miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bastenier: Hay que huir los cuatro pecados capitales: declaracionitis, oficialismo, hiperpolitización y desconocimiento del mundo exterior

Miguel Ángel Bastenier, columnista del diario "El País", de España, y maestro de periodismo, disertó en el Virla, invitado por La Gaceta. En su crítica al periodismo latinoamericano, afirmó que este padece de "hiperpolitización". "Hay que ir a las cosas pequeñas", convocó
El periodista debe inquietar y debe ser crítico. Esos dos preceptos definen el ideario de Miguel Ángel Bastenier, que disertó sobre la encrucijada en que se encuentra el periodismo en América Latina.
El maestro de periodistas y columnista del diario El País, de España, habló ayer en el Centro Cultural Virla, para una audiencia mayoritariamente joven y universitaria, que lo ha "estudiado" en sus manuales: El Blanco móvil y Así se escribe un periódico.
Indalecio Sánchez, prosecretario de redacción de La Gaceta, destacó en un tramo de su presentación: "Maestros del periodismo como Miguel Ángel Bastenier nos recuerdan la importancia de avanzar sin miramientos en nuestras preguntas ante funcionarios públicos que administran los dineros de la ciudadanía. Y de la importancia del periodismo libre para la democratización de las sociedades".

Poder socializador
Bastenier destacó que el poder socializador que tuvo la prensa de papel en la Europa contemporánea está menguando; y subrayó que ese papel fundamental en la construcción de ciudadanía se está perdiendo porque está disminuyendo la cantidad de lectores de periódicos de papel en todo el mundo. "Traigo malas noticias, no las traigo buenas. Pero ocurre que para conjurar el peligro, hay que conocerlo", dijo el periodista.
En su análisis sobre la prensa latinoamericana, Bastenier planteó lo que ya había plasmado en su libro Cómo se escribe un periódico: que los medios de esta parte del continente deben buscar "la agenda propia"; y que deben huir de lo que él ha bautizado como "los cuatro pecados capitales": "declaracionitis" (sic); "oficialismo"; "hiperpolitización"; y "desconocimiento del mundo exterior". En otras palabras, periodismo hecho sobre la base de declaraciones y de fuentes oficiales, no sólo del Gobierno, sino de instituciones diversas.
"No me parece mal la politización; pero eso no tiene que ser a precio de que no informemos casi nada más; hay que escribir sobre lo que interesa a las clases medias y a las medias bajas; en vez de hacer tanta información sobre las cosas de la política, tendríamos que hacer más sobre la política de las cosas", desafió. Ese "menú", puntualizó, debería incluir, entre otros, temas relativos al medioambiente y al consumo. Una clave, hizo hincapié, está en hacer periodismo yendo a los lugares donde ocurren las cosas. "Hay que ir a las cosas pequeñas", apuntó.

Argentina, diferente
En su caracterización del periodismo en la región, marcó una diferencia entre la prensa argentina y la del resto América latina. Hecha la salvedad de que existe un periodismo de "las capitales" y otro "de las provincias", destacó que a esa diferencia la hizo la educación pública de la Argentina.
"La educación pública de este país, como la uruguaya, han sido las mejores en esta parte del mundo. Y la educación pública ha sido inclusive superior que la de España. Y ello ha ocurrido porque en la Argentina ha habido, en su momento, mucha plata", añadió.
En su mirada sobre el periodismo digital, lanzó otro reto, en forma de interrogante. "Esta es la encrucijada para el periodismo latinoamericano: ¿es posible que el periodismo en internet socialice como lo ha hecho en Europa la prensa en papel? No lo sé", confesó, y dejó abierto el interrogante.

Cristina y Assange
En la ronda de preguntas del público, el disertante habló de Cristina Fernández de Kirchner. Desde el público, alguien lo acusó de sexista, porque dijo que la Presidenta argentina es "vulgar": él defendió su derecho a opinar en tal sentido, así como también a criticar -cosa que hizo- al presidente español, Mariano Rajoy.
Una consulta acerca del asilo otorgado por Ecuador al hacker Julian Assange, fundador de WikiLeaks, encontró un "no sé qué pienso de eso". "Me parece que (el presidente) Rafael Correa tiene otras cosas de que ocuparse. Escribí que Correa utilizó a Assange, y no al revés", dijo. Y aclaró: "sí me parece mal que se meta en la cárcel a Assange por lo de WikiLeaks. Ahora bien, la Justicia sueca, que me merece más confianza que la ecuatoriana, lo acusa de abuso sexual. Por lo tanto, me encuentro un poco dividido", reconoció.
Sobre las distintas normas de control de los medios de prensa en la América Latina, respondió: "las leyes de prensa no necesariamente son perversas, pero nunca han ampliado las libertades. Pero no hace falta una ley de prensa: con que se cumpla con el ordenamiento jurídico democrático, alcanza".
¿Considera que hay censura en la Argentina?, se le preguntó. "Censura formal en la Argentina no la hay. Hay mucha autocensura, a partir de que se sabe qué se puede y qué no se puede publicar. No creo que en la Argentina haya censura. Sí hay nubarrones amenazadores en el horizonte, pero no ha ocurrido nada irreparable hasta el momento", respondió.
No faltaron las preguntas sobre la puja entre "periodismo militante" y "periodismo profesional" que se ha entablado en la Argentina en estos últimos años. La respuesta fue contundente: "eso no existe. Hay que ser profesional. El periodismo debe ser militante en favor de conocer la realidad lo mejor posible", declaró.
El maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que en su larga carrera ha cubierto la guerra de Medio Oriente, también opinó sobre la crítica situación que atraviesa esa región. "No hay ni la más mínima posibilidad de resolver nada. El conflicto árabe-israelí está en su peor momento", sentenció.
Fuente: Diario La Gaceta

Otras Señales

Quizás también le interese: