martes, 8 de septiembre de 2009

Según el cristal con que se mire II...

En Córdoba "La Mañana" le pega duro a "La Voz" con una nota que lleva como título: “La estrategia monopólica y el control informativo de Clarín en Córdoba”. Afirma el matutino que “En gráfica todos los actores del mercado saben que las agencias de publicidad son presionadas para que pauten sólo en La Voz y los medios del grupo. El argumento es extorsivo. Si las agencias no le garantizan exclusividad en la pauta para el grupo, La Voz le reduce los descuentos hasta tornarles inviable el negocio". La Voz invita al Rector del Colegio Universitario de Periodismopara decir, entre otras cosas: "no se ha realizado un diagnóstico completo y profundo de la realidad y su proyección en materia de comunicación y diversificación de los espectros y nuevas tecnologías". Las notas a continuación:

La inmadurez de la política se hace ley en radiodifusión
No se ha realizado un diagnóstico completo y profundo de la realidad y su proyección en materia de comunicación y diversificación de los espectros y nuevas tecnologías.
Por: Miguel Pérez Gaudio, Rector del Colegio Universitario de Periodismo
El principal poder que gobierna el mundo es la economía; el segundo, casi simultáneo y funcional a la manipulación de la humanidad, es la comunicación, normativa en cada país, pero indiferenciada e invasora en lo internacional.
El Gobierno argentino, con inusitada velocidad en los plazos parlamentarios, ha oficializado su proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, hasta ahora exclusivo y excluyente de un auténtico debate de consenso nacional y con las exigencias y calidades exigibles.
La nueva legislación reemplazaría la ficción pre-existente, originada en la dictadura de 1976 pero conservada y usufructuada por los gobiernos democráticos que le sucedieron. Los cambios producidos estuvieron justificados en derogaciones fundamentales, pero corrigieron la norma en beneficio de intereses, lo que de ninguna manera restituyó la confianza en una legislación inteligente y equilibrada para el bien común de la sociedad.
Quienes nos especializamos en comunicación social desde hace 40 años, luego de una lectura de los 157 artículos de la iniciativa oficialista del poder central, puntualizaremos algunos aspectos relevantes y vinculantes.
Primero, como ha sucedido con otras importantes leyes nacionales (por ejemplo, la de Educación), no se ha realizado un diagnóstico completo y profundo de la realidad y su proyección en materia de comunicación y diversificación de los espectros y nuevas tecnologías.
Segundo, el capítulo “definiciones”, que sería el soporte para los discursos que fundamenten la legislación, ni siquiera ha tenido en cuenta partir de lo principal: definir qué es la comunicación. La comunicación establece las relaciones sociales que contribuyen al mejor desarrollo de la vida de los seres humanos, a través de los medios tecnológicos. Es ontológica, antropológica, sociológica, semiótica y pedagógica antes que reguladora, técnica y económica. Comunicar es tener confianza en el otro, como fundamento de la convivencia de la humanidad y la igualdad de los iguales.
Tercero, siendo que de lo que se trata es de licenciar, regular y administrar los medios masivos de comunicación, resulta fundamental otorgar a ello un sentido normativo y funcional, ya que los medios son “escuelas formadoras de personas” y no una mera excusa de poder y entretenimientos frívolos y banales, en tanto que sus contenidos –de la naturaleza que fuere– son guardianes de la libertad de conciencia de todo el hombre y de todos los hombres.
Cuarto, al declamarse el proyecto como democrático en la distribución de licencias y categorías para acceder a ellas, privilegia a corporaciones universitarias –sin distinguir entre públicas y privadas– y excluye a los institutos y colegios universitarios de la enseñanza superior, pertinentes a la comunicación especializada en la materia.
Por último, en ninguna parte del abrumador y polémico documento se contempla la participación e integración de los destinatarios de los servicios –los públicos–, legítimos propietarios del bien tutelar de la comunicación, al que debe reconocérsele educacionalmente conciencia y formación crítica, activa y creativa.

Fuente: La Voz del Interior


Ley de servicios de comunicacion audiovisual
La estrategia monopólica y el control informativo de Clarín en Córdoba
Competencia es una palabra a la que La Voz teme y por esa razón hasta creó un diario escudo, aun cuando para ello tenga que enfrentar un creciente y permanente déficit.
Por: Horacio Lazcano
La Voz, Multicanal, Cablevisión, Canal 12, Día a Día, Radio Mitre, más dos radios FM (104.1 y 102.9). Esos son sólo algunos de los medios que concentró el Grupo Clarín en la provincia en la última década con el objetivo de controlar el mercado informativo y publicitario con una estrategia de indiscutible perfil monopólico.
El propósito primario de colonización periodística que planteó el grupo fue conseguido con increíble facilidad a partir de la posición dominante de mercado detentada por La Voz. Fue el primer paso. Sin embargo, el efecto de cooptación se hizo más ostensible a partir de la incorporación de nuevos espacios de medios generadas a partir de La Voz y Canal 12. Desde el punto de vista de los contenidos, esa meta encontró incondicionales aliados en el resto del sistema periodístico local. Ingenuamente o de modo deliberado, hasta hoy los actores del mundo mediático local son funcionales al objetivo original de someter a todo el sistema a las ambiciones de Clarín, que no son precisamente garantizar pluralidad y transparencia informativa.
Las múltiples manifestaciones de Clarín y su estrategia informativa y comercial monopólica son fácilmente verificables en el mercado. En gráfica todos los actores del mercado saben que las agencias de publicidad son presionadas para que pauten sólo en La Voz y los medios del grupo. El argumento es extorsivo. Si las agencias no le garantizan exclusividad en la pauta para el grupo, La Voz le reduce los descuentos hasta tornarles inviable el negocio. Hay que aclarar que hay excepciones que resisten la presión pero la mayoría cede a la extorsión y contribuye al objetivo de Clarín de concentrar el negocio publicitario y asfixiar a sus eventuales competidores que en Córdoba son La Mañana, Comercio y Justicia y Hoy Día Córdoba. Competencia es una palabra a la que La Voz teme y por esa razón hasta creó un diario escudo, aún cuando para ello tenga que enfrentar un creciente y permanente déficit.

La radio
El gran tema pendiente del monopolio en el mercado de medios de Córdoba es la radio. Después de varios intentos frustrados y nunca desmentidos de quedarse con Cadena 3, creó Radio Mitre Córdoba, tomando una frecuencia de manera absolutamente irregular. Esa radio pierde de modo contundente con Cadena 3, pero no hay que perder de vista el poder que genera la sinergia del grupo. La secreta esperanza que abrigan en Mitre pasa por el implacable factor biológico. Creen que el almanaque les dará la solución que por ahora no encuentran para derrotar a Cadena 3 y sumar a la radio al conjunto de factores con los que ejercen el totalitarismo colonizador informativo.

TV cable
En el caso de la TV por cable, Córdoba no fue ajena a la estrategia nacional del grupo. Cuando en 1991 logró el contrato de exclusividad del fútbol con AFA, puso en marcha la maquinaria para monopolizar el servicio en las áreas más pobladas e importantes del país. En la ciudad de Córdoba, con el fútbol como herramienta de conquista y presión, se quedó primero con Intercable, empresa que luego convirtió en Multicanal. Hasta que adquirió Cablevisión, cuya fusión con Multicanal recién ahora rechazó el Comfer, el grupo se ocupó de bloquear cualquier intento de competencia en la ciudad. Fueron en vano los intentos de Córdoba Cable que de la mano de René Ferrero intentó sin éxito lograr autorización municipal para cablear barrios más allá de la pequeña zona inicial en la que había nacido como operadora cuando Clarín aún no había desembarcado en Córdoba. Acorralado por la estrategia de lobby y presión de Clarín, el esfuerzo de Ferrero terminó en asfixia y el empresario cordobés terminó cediendo su compañía al Grupo Vila-Manzano que también tomó Surcor, otro pequeño cable de la zona sur de la ciudad (hoy Supercanal). El grupo mendocino tampoco logró romper el cerco impuesto por Clarín. Ningún intendente desde Germán Kammerath a la fecha se animó a autorizar cableado a otra empresa que no fuera la controlada por Héctor Magneto. Tiene lógica, el jefe municipal que se animara, hubiera enfrentado críticas aún más despiadadas del grupo. Es decir le hubieran aplicado con más rigor las herramientas que utiliza Clarín en Córdoba para disciplinar a los políticos que no son funcionales a sus intereses.
A partir del monopolio del cable en la ciudad, impuso Clarín también en Córdoba su plan de colonización informativa nacional a través de su señal periodística Todo Noticias. El canal de noticias aparece estratégicamente ubicado en la grilla a diferencia de sus competidores que ocupan sitios marginales, a excepción de Crónica. El canal de Héctor Ricardo García logró preservar su sitio en la frecuencia 2 después de una intervención judicial. Pero Canal 26, que ocupaba en Córdoba la frecuencia 4 en la grilla de Cablevisión extrañamente y sin explicación, pasó de un día para otro a la frecuencia 69. Cuando cualquier usuario consulta a la operadora de Clarín, las razones de semejante desplazamiento responden que la decisión se debe a razones de programación y que el cliente no se ve perjudicado porque la señal de Canal 26 está disponible. Con ese argumento, es bueno preguntarse por qué en lugar de desplazar a Canal 26 no hacen lo mismo con TN. A fin de cuentas, los clientes también podrían encontrar el canal de noticias de Clarín haciendo zapping hasta el fondo de la grilla.
Hay más ejemplos de colonización informativa. Tuvo que intervenir el gobierno a través del Comfer para que Cablevisión aceptara incluir en su grilla en Capital Federal y Gran Buenos Aires a C5N, el canal de noticias del Grupo Hadad. Esa señal no está disponible en Córdoba y en muchas ciudades más del interior. Es otro claro ejemplo del objetivo hegemónico del grupo en materia informativa.
La cosa no termina allí. En el caso de la información agropecuaria también desarrolla Clarín una estrategia monopólica. Adquirió Canal Rural e impide el desembarco de Sembrando en los cables que controla. Sembrando es una señal originada en Córdoba que choca contra las barreras impuestas por el monopolio.
Con este panorama, que no hace más que resumir datos concretos y contrastables
-además de conocidos por todos los actores involucrados en la comunicación social de Córdoba- resultaría muy positivo que quienes tienen la responsabilidad en Córdoba de debatir los contenidos del proyecto de Ley de Medios Audiovisuales, lo hagan con honestidad. Esto es sin crear falsos estados de opinión sobre amenazas a la libertad de prensa ni sobre el control de los medios. También que se haga despojados de prejuicios y preconceptos sobre el origen de la iniciativa. Eso seguramente permitirá mejorar el contenido del nuevo marco legal, y evitará la tergiversación en un debate que tal como lo plantea Clarín, desde sus monopólicos intereses, parece condenado a empantanarse sobre las supuestas amenazas a nuestras libertades. Las mismas que, en Córdoba, desde hace décadas viven seriamente amenazadas por la extorsión sistemática de La Voz-Clarín a políticos, anunciantes, periodistas y todo aquel que se cruce y se salga de sus marcos permitidos.

Fuente: La Mañana de Córdoba

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