domingo, 26 de mayo de 2019

Alberto Fernández sobre la Ley Audiovisual: "No podés dejar en manos de una entidad sin fines de lucro un proyecto comercial"

Definiciones de Alberto Fernández sobre el futuro de los medios públicos, la relación con el periodismo, el rol de las empresas mediáticas, los "errores" de la Ley de Audiovisual y el mensaje al Grupo Clarín: "Dejen de disparar, que conmigo, la guerra se terminó"
Por: Martín Piqué
Alberto Fernández sabe que una de las cuestiones que va a resurgir en estos días es la polémica pendiente sobre la concentración del mapa de medios. El candidato y ex jefe de Gabinete entiende que todo lo que involucre al Grupo Clarín es un tema de debate sensible en las filas del kirchnerismo. Como representante de una fórmula y una coalición con vocación de triunfo –lo que explica la voluntad de ampliar las bases-, Fernández deberá convivir con la heterogeneidad. Con visiones contrapuestas y, posiblemente, algunas tensiones. Todo esto, sin embargo, no resulta en que el hombre elegido para encabezar la fórmula del peronismo y sus aliados vaya a archivar sus posturas. Un ejemplo es su postura en materia de Ley de Medios (SIC), compra de Telecom por parte de Clarín y la llamada ‘batalla cultural’. “La verdad, conmigo la guerra se terminó. Por favor, terminen la guerra”, exhorta Fernández en este tramo de la larga entrevista que le concedió a Tiempo Argentino.

Julio Blanck definió al “periodismo de guerra” como el tipo de línea editorial que el Grupo Clarín encaró frente al kirchnerismo desde el conflicto por la resolución 125 en adelante. Usted, últimamente, dice que algunos se parecen al soldado japonés perdido en una isla del Pacífico que cree que la Segunda Guerra no terminó. ¿Ese periodismo de guerra se termina con usted de candidato, o seguirá igual?
Yo espero que se termine la guerra, también la guerra mediática.

En estos últimos días, sin embargo, se leyeron algunas informaciones sobre usted, en la mayoría de los casos forzadas hasta ser casi risueñas. De un tono muy beligerante.
Son los japoneses, son los japoneses…

Hablaron de una deuda de expensas en el country. No descarte que se metan con su familia.
Ya lo han hecho. Se metieron con mi hijo (Estanislao Fernández Luchetti, de 24 años, que es diseñador gráfico y se lo conoce como Dyhzy por su personaje drag queen, NdR). Pero está claro, la verdad es que lo que no van a hacer es hacerme reaccionar. No hay problema. Yo lo que estoy convencido es que la Argentina no puede seguir en la lógica de la pelea perpetua. Ningún país avanza así. Quiero terminar con todo esto. Ya tuvimos una época en la que había periodistas militantes y periodistas en la guerra. Ya está, ya pasó. La verdad, conmigo la guerra se terminó. Dejen de disparar como si la guerra siguiera.

Uno de los frentes de batalla de esa guerra era la ley de Medios (SIC). Lo que algunos definieron como la puja por la desconcentración del mercado comunicacional. El Grupo Clarín siguió creciendo a pesar de todo y con el gobierno de Macri llegó a su dimensión más grande. ¿Hay que convalidar al Grupo con su dimensión actual, o quizá habría que pensar algún límite? Le pregunto, sobre todo, por las últimas incorporaciones.
¿Por Telecom?
Claro.
Estamos en un Estado de Derecho. Y todo el mundo sabe que yo siempre pensé, siempre lo dije, que el Grupo Clarín no debía acceder a Telecom. Se lo decía a Kirchner cuando era Jefe de Gabinete. Ahora, bueno, la verdad es que compraron el Grupo Telecom y el Estado Nacional convalidó absolutamente todo. Y cuando eso ocurre los derechos empiezan a adquirirse. Y empieza a haber derechos adquiridos. Esa discusión, por lo tanto, es una discusión vana. No tiene mucho sentido. Además, si el Grupo Clarín, como consecuencia de esto, tiene alguna posición dominante o alguna posición para-monopólica o cuasi-monopólica, se resuelve con las leyes de Defensa de la Competencia y de Defensa del Consumidor. Y esas son las leyes que tenemos que utilizar para ver si el Grupo Clarín incumple algunas de esas cosas. Pero no se resuelve eso con la ley de Medios (SIC). La Ley de Medios  (SIC) puede ser una gran herramienta si es que queremos multiplicar voces, y si queremos promover algo que, recuerdo, en esencia es un negocio. Porque ese fue uno de los errores de la Ley. Cuando la Ley dice que un tercio del espectro debe estar en manos de ONGs y de entidades sin fines de lucro. Porque no podés dejar en manos de una entidad sin fines de lucro un proyecto comercial. No es posible eso.

¿Las entidades sin fines de lucro no pueden tener medios?
Pueden tenerlos, pueden. Pero en cierto lugar esto empieza a ser un problema.

¿Usted cree que el error fue haberle dado a ese sector el 30% del espectro
El error es pensar que puede una ONG tener una radio y competir con una radio que tiene una capacidad de contratación de locutores, de periodistas, de músicos, infinitamente mayor. Porque entonces nosotros creamos dos radios pero hay una que concentra la atención del público. Eso es el resultado de no advertir que los medios de comunicación son negocios. En la sociedad moderna son un negocio. Hay proyectos alternativos, muy respetables, que ojalá se desarrollen y ojalá crezcan. Ustedes saben que siempre he apoyado lo de Tiempo Argentino pero que se hacen con mucho esfuerzo y en medio de una selva, en la que las desigualdades son muy grandes. La ley de Medios no sirvió para aquello que quería servir. Sin embargo, sí sirvió para algo en lo que sí ganó claramente: que es la batalla cultural. O sea, se instaló en la sociedad el quién es quién en cada medio. Por eso, cuando hoy alguien lee Clarín sabe lo que está leyendo. Cuando lee La Nación sabe lo que está leyendo. Cuando lee Tiempo Argentino o PáginaI12 sabe lo que está leyendo. Cuando mira C5N sabe lo que está mirando y cuando mira TN sabe lo que está mirando. Y si uno elige creer en eso, es un problema de cada uno. Esa batalla la ganó la Ley de Medios (SIC). Cristina la ganó con creces. Por eso, muchos de esos grandes medios han perdido toda credibilidad. Toda credibilidad.

También han caído en audiencia.
Han caído en audiencia porque han perdido mucha credibilidad. Yo creo que esa batalla se ganó. Es la impresión que tengo.

Me sonó fuerte eso que dijo de que la comunicación es un negocio.
¿Y qué es?

Yo no digo que no lo sea. Pero no es sólo un negocio.
Pero así está planteado.

Pero hay cosas que están planteadas que se pueden modificar.
Así está planteado por el sistema. Lo que yo digo es que vos tenés que buscar cosas más ingeniosas que decir le doy un tercio del espectro radial a una ONG. Porque la realidad es que esa ONG, o esa universidad, no tiene capacidad de competir con una sociedad anónima que pone una torta de dinero para traccionar personas y audiencias.

En muchas partes del mundo hubo y hay experiencias en las que los medios públicos o los medios sin fines de lucro han disputado audiencia de una manera exitosa. En la Argentina también.
El canal 7 de mi gestión ganó ocho Martín Fierro. La verdad, competía. Y ahí empezó la producción local.

En un eventual gobierno suyo, ¿tratará el Estado de compensar el poder de los multimedios o de los grandes grupos de la comunicación?
Yo no tengo ninguna duda de que los medios públicos deben existir. Pero los medios públicos deben entenderse para qué sirven. Los medios públicos no son medios públicos que contrarrestan a Clarín. Un medio público es un medio donde se expresa una comunidad. Y debe expresar al conjunto de la comunidad.

¿No gubernamentalizar el medio público?
Exactamente. Nosotros, cuando teníamos canal 7, estaban los noticieros a los que iban todos y donde se daban todas las noticias. Pero no había programas políticos. Porque en la Argentina no había forma de hacer programas políticos en un medio público: porque si lo traía a usted, se convertía en un periodista del gobierno, y si traía a un opositor, era un tonto que le pagaba a alguien para que me insulte todos los días en mi pantalla. Entonces, en lo que concluimos fue en no sacar el debate político como programa y en poner todo el debate político en los noticieros. Y el resto es entretenimiento de calidad. No entrenamiento de show off. Entrenamiento de calidad y de realidad. Así fue cómo hicimos un montón de producciones televisivas que terminaron con ocho Martín Fierro. Yo me acuerdo cuando se desató el conflicto del campo, que fuimos con Néstor a hablar a Carta Abierta y se abrió ahí una discusión sobre si canal 7 no tenía que pasar 24 horas de noticias para competir con TN. Y yo les trataba de explicar que canal 7 llega a lugares recónditos de la Argentina y que no es justo pasarle a alguien que vive en el norte, en Formosa, en Jujuy, en Salta, 24 horas de noticias porteñas. Era un delirio hacer eso. Un disparate. Y que en verdad esa gente tenía el derecho, también, de buscar entretenimiento. Y que eso tenía que ser el contenido de la TV pública. Después nosotros hicimos Encuentro, que fue una experiencia bárbara.

Quizá el objetivo era no pisarle los espacios de audiencia al Grupo Clarín…
No, no. Ese no es mi problema. Porque si hay competencia, hay competencia. Lo que no puede haber es que haya una competencia de mentirita. Si hay competencia, hay competencia. Y yo voy a tratar de llevarme toda la audiencia que pueda para que la gente esté satisfecha con lo que ofrezco. No puedo hacer ni un canal de TV a medias -para no ofender a nadie- ni tengo que hacer el canal que más rinda. Porque además otra cosa que también me pasó en esos años es que el canal televisivo era un canal autosustentable. Se sustentaba con la publicidad privada. De cualquier modo, el tema medios es un tema que tenemos que revisar con cuidado. Pero no es un tema de perseguir a nadie. Tenemos que seguir dando el debate de hacer una mejor calidad periodística. Que es este el debate real. Levantar la calidad. Porque lo que nosotros hemos visto en estos años es cómo periodistas de investigación se convirtieron en pseudo-espías comprando basura y escribiendo en los medios, y siguiendo en la pantalla de televisión a la medianoche, para difamar gente. Lo hemos visto.

Siendo parte de tramas de extorsión paraestatal.

Claro. Lo hemos visto. Hemos visto cómo periodistas se juntan con fiscales y jueces para construir la destrucción de una persona. Lo hemos visto. Eso no puede seguir funcionando. Claramente no puede.

En la identidad del kirchnerismo, la relación no subordinada con los grupos de poder estuvo y sigue estando bastante presente. ¿Cómo sería esa relación en una posible nueva etapa encabezada con usted? ¿Habrá una suerte de desencanto?
La pregunta me llama la atención. Es como que yo digo “hay que parar la guerra” y me dicen “no, hay que seguirla”. No hay que seguir la guerra. Lo que hay que entender es que cada uno tiene un rol que cumplir y tiene que cumplirlo bien. Simplemente eso. No es que yo estoy tratando de ser condescendiente con Clarín. La verdad, lo que tiene que hacer Clarín es lo que tiene que hacer, y lo que le tenemos que pedir los consumidores es que sea lo mejor. A Clarín lo que le tenemos que pedir es que no tenga un periodista de investigación que pone en la tapa de un diario que Máximo (Kirchner) tiene 40 millones de dólares en el Exterior y que después descubramos que el periodista de investigación consumía información que le daba un payaso y delincuente de la talla de (Marcelo) D’Alessio. Eso es. Lo que nosotros no tenemos que hacer es seguir haciéndonos los distraídos mientras vemos que hay canales de televisión que lo pasan a (Leonardo) Fariña como un pro-hombre de la república y nos enteramos que es un hombre cuidadosamente educado para mentir en los juicios y perseguir gente. Este es un debate ético que tiene que darse el periodismo. Es un debate ético que debe darse el periodismo. Que no tiene que ver con que el Estado lo pueda resolver por vía de una norma. Porque no todo se resuelve normativamente. Lo que digo es, si yo volviera al gobierno, TelAm va a ser TelAm, canal 7 va a ser canal 7, Radio Nacional va a ser Radio Nacional con todas sus versiones y va a ser una radio que llegue a todo el país, informa y entretenga. Garantizaré toda la pluralidad que haya que garantizar, pero también quisiera que todo eso no lo pague el Estado. O sea que la programación sea tan buena que se pueda autofinanciar y sea autosustentable. Y que en todo caso que el sostenimiento del Estado sea el mínimo.
Foto: Diego Martínez
Fuente: Diario Tiempo Argentino

Graciana Peñafort le contestó en un largo hilo en su cuenta de Twitter al candidato a presidente Alberto Fernández sobre sus dichos acerca de que la comunicación es un negocio
1. Hola @alferdez, hace un rato leí la entrevista que te hicieron los compañeros de @tiempoarg. Y necesito hacer un par de comentarios sobre lo que dijiste en materia de comunicación. Porque yo como muchos otros, no pensamos lo mismo que vos al respecto.

2. Y disentir en un tema no significa que desconozcamos lo importante que es que estas elecciones las gane el peronismo. Porque el gobierno de estos minions tan amarillos es una tragedia que se inscribe en un registro de hambre, violencia y deuda, Y vos sos nuestro candidato.

3. Lo que quiero señalar es que la comunicación NO es negocio. Es un derecho. La ONU ha dicho que la libertad de información era la piedra angular de todas las libertades y un derecho humano fundamental.

4. Y vos sabes tan bien como yo que los derechos humanos no están pensados o diseñados con perspectiva comercial. Por eso la comunicación, entendida como el derecho de expresión y de acceso a la información tiene en las democracias resguardos especiales.

5. Resguardos que no tienen otras actividades que si son exclusivamente comerciales, como una fabrica de galletitas. Y los resguardos especiales tiene una razón de ser. Porque cuando hablamos de comunicación, estamos hablando de lo que la CIDH ha definido como elemento sistémico.

6. de las democracias. Es decir para poder decir que hay democracia, ademas de elección popular de las autoridades, debe haber libertad de expresión y de acceso a la información. Por eso es un elemento "sistemico", es decir propio del sistema Democrático.

7. A mi me gusta mucho esta definición de la Opinión consultiva Nº 5/85, que aquí te dejo, aunque seguro la conoces.
8. Ahora bien, como la comunicación refiere no solo a un derecho individual, sino también a un derecho colectivo, sostener que es solo un negocio, le quita entidad como derecho. Me sorprende que no sean los periodistas los primeros en discutirte eso.

9. Porque si aceptamos que la comunicación es solo un negocio, ellos dejan de ser personas con una función social y democraticamente relevante, a ser vendedores de galletas o de detergentes. Meros comerciantes de información.

10. Los medios, mi querido @alferdez construyen sentido. Es decir dictan pautas de bien y mal que son aceptadas por una buena parte de la sociedad. Si lo hacen solo desde un único punto de vista, cercenan la posibilidad de elegir libremente de las personas.

11. Por eso es necesario que existan pluralidad de fuentes de información y no discursos hegemónicos. Un juez norteamericano hablo del "robusto debate de ideas" que es saludable para que una sociedad sea libre y democrática.

12. Por eso los monopolios y las posiciones dominantes de mercado le hacen tan mal a la democracia y a la libertad. Y tengo que decirte esto porque veo que declaras concluida la guerra con los medios. Yo no se si hubo una guerra con los medios.

13. Si hubo un disputa por la redistribución de bienes simbólicos. Y por la construcción de sentido. Y se que en esto diferimos, yo banco mucho esa disputa y vos no tanto. Pero mas allá de esta discusión, que tenemos desde siempre, si doy por valido tu argumento de la guerra.

14. Y de su fin declarado por vos, te diría que por ahí tenes que notificarlos fehacientemente, porque para ellos la "guerra sigue" y, un poco bastante en estos días, te tiene a vos también como rehén de ella. Pero en todo caso esa la discusión entre política y medios.

15. Porque podremos declarar el "cese de la guerra" entre la política y los medios, pero sabes que? esa no es la "guerra" mas importante. La verdadera batalla es la de los medios con la sociedad. Porque esa batalla sigue.

16. La batalla es entre los discursos de odio que transmiten los medios y los intentos de la sociedad de no disgregarse como tal, a fuerza de odiar. El discurso de odio justifica la violencia. Si queres ver clarito, fijate la cobertura de San Miguel del Monte

17. Y como los medios culpan a la policía, como si no supieran que la violencia policial emana de su conducción. Porque no quieren mencionar a a Bullrich y su doctrina "Chocobar". Y los protocolos de la ministra para justificar la violencia policial

18. O los discursos de odio contra inmigrantes, o contra los pibes en conflicto con la ley y miles de casos así. Esa batalla pasa todos los días, mientras tomamos un café. Y esa guerra, que es la que define lo que somos como sociedad, tampoco la van a concluir

19. Porque la construcción de sentido esta hoy hegemonizada. Y de esa falta de libertad informativa, somos victimas todos. Como sociedad. Quería decírtelo, porque lo creo sinceramente y creo que es uno de los temas a discutir en el futuro.

20. Mientras tanto, ganemos las elecciones. Porque por mucho que te acusen de no respetar el limite de 20 km en el country, la formula de Les Fernández nos ha dado esperanza a buena parte de la sociedad Y en esa esperanza hay también un profundo sentido de reconstrucción.

La comunicación no es un negocio. Es un derecho
Natalia Vinelli, fundadora de Barricada TV, también aportó lo suyo:
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual generó un debate social muy importante sobre el rol de los medios de comunicación en la sociedad. Como dice Alberto Fernández en Tiempo Argentino, permitió saber quién es quién en el sistema de medios, y por lo tanto, ayudó a superar viejos mitos acerca de la objetividad y la independencia periodística utilizados para naturalizar perspectivas de mundo y ocultar intereses particulares.

Justamente por eso es que no podemos retroceder sobre las conquistas alcanzadas, como la reserva del 33 por ciento para la organizaciones sin fines de lucro, su importancia en el marco del debate plural y democrático de ideas, las limitaciones a la concentración y la conceptualización de la comunicación como un derecho y no como una mercancía. Son ejes básicos.

Tampoco podemos hacer ley de los hechos consumados. La concentración de la comunicación afecta la libertad de expresión y el derecho a la información, y a tener opciones diversas para formar nuestros puntos de vista como sociedad.

Las políticas públicas, la especial tutela del sector social comunitario debido al rol que juega en en mapa de medios y una regulación que los respete y promueva son entre otras, condiciones necesarias para que los proyectos alternativos crezcan, y para contrapesar la enorme desigualdad que estos medios sufren producto de los años de proscripción que significó el artículo 45 de la ley 22.285, que les impedía acceder a licencias.

Por eso es que decimos que sin medios comunitarios no hay democracia. La comunicación no es un negocio. Es un derecho.



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