jueves, 29 de abril de 2010

Clarín dice que la inflación será del 30%, pero los salarios no se mueven

Se calcula que este año la inflación rondara el 30% o incluso más. El diario Clarín, en sus páginas, no tiene ninguna duda al respecto. Es, incluso, el principal difusor de los aumentos, aún mayores al incremento general de los precios, en rubros como los alimentos, la educación, la medicina privada, los garages, los combustibles y los útiles escolares, entre otros
Sin embargo, Clarín mantiene congelados los salarios de sus trabajadores desde hace muchos meses.
O sea que el diario rechaza los números del Indek, pero de la puerta para afuera. Para adentro es un fiel seguidor del vilipendiado secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno”.
La conclusión es clara y sencilla: la empresa ha dispuesto licuar los ingresos de todo su personal.
El deterioro pesa sobre los bolsillos de los trabajadores desde hace años porque cada vez que la patronal otorgó un aumento, fue por debajo de la inflación real.
Claro que no siempre lo otorgó. Han pasado años de virtual congelamiento salarial.
Así, la empresa decide discrecional y unilateralmente una rebaja de los sueldos en términos reales.
Pero esto no es lo único.
A la miseria salarial, se suma el deterioro de las condiciones de trabajo, con jornadas extenuantes, con sobrecarga de tareas y con presiones constantes. No se respetan las categorías, se impulsa la polivalencia y la polifuncionalidad mediante la integración de las redacciones, no hay un régimen de ascensos basado en pautas convencionales y se desplaza a trabajadores de una sección a otra de manera arbitraria y autoritaria.
Hay que agregar los despidos, abiertos o encubiertos, los retiros voluntarios e involuntarios, masivos, el trabajo en negro de factureros y pasantes y una larga lista de ataques que configuran un cuadro de ilegalidad y prepotencia intolerables.
Toda esta situación tiene que encontrar un límite. El límite a esta ofensiva constante pasa por la organización de los trabajadores de Clarín para pelear por sus derechos.
La salida es elegir representantes, para poder discutir colectivamente con la empresa.
Los trabajadores de Clarín necesitan volver a contar con una comisión interna, un cuerpo de delegados que siente las bases para reabrir la discusión colectiva, basada en asambleas democráticas con mandato, sobre todos los problemas y reivindicaciones de los compañeros del diario. Se trata de un gran desafío. Pero también de una imperiosa necesidad.

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