque esa norma implicaba a los medios estatales y señalaba objetivos y obligaciones para organizar su funcionamiento. Se estableció allí la sustitución del Sistema Nacional de Medios Públicos por Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado como empresa encargada de administrar a Canal 7 y Radio Nacional.

Pero la ley no es lo mismo que su aplicación. La reconstrucción de este proceso constituye una tarea fundamental, pues en muchas ocasiones las falencias o desaciertos en la implementación pueden ser utilizados para la impugnación de la totalidad de una política o norma determinada. Del mismo modo, el eventual reconocimiento de una aplicación ajustada a la letra de la ley colabora en reconocer límites o vacíos de la regulación.

El capítulo tres describe las experiencias novedosas de los medios educativos impulsadas durante la etapa kirchnerista desde el Ministerio de Educación: Encuentro, Pakapaka y DeporTV. Fueron iniciativas gestadas por fuera de los históricos medios estatales que apuntaron a públicos específicos con contenidos temáticos. En el marco de una profusa actividad estatal en la producción y el financiamiento audiovisual, estas propuestas tuvieron la particularidad de ser pensadas desde la articulación entre lo educativo y lo digital.

En el capítulo cuatro se describen las líneas centrales de las politicas desplegadas durante el gobierno de Cambiemos que incidieron en la actividad de los medios del Estado nacional. El desfinanciamiento, la pérdida de audiencias, el achicamiento de la producción y la cesión de contenidos al sector privado caracterizaron a un período breve pero intenso. Por último, el capítulo cinco sintetiza conclusiones, plantea algunas reflexiones y lanza pistas sobre los desafíos de los medios públicos digitales.

El libro aporta una reflexión sobre las políticas más adecuadas para la democratización de las comunicaciones en sociedades capitalistas periféricas como la argentina. Se reconocen continuidades y rupturas en la gestión de los medios del Estado nacional durante procesos políticos específicos. A partir de ahí, identifica los distintos lugares que asumieron estos medios en la escena mediática y ofrece señales sobre las ideas acerca del rol del Estado que diferentes proyectos políticos adoptaron.

1 Marino plantea la noción de audiovisual ampliado como un “conjunto integrado por los sectores del cine, la televisión abierta y de pago (analógica y digital) y los servicios online” (2016: 7).

2 Esta lista retoma planteos de documentos oficiales de organismos multiestatales y autores latinoamericanos como Pasquali (1991), Fuenzalida (2001), Barbero et al. (2000), Becerra et al. (2012) y Mastrini (2013). 

3 Este libro recupera los resultados de los estudios doctoral y posdoctoral del autor, realizados en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, y financiados por becas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Para profundizar distintos aspectos abordados en los capítulos es posible consultar su tesis doctoral Los medios del Estado nacional durante el kirchnerismo: protagonismo y limitaciones en un escenario audiovisual comercial y concentrado (Linares, 2017).

4 Se reconoce con el término “kirchnerismo” o “kirchneristas” al grupo de fuerzas políticas (partidos y organizaciones políticas) que durante el período 20032015 se reconocieron como oficialistas y acompañaron o sostuvieron al gobierno nacional.