lunes, 15 de marzo de 2010

Javier Darío Restrepo: Naturaleza y sensibilidad en el periodismo

Javier Darío Restrepo; periodista, catedrático y autoridad insigne en cuanto a ética de medios informativos. Hombre lúcido, mayor; los años parecen no hacerle mella, quien no se cansa ni de fugaces charlas con estudiantes, ni de impartir talleres a periodistas y a maestros. Enseñar a pensar a la audiencia es una de las labores de la tarea informativa, según Javier Darío Restrepo.
Por: Eduardo Andrade
Y es que bien dijo Gabo ante la realidad ética en el periodismo: “la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”. Para muestras está el zumbido de Restrepo, que sublima ética por todos lados y promueve libertad al periodismo.

Inmersos en tiempos de revoluciones tecnológicas, fijémonos en el Internet como “nuevo medio de comunicación”. ¿Cree usted, que el Internet agrave la frágil ética de nuestros medios?, con toda esa información “al vapor” o poco fundamentada que encontramos ahí.
Si, plantea una sugerencia ética muy sin rostro, porque en el Internet predomina el emisor sin rostro. Todo está conjurado, para que los mensajes que se transmiten a través de Internet, tengan máscara. Y naturalmente, cuando no hay rostro no hay responsabilidad, y cuando no hay responsabilidad, la información es una información que flaquea éticamente, porque toda información debe tener alguien que responda por ella y sobre todo, que responda por sus efectos.
Gran parte de los problemas que ha planteado Internet hasta el momento se deben justamente a esto, a que son mensajes irresponsables y habría que decir que la popularidad que tiene el Internet, en buena parte se debe a eso, a que yo puedo estar emitiendo toda clase de juicios, toda suerte de agravios o toda suerte de calumnias, sin que yo corra peligro. Ese es el informador sin rostro, ese es el principal defecto, el principal problema que señalan los que ya han incursionado en la ética del Internet.

¿Porqué pretender impartir ética a periodistas que sirven, pero que también conforman, a una sociedad que no tiene como principal característica a la ética, y si a la corrupción?
Sí, lo primero es que el periodista está obligado a tener un nivel ético superior al del promedio de la sociedad. ¿Porqué razón?, porque el periodista quiéralo o no, se convierte en guía, es punto de referencia, así no lo vean a él, así no lean sus artículos, es punto de referencia por lo que dice. Y eso que el dice, es la mirada que la gente va a adoptar, o total o parcialmente.
Si esa mirada, no es una mirada que está inspirada en unos valores éticos, la sociedad, poco a poco estará cayendo en la anomia, es decir en la falta de normas, y en la falta de referentes que le den una seguridad a la sociedad, de modo que impartir, promover la reflexión ética entre los periodistas, no se hace tanto para el bien de los medios de comunicación, sino para el bien de la sociedad. Que la necesita como un factor de estabilidad, de seguridad a la sociedad y particularmente como un factor humanizante de la sociedad.

Usted urge a tomar medidas contra la “contaminación de la información”, pero ¿encuentra usted, en especial estado crítico de “contaminación”, a algún medio en particular?, sea la Radio, la T.V. o la prensa escrita.
Sí, yo creo que el medio más contaminante es la televisión, porque la televisión ha estado más cerca de la comercialización. Y la comercialización es uno de los factores de corrupción de los medios de información.
Cuando el medio de información utiliza la noticia, el hecho, como una mercancía ya está traicionando su naturaleza y luego le va introduciendo elementos cada vez más contaminantes. Porque cuando se comercializa algo, se le está comercializando con el énfasis que se hace en lo que pueda ser vendible, en lo que pueda satisfacer la curiosidad de la gente.
Entonces es cuando la información se dirige más a los sentidos de la gente que a su inteligencia. Y es ahí, donde se encuentra el mayor elemento contaminante que tiene la televisión, porque la televisión te habla a los ojos y al oído, pocas veces a la inteligencia. Y de ahí, su poder deshumanizante, porque absorbe y sustituye a todos los otros medios, lo cuál está significando, que ésta es una sociedad que siente, pero que no piensa y eso es muy grave para la democracia y para el futuro.

Usted declaró a Tomás Eloy Martínez su razón para no aparecer frente a la cámara cuando trabajaba en el noticiero televisado 24 Horas de Bogotá, – su imagen robaba tiempo a la información –. ¿Es de ética periodística?, el problema que aqueja especialmente a la T.V., en que los presentadores de la noticia aprovechen la cámara como un foro personal a cualquier costo.
Sí, bueno, es que siempre he sido conciente del problema que uno tiene al trabajar en la televisión al querer ser protagonista.
La persona es motivada por uno de los impulsos menos apreciables del ser humano, que es su vanidad. Y que contradice el fin más elevado que uno tiene como periodista que es el de servirle a los televidentes en este caso, y al televidente no le sirve en absoluto que esté viendo mi imagen, pues es un robo que se le hace a éste. En cambio le está sirviendo cualquier segundo que yo dedique a darle información. Total que cuando uno adquiere conciencia en el ejercicio ético periodístico, se vuelve uno muy avaro con el tiempo y quiere convertirlo siempre en información para la gente.

¿Cómo y por qué alentar a los jóvenes que estudian periodismo, en países como México y Colombia en donde la muerte de periodistas es un lugar demasiado común?
El periodismo es tan fascinante que no tiene que alentar a los jóvenes porque representa ante todo libertad, característica siempre puntual entre los jóvenes, además, el periodismo se estudia y se aprende en la calle.
Ahora, la muerte siempre es un lugar común en nuestros países, y a final, cualquier empleo puede resultar mortal. La cuestión, la gratificación de la responsabilidad y los valores del buen periodista, porque los narcotraficantes no matan a los malos periodistas. Y aunque las muertes son siempre lamentables dejan la lección de la verdad y la responsabilidad, de la máxima ética al servicio de la sociedad.

Publicado originalmente en la revista Babel de la Licenciatura en Periodismo y Medios de Información.
Fuente: Revista Trecho

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